donostia. ¿Usted también divide la temporada en dos, hasta el 7-5 a mediados de diciembre y el bajón a partir de entonces que deja el balance definitivo en 12-22?
Bueno... sí. El equipo comienza bien, con victorias y sensación de solidez. Perdemos un puesto con el bajo rendimiento de Tskitishvili y lo sufrimos a partir de Navidad, cuando se nos junta un calendario malo, algún jugador que baja su rendimiento... ahí enlazamos derrotas que nos alejan de la parte alta de la clasificación que ocupábamos. A pesar de eso, recuperamos una buena línea al final, aunque ha sido la temporada en la que más altibajos y lesiones hemos tenido.
A Tskitishvili no lo sustituyen antes por otro jugador porque no había dinero. Pese a eso, si volviera a ocurrirle algo así, ¿cambiaría la manera de actuar y pediría al club un esfuerzo para mejorar le equipo?
Pues sí. Es algo que analizamos y que realmente pensamos. Cuando en enero pensamos en traer otro jugador, no había muchas opciones en el mercado y económicamente no llegábamos. Tengo claro que por encima del equipo está el club, aunque pensara que era importante traer a alguien en esa posición. Pero no quiero centrar las culpas en Niko. Ha habido más jugadores que en la segunda vuelta han bajado su rendimiento.
Aspectos que han marcado la temporada. Uno: las derrotas a finales de cara o cruz. ¿Qué ha influido más: los errores propios, la labor arbitral o la mala suerte?
Ha habido de todo. En los dos partidos contra el Joventut hemos tenido ventaja y nos han cogido un rebote ofensivo, lo mismo que en Bilbao, que les ha dado una opción de tiro más. Son tres partidos en los que no tenemos la última posesión por un fallo nuestro. El día del Madrid se juntan el error de no hacer falta y esa decisión arbitral final que les da un balón a ellos. El día del Barça, el mismo árbitro (Arteaga) nos rompe el partido con una intencionada y una técnica seguidas. Y en Manresa, nos ganan con una canasta prácticamente de suerte. Las situaciones finales hay que trabajarlas y entrenarlas, pero no puedes controlar todo.
Dos: al ser el Lagun Aro un equipo pequeño tiene que vivir con la predisposición de los árbitros para 'tirar' hacia los grandes.
El fuera de banda que nos quitan aquí contra el Madrid es clarísimo. A mí eso me jode, pero el árbitro también se equivoca. Me preocupan más partidos en los que la línea de arbitraje para nosotros no ha sido buena. Ha habido días en los que a Baron le han tenido agarrado desde el minuto uno. Igual es una cuestión de experiencia en la liga. Fuera de casa sentimos que no somos respetados.
Tres: otra vez han estado bien en Illumbe, con diez victorias, pero en los desplazamientos la racha es terrible, con solo dos triunfos.
La ACB es muy casera. Hemos ganado dos partidos fuera y hemos tenido otros tres prácticamente ganados: Bilbao, Manresa y Badalona. Para nosotros es clave mantener esa solidez en casa que hemos logrado tener en un campo que es relativamente cómodo para los rivales. Fuera de casa, ha habido partidos que hemos tirado en dos minutos, como Valencia o Alicante, y otros más preocupantes. Hay que intentar mejorar ahí, está claro.
Cuatro: la sensación de cierto acomodamiento en el equipo cuando la situación en la tabla es holgada.
Esto no es una cosa que ves en uno o dos días. El año pasado ganamos al mejor equipo de Europa, el Barcelona, y luego hicimos 39 puntos al Valladolid. Esto me hace levantar la voz de alarma, porque el equipo es el mismo y solo ha pasado una semana. Desde el club me han llegado a decir: Estoy seguro de que si necesitamos ganar un partido en casa para salvarnos, lo haremos. A mí no me gusta eso de que voy a ganar porque el partido es importante y juego en casa. A mí me gusta más una línea constante, de mejora continua.
¿De dónde viene ese acomodamiento? ¿El club es poco exigente?
No. Todos los clubes son exigentes. Este club cumple sus obligaciones y no está cambiando jugadores continuamente. Es la forma de ser del club. Esa estabilidad yo la acepto, creemos que es el único camino para mantener este proyecto; si eso significa comodidad para los jugadores, están muy equivocados, porque llegará un momento en el que decidiremos cambiar jugadores. Es paradójico que otros clubes que pagan tarde son capaces de mantener una línea de trabajo y resultados. Debemos valorar el por qué de eso.
En su momento quisieron quitar presión al equipo en el tema de la Copa, aunque ahora hablan de decepción. En su momento pareció una actitud conformista.
Todo es criticable. Si salimos diciendo que tenemos que jugar la Copa, también se puede volver en contra. Ahora puedo decir que para mí no entrar en la Copa fue un pequeño fracaso porque lo tuvimos muy en la mano, pero no puedo hacer que eso hipoteque la temporada.
Como cada campaña, hay equipos por debajo de las expectativas y otros por encima. No sé si es justo, pero siempre nos fijamos en estos últimos y los comparamos con el GBC.
No me miro en los otros. Si para hacer una buena temporada te has tenido que endeudar, no pagar a tus jugadores o ir a la ley concursal, como técnico te crees que lo has hecho muy bien, pero el club está fracasando. Me considero un entrenador de club, valoro su esfuerzo y me gusta que éste sea un club serio, que cumple sus compromisos.
El mercado no se ha empezado a mover aún.
Es muy pronto. Para empezar, ni sabemos el marco de contratación que vamos a tener. Luego está la situación económica. En la LEB y en el primer año en la ACB hicimos equipos largos, lo que nos sirvió para lograr los objetivos, pero a partir de ahí hemos ido bajando el presupuesto y tenemos que vivir con situaciones como la de Tskitishvili. Tendremos que ver qué dinero tenemos y cómo está el mercado, pero será importante contar con jugadores que puedan actuar en varias posiciones. Tengo ideas, pero está todo en el aire.
Entre los que pueden renovar, destaca el tema de Uriz. Por ser capitán y por lo que ha hecho aquí, ¿tratará su futuro con especial mimo?
Trato con especial cuidado a todos: Uriz, Miralles, Lorbek... pero al final tengo que hacer el mejor equipo posible y aún no sé quién me va a entrar. No quiero hablar de casos concretos. La idea es mejorar el equipo sin tener en cuenta casos particulares. Por ejemplo, Isaac era una de mis debilidades y no le renovamos.
Doblas tiene contrato pero ¿se replantea su futuro debido a su bajón de juego en la segunda vuelta?
David fue clave en el ascenso y en la ACB ha ido siempre a más, por eso su final de temporada ha sido decepcionante. Pero no valoro solo su bajón, igual es una cosa de equipo y tenemos que cambiar de compañeros de viaje. Tengo que valorar el equipo en global.