"El viento nos hizo entrar en la tanda de honor, pero no puede deslucir nuestra buena regata"
Los tripulantes de la 'Torrekua' asumen su fortuna pero revindican su nivel El domingo tratarán de atar su cuarta plaza pese al acoso de Astillero
Donostia. Cuando Hondarribia y San Juan acaparaban las apuestas sobre qué traineras guipuzcoanas se colarían en la tanda de honor, la Donostiarra rompió la banca en una regata rota por el viento y la mar, que maniataron a los botes de la segunda tanda y liberaron la euforia alrededor del bote local.
El primero en reclamar sosiego es su entrenador, José Ramón Mendizabal, Mendi: "Asumimos nuestra humildad y que concurrieron unas circunstancias favorables en forma de viento y borrasca que nos permitieron entrar en la tanda de honor", reconoce. "Ni por asomo esperábamos ese cuarto puesto", respaldan dos pesos pesados del vestuario como el errenteriarra Miguel Ángel Enríquez y el sanjuandarra Ibai Sistiaga.
Pero esa cuarta plaza fue posible porque, a pesar de que con mala mar siempre se acrecientan las diferencias, la Torrekua solo se dejó casi un minuto respecto a Kaiku, aguantó a Pedreña en el largo de ida, y volvió en tiempos de las embarcaciones de la segunda tanda. "Quien se salió fue Urdaibai", destacan los remeros. Y es que la Bou Bizkaia batió el récord del segundo largo (8:54.86) que fijó San Juan en 2010 (9:02). "Las condiciones en que se remó no pueden deslucir nuestra buena regata. Estuvimos cerca de Pedreña, y solo nos despistamos durante dos minutos del segundo largo, en los que Pedreña nos sacó unos doce segundos".
En el bote fueron conscientes de ese lapsus en el que la remada se desarmó: "Fue una regata muy complicada. Pero aun reconociendo que en La Concha siempre vas incómodo y la sensación remando es que el bote va peor de lo que en realidad va, hubo un momento, antes de Puntas, sobre el minuto 13-14 en el que fuimos más perdidos", describe Enríquez.
"Era fácil desorientarte. Al salir de Puntas, pierdes toda referencia. Se veía que la mar estaba movida, pero cuando el patrón te va marcando los minutos, y te grita el minuto nueve y remas, y remas, y no llegas a la baliza cuando normalmente giramos en menos de diez minutos... Se hizo muy largo". ¿Se hizo? Lo fue. Eterno.
Nada más cruzar la meta, la Torrekua se refugió en el puerto y su tripulación fue a la ducha. "Al final de nuestra tanda, las condiciones habían empeorado, pero aún no pensábamos que entraríamos en tanda de honor", señala Enríquez. "Cuando nos fueron diciendo que le sacábamos 40 segundos a Astillero, nos dijimos ostras, que nos metemos", recuerda Sistiaga. "La mar a veces te da y a veces te quita", apunta el errenteriarra. Esta vez, "nos premió todo el trabajo del año", agradece el sanjuandarra, que cumple su tercer año en la Donostiarra, cedido por San Juan. "No he podido hacerme un hueco en la trainera de mi pueblo, y aquí estoy muy a gusto. Es curioso que yo haya entrado en la tanda de honor, y San Juan, no. Me da pena, pero ahora defiendo otros colores y me vuelco por ellos".
La trainera local es la tercera con más victorias en el historial de la Bandera de La Concha, ya que sus catorce entorchados solo los superan San Pedro (15) y Orio (31). Eso sí, nueve de esos catorce éxitos datan del siglo XIX y el último, de 1950. "En una ciudad tan grande, la afición no está tan cerca como puede suceder en Orio, San Juan o San Pedro. Pero está ahí. Es como un gigante adormecido que debemos tratar de despertar", opina Mendi.
Un potencial por explotar Pese a su profundo sueño, al gigante se le ha visto parpadear al oír la campanada que dio la trainera. "Es un buen espaldarazo", coinciden los tres. El pasado sábado en estas páginas, el entrenador reconoció que el proyecto camina, aunque no al ritmo que pudiera. Lo refrendan sus remeros: "Humana y económicamente, el potencial de la ciudad es enorme. Pero haría falta un poco más de unión alrededor de la Donostiarra", reclama Sistiaga.
"Los inviernos siguen siendo muy duros aquí. Los clubes que integran el proyecto tienen sus propios intereses, que son legítimos, pero afectan a la trainera. Urki y Arraun trabajan con sus ochos, y mientras sacas el ocho la trainera está en tierra y retrasas su preparación. Y en invierno lo que hace falta es rodar, rodar y rodar. Un club importante se puede permitir sacar el ocho, pero uno como el nuestro lo acusa. Mira Orio, este año andaban más justos de gente y la temporada del ocho la hicieron con remeros de Orio B. ¡Y eso, Orio!, argumenta Enríquez.
"Lo más difícil -subraya Sistiaga- es lo que estamos haciendo ahora: progresar con unos medios justitos. La tanda de honor de la ARC cada vez se pone más cara. Para 2012 sería importante recibir una inyección económica y reforzar un poquito el equipo para dar otro pasito".
"Hay remeros por ahí muy interesantes y que podrían venir si les ofreces un proyecto ilusionante. Pero también es de valorar que junto a Orio, San Pedro y Hondarribia, tenemos una segunda trainera de la que echar mano. En total, tenemos unos cuarenta chavales, y en las dos traineras somos de los que más propios tenemos", valora Mendi.
De algún modo, el donostiarra , presidente y tambor mayor de la sociedad Gaztelubide, está repitiendo en Donostia la labor que llevó a Zarautz a lo más alto. De la Enbata que fue dos veces cuarta en La Concha y en 2008 no se clasificó al ser octava en la eliminatoria, Mendi repescó a Iñaki Durandegi y Enríquez, además de Unai Luzuriaga, aunque el entonces proel de Zarautz este año ha colgado el remo y ayuda a Mendi. En la tanda de honor habrá otros dos ex de aquella Enbata: Gorka Aranberri y Bersaitz Azkue, en Urdaibai. "Quien me sucedió, Kike López, estará con Pedreña", apunta el técnico.
"Cuando Mendi nos llamó -explica Enríquez-, tuvimos claro lo que nos pedía: aportar veteranía y tranquilidad y ayudar a controlar la ansiedad que en determinados momentos pueden tener los más jóvenes o menos experiencia. Los equipos necesitan gente así". Ese poso, será fundamental para defender la cuarta plaza ante el acoso de Astillero.