La fe de vidal conquista Miribilla
El Lagun Aro GBC gana en Bilbao un derbi espectacular, jugado de poder a poder, gracias a un espíritu competitivo insuperable de todos sus hombres y a una actuación colosal del alero
Donostia. El Lagun Aro GBC de Sito Alonso no tiene techo. Ayer rompió tres barreras históricas de una tacada -estreno en Bilbao, quinta victoria consecutiva y cuatro triunfos a domicilio en una misma campaña- con un triunfo grande, muy grande en Miribilla, tras un precioso derbi resuelto en la prórroga, jugado de poder a poder y en el que el Lagun Aro dio un ejemplo de espíritu, corazón y lucha como equipo para ganar un partido que la afición guipuzcoana recordará por mucho tiempo. El conjunto donostiarra se sobrepuso a todos los contratiempos sin bajar un ápice los brazos y, guiado por una actuación absolutamente estelar de Sergi Vidal y Andy Panko, especialmente del primero, se impuso en una de las canchas más difíciles de la ACB para dar un salto de gigante hacia la Copa del Rey y, de paso, descabalgar de la lucha a un Gescrap Bizkaia cuya teórica superioridad se vio minimizada por la gigantesca actuación del GBC. Un gran rival, una cancha caliente, obstáculos superados por el camino... la victoria tuvo todos los ingredientes de la épica.
El espíritu de Sito Alonso ha calado muy hondo en la plantilla. Trabajo y más trabajo, ambición, optimismo, espíritu guerrero. El Lagun Aro GBC nunca decepciona porque siempre se deja la piel en la cancha. Pero ahora, a diferencia del inicio de temporada, rebosa confianza por los cuatro costados y sus hombres importantes tiran del carro con tanta fuerza que derriban a cualquiera que se ponga enfrente. No importa que el juego interior esté cogido con pinzas desde hace semanas o que ayer Doblas se tuviera que ir al banquillo tras hacer cinco faltas en el minuto 37 y que a Baron le pasara lo mismo en plena prórroga. Este equipo supera los contratiempos porque su espíritu es envidiable. Bajar los brazos está prohibido. Así ha ganado cinco partidos seguidos, así ha asaltado por primera vez Bilbao y así quiere ganar el próximo domingo al Barcelona y seguir soñando con jugar la Copa.
Decir que este Lagun Aro ilusiona es decir poco. La afición guipuzcoana está entusiasmada porque este equipo es lo opuesto al del año pasado, cuando encajaba palizas cada dos por tres porque se dejaba llevar en cuanto las cosas le venían mal dadas. Ahora compite cada día y solo por eso ya merece un respeto. La llegada de Sito al banquillo ha insuflado ánimos renovados a todos en el club y esas ansias de crecer y de hacerse grande en la ACB que tiene el técnico maño se han trasladado a sus jugadores.
Quien más claramente ha absorbido este carácter de Sito es Sergi Vidal. El alero, que llegó en verano a Donostia tras nueve años brillantes en Vitoria y dos para olvidar en Madrid, salta a la cancha con ganas de morder por cada balón, de asfixiar a sus rivales en defensa, de jugarse los balones calientes en ataque. Su actuación de ayer fue, simplemente, para enmarcar, para enseñar a cualquier chaval que quiera jugar a baloncesto en su vida. Jugó 43 minutos en los que hizo absolutamente de todo. Defendió a muerte, luchó cada rebote, contagió a sus compañeros y, para rematar la faena, forzó la prórroga con un triple y en el tiempo extra metió otros seis puntos para rematar la victoria. Chapeau para el que quizás sea el jugador más en forma del momento en la ACB. "Me estoy dando cuenta de la dureza de nuestro partido porque me duele todo. Tengo golpes hasta en el DNI", escribía unas horas después el alero en su cuenta de Twitter.
Vidal fue el primer gran nombre propio del día. El segundo fue Panko. El gran Andy, que esta temporada está agotando todos los calificativos porque está jugando a un nivel de estrella. Más allá de sus 20 puntos, 11 rebotes y 10 faltas recibidas, números propios de un crack, lo mejor de todo fue que muchas de sus canastas llegaron en momentos difíciles para su equipo y que en defensa se batió el cobre ante la potente batería interior del Gescrap Bizkaia. Tendrá 34 años, pero Panko está hecho un chaval.
alternativas constantes Vidal y Panko merecen todos los titulares, pero en un derbi como el vivido ayer resulta un poco injusto hablar de nombres propios, porque fue un partidazo con mayúsculas, vibrante, intenso, emocionante, con alternativas y con los nervios propios de dos equipos que se jugaban sus opciones de Copa. Todos los jugadores aportaron su granito de arena al espectáculo vivido en Miribilla.
Los dos equipos lo dieron todo para llevarse un derbi que no tuvo dueño porque las alternativas fueron constantes. El primero que dio un estirón fue el Lagun Aro gracias a dos triples desde ocho metros de Baron en el segundo cuarto (26-32), pero el Gescrap reaccionó y tuvo su oportunidad de sentenciar en la recta final del tercer cuarto, cuando hizo un parcial de 11-4 que puso un peligroso 64-57 en el marcador. Al Lagun Aro, con una rotación numérica bastante inferior a su rival -Sito empleó a nueve jugadores y uno de ellos, Ogide, solo disputó siete minutos- parecía que le empezaban a flaquear las fuerzas, pero hizo un esfuerzo extra en defensa y, gracias a dos triples de Salgado y a los puntos de Panko y Baron, volvió a meterse de lleno en el partido.
La eliminación de Doblas en el minuto 37 fue un duro golpe, pero al Lagun Aro los problemas no le hunden, sino que le motivan, y no acusó la ausencia del cántabro, así que el intercambio de golpes continuó. Con 76-75, ya en el último minuto, Raül López, que hasta entonces había hecho un partidazo, metió una canasta pero falló el adicional (78-75). Luego Baron falló dos tiros libres, pero un providencial Betts atrapó el rebote ofensivo, asistió a Vidal y este anotó un triple para forzar la prórroga. El derbi más espectacular de los últimos años no podía tener otro desenlace.
En el tiempo extra, el Lagun Aro estuvo brillante. Firme en defensa y seguro en sus decisiones, apenas erró ante un rival mucho más nervioso. Y encima contó con un killer de excepción, Sergi Vidal, que anotó un triple y luego un espectacular 2+1 que selló una victoria de las históricas: la primera en Bilbao, la quinta consecutiva en una racha de lujo y la cuarta a domicilio, un dato que demuestra lo que más define a este equipo, su carácter a prueba de contratiempos. El Lagun Aro de Sito por fin conquistó Bilbao y ahora se prepara para conquistar terrenos desconocidos hasta ahora. Puede que juegue la Copa, puede que no, pero a ganas nadie le va a superar.