Donostia. Al Lagun Aro GBC se le resiste la primera victoria del curso. Tres derrotas en otros tantos encuentros, la última encajada ayer en Illumbe frente al Unicaja (92-95), certifican el inicio que nadie, en el arranque de un nuevo proyecto, quiere vivir en sus carnes. El conjunto de Sito Alonso también pudo haber ganado ayer, pero, al igual que sucedió contra el Obradoiro y el Valladolid, en el tercer final ajustado consecutivo la moneda volvió a salir cruz. El equipo mejoró notablemente su rendimiento respecto a las dos anteriores citas, pero no fue posible ganar porque el Unicaja es un rival de mayor entidad y, pese a que solo ha transcurrido una semana de la temporada, las derrotas empiezan a pesar y urge saborear un triunfo cuanto antes. La ACB no acostumbra a esperar a nadie.

Es probable que, de haber jugado contra Obradoiro y Valladolid como lo hizo ayer, el Lagun Aro tuviera ya un par de victorias en su zurrón. El equipo guipuzcoano cuajó frente al Unicaja una buena actuación en líneas generales. Liderados por Panko y Vidal, todos los jugadores sumaron. Se vio a un equipo más intenso, más rápido, más regular durante los 40 minutos, más suelto, sin la tensión de los dos primeros días y cerrando el rebote defensivo con mayor efectividad. Es decir, una versión bastante avanzada ya de lo que quiere su entrenador. ¿Qué falto entonces para ganar? Un punto de agresividad en defensa en momentos puntuales, porque es muy difícil ganar un partido encajando 95 puntos, y esa pizca de suerte -o acierto- al final, porque Baron y Neto tuvieron en sus manos dos triples para igualar el marcador en los últimos segundos. Además, Valters, Fitch o Freeland demostraron que son tres de las estrellas de la liga, sobre todo el pívot, y los árbitros tendieron a favorecer a los visitantes en momentos de duda. Es lo que siempre pasa cuando se enfrentan un modesto y un grande. Quien más lo sufre es David Doblas, una vez más eliminado por cinco faltas. Al menos una no lo fue.

intercambio de canastas Sito Alonso introdujo dos novedades en el quinteto inicial, Neto y Betts, quizás por el cansancio acumulado el jueves en el Pisuerga por otros jugadores. La apuesta parecía muy, muy arriesgada, pero la verdad es que le salió bien y el Lagun Aro, pese a empezar 0-6, fue mejor en el primer cuarto gracias a un inspiradísimo Panko, autor de tres triples en los primeros minutos. Dos triples de Salgado y Lorant en los primeros minutos del segundo cuarto dieron a los guipuzcoanos nueve puntos de renta (37-28), su máxima ventaja de la tarde. Al equipo de Sito Alonso le salía todo en ataque, pero un breve bache fue perfectamente aprovechado por el Unicaja para volver a entrar en el partido e incluso ponerse por delante al borde del descanso con un parcial de 2-12 (39-40). El segundo cuarto acabó con más puntos del omnipresente Panko que pusieron uno arriba al GBC: 46-45.

El partido era bonito de ver, con mucho ataque y poca defensa y daba la sensación de que el equipo que subiera un punto su nivel defensivo se llevaría el gato al agua. Parecía complicado que lo lograra el Lagun Aro, que venía de jugar un choque bastante duro e intenso 48 horas antes en Valladolid. Pero pasaban los minutos y los de Sito Alonso seguían dando la talla. Esta vez, y debido a la extrema vigilancia a la que estaba sometido Panko, fueron un mejorado Neto y un espectacular Vidal quienes tomaron las riendas (57-51). Sin embargo, y como ya había sucedido antes, el Unicaja castigó muchísimo los errores locales y volvió a ponerse por delante (59-61). Parecía que el fuelle se le estaba acabando al GBC, pero surgió Papamakarios para dar un impulso al equipo y, con ocho puntos seguidos, volver a voltear el marcador (73-68) al inicio del último cuarto. El griego empezó a dar muestras ayer de que puede ser un jugador válido en defensa y en ataque. Desde luego, todas las aportaciones serán bien recibidas.

doblas, eliminado Con el duelo en su punto álgido, 80-83 para el Unicaja, llegó uno de los momentos claves del choque. Doblas fue eliminado por cinco faltas a tres minutos del final. Un día más, los árbitros volvieron a castigar en exceso al pívot cántabro. Entre que le pitan con muchísima facilidad y que él sigue haciendo faltas prescindibles, la historia siempre acaba igual y conviene solucionarla cuanto antes, porque, vistas las carencias interiores del equipo, Doblas es un jugador capital. Entre otras cosas porque Betts está "al 30%", como dijo el propio Sito Alonso luego en rueda de prensa.

Estos problemas por dentro quedaron confirmados en la recta final del partido, cuando Freeland, que como era previsible se puso las botas, decantó el choque con seis puntos en menos de dos minutos. Baron hizo soñar a la afición con la victoria gracias a un triple más adicional y dos tiros libres que pusieron el 92-93. Valters puso el 92-95 desde la línea de personal. Quedaban 16 segundos y el Lagun Aro tuvo la opción de empatar. Baron erró un triple desde la esquina y el balón llegó a Neto, que lanzó otro triple que escupió el aro.

Pese al buen empeño del equipo, la decepción fue total en Illumbe. No es para menos cuando los tres primeros partidos acaban en derrota. Se empiezan a percibir los primeros síntomas de nervios y conviene atajarlos cuanto antes, porque la de ayer fue otra cruz en un camino que no se antoja sencillo. Si la primera alegría llega el próximo sábado en la visita al Estudiantes, mucho mejor. El Lagun Aro mejoró, ahora hace falta plasmar esa mejoría en el primer triunfo del curso.