"Cuando corría me llamaban 'Loroño', pero no porque yo fuera bueno, sino porque siempre hablaba de él"
Salvo árbitro, lo ha sido todo en el ciclismo: ciclista, director, periodista, federativo y organizador. Pero Jaime Ugarte (Donostia, 1937) está deseando ser un simple aficionado, para ir a los puertos a ver pasar a los ciclistas desde la cuneta: "Es lo bonito"
Donostia. Como presidente de Organizaciones Ciclistas Euskadi, Jaime Ugarte lidera el mismo grupo de trabajo que él mismo reunió en 1978. Bajo su paraguas, han cobijado a la Vuelta al País Vasco, la Clásica de San Sebastián, las Seis Horas de Euskadi, la salida del Tour desde Donostia en 1992 y el Mundial de 1997. La próxima temporada, cogerá sus bártulos y se apartará. También sus fieles colaboradores.
Ha dicho que se irá en 2012.
Estoy cansado. Está todo muy difícil, y es un mendigar constante. Tras tres décadas haciendo la Vuelta y la Clásica, te duele más. Pero sufres a diario para llegar al presupuesto y si te falla un premio o dos, tienes que buscar otras fórmulas, como que un grupo que antes iba al hotel ahora duerma un par de días en casa para ahorrar. Y eso que el presupuesto es fuerte y nadie tenemos afán de lucro.
¿Pone cruces en el calendario?
No. Me comprometí para cuatro años como presidente de Organizaciones Ciclistas Euskadi, así que en 2012 cumpliré tras la Clásica. Supongo que será José Luis Arrieta, que es quien más cerca de mí ha estado y que se sabe todos los entresijos de las pruebas, quien tome la continuidad.
Son pareja de hecho...
A José Luis le cogí en el Mundial de 1965 para ayudar, ya fuera a barrer, a llevar papeles de un lado a otro... Yo me ocupaba de atender a la prensa, en el velódromo descubierto.
Ha hecho de todo en el ciclismo...
Desde 1960 o 1961 estuve dieciocho años escribiendo en DV. En 1978 dejé de escribir para ir a la Federación Guipuzcoana, en las primeras elecciones democráticas que hubo. Luego creamos la Vasca y la desarrollamos durante diez años. En la Guipuzcoana me creé mi equipo, que es el que ha seguido hasta hoy, incluido el fallecido Iñaki Lete, y ya creamos la Clásica y cogimos la Vuelta.
Pero primero fue ciclista...
Un proyecto bastante malo... Para que haya buenos, tiene que haber malos. Corrí tres años, coincidí en el equipo con José María Errandonea.
¿Por qué el ciclismo?
Estudiaba en La Salle, y se organizaron unas carreras en el colegio, gané algunas, y ahí me animé.
¿Tenía ídolos?
Fui loroñista. Me gustaba Loroño, un ciclista con dos pelotas. Muy maja persona. A algunos les parecía distante, pero me llevé muy bien. Admiré su lucha con Bahamontes. Aquellas batallas eran preciosas y eran lo que te hacía andar en bicicleta.
He oído y leído mil piques entre loroñistas y bahamontistas.
Era lo que daba salsa a la época. Ellos se podían llevar bien, pero generaban pique. Era bonito. Cuando empecé a correr, me llamaban Loroño, pero no porque fuese bueno, sino porque siempre estaba hablando de él.
Luego fue director...
Otros tres años o así. Creo que fue el único equipo por aquí que nos pagaban los viajes o los tubulares...
Y después le pagaron por escribir.
Lo hacía bastante bien. Más que las crónicas, me gustaban las entrevistas en la meta, cortas y sabrosas.
¿Por qué firmaba 'Jaquito'?
De una cena con los hermanos Mendiburu en la sociedad de Martutene (Txapel Aundi). Ramón trajo un italiano, segundo director o auxiliar de un equipo, y en lugar de llamarme Jaime, me llamaba Ja (pronunciado Ya), Jai, Jacques, Jaquito... y así salió lo de Jaquito... Lo dejé en el 78 al llegar a la Federación. En el 79 empezamos con las Seis Horas, en el 80 cogimos la Vuelta porque cerró La Voz de España, que era la que la organizaba y como yo era presidente de la Federación, la asumimos. En el 81 inventamos la Clásica, y hasta hoy, que voy a cumplir 75 años y 50 de casado, y quiero olvidarme de todo esto, cogerme una televisión de bolsillo, y a ver a los ciclistas a los repechos, que es lo bonito.
En el ciclismo, ¿cualquier época pasada fue mejor o no mira atrás?
Claro que miro atrás, para ver todo lo que hemos hecho. Como en la vida. Tengo nietos de 4 años y de 25, y sé cómo fue mi juventud y cómo han sido las siguientes, porque lo veo en casa. El ciclismo de antes era de impulsos, de desgaste. Ahora es más moderado, técnico y teórico. Antes era un ciclismo más puro, pero puro a nivel deportivo, que alguno también las metía dobladas.
¿Qué tipo de periodista sería ahora? De los que viven el ciclismo o de los que solo ven el dopaje?
El dopaje ha hecho tanto daño... Si todos los deportes fuesen tratados de la misma forma, no me importaría. Pero no se puede consentir que el único deporte que está controlado las 24 horas del día, los 365 días del año, es el ciclismo. Y haya otros deportes con pruebas manifiestas de dopaje, como se vio en la Operación Puerto, en la que hay 220 bolsas a las que aún no han asignado un propietario, y que son atletas, tenistas, futbolistas y más... Eso es inconcebible. Si la justicia es justa, lo será para algunos. ¿Recuerdas los ciclistas que siguen parados porque no se ha resuelto aún un problema de hace cinco años? Los hermanos Osa, Beloki... Los casos de dopaje deberían cerrarse en una semana: si uno da positivo, que sea sancionado o no en una semana. No es normal alargarlos tanto tiempo.
Que se lo digan a Contador.
¿Cómo no lo han solucionado ya? ¿Esa tontería que ha salido en un control es suficiente? No debería, porque el clembuterol debería ser una sustancia cuantitativa, porque con la cantidad que apareció en su organismo no beneficia nada. Y se ha logrado romper a una persona.
¿De qué se siente más orgulloso?
De habernos mantenido año a año a pesar de las dificultades. Me da igual que gane uno u otro, que sea Kelly o que nunca lo consiguiera Indurain. Me enorgullece la pelea diaria y el haber llevado la Vuelta a los pueblos pequeños. En las grandes capitales no encuentras el calor de los pueblos, ni a veces la colaboración deseada. La excepción ha sido Vitoria-Gasteiz, que espero nos reciba muchos años.
¿Y Bilbao?
Fuimos una vez. Hace no mucho les ayudé para intentar traer el Tour a Bilbao. Tengo buena relación. Si fuésemos a pedir... A los que vengan ya les diré con quién hablar en Bilbao (ríe). Sería un gran final de etapa.
Y tanto, traerá la Vuelta a España.
Como aficionado, me parece muy bien. Cuando la Vuelta a España llegaba a San Sebastián, me ocupaba yo del programa previo a la llegada del pelotón. Lo que no me parecería bien es que por traer la Vuelta a España no se apoyara debidamente a la Vuelta al País Vasco. Pero no se da el caso.
Dice que le da igual que gane uno u otro, pero cuando en 1986 ganó Sean Kelly y no Maurizio Rossi, respiró.
¡Uff! Aquel año, en el coche, íbamos pensando en adjudicarle como hermano a un famoso futbolista de entonces, Paolo Rossi. ¡Casi nos la monta! Como organizador, siempre quieres a los mejores ciclistas en el palmarés, y ahí los tenemos.
Pero dependen de las instituciones.
Y quién no. La Volta a Catalunya estaba peor. El único patrocinador ha sido la Generalitat, y eso que era el centenario de la carrera. Pero a Rubén (Peris, presidente de la prueba) le dijeron que tirase para adelante, y pudieron hacer la carrera. Sin las instituciones no haríamos la Vuelta. Lo que no admitiría es que una institución le dé un dinero a un equipo para pagar a un extranjero o un entrenador que viene y se va al mes o al año. Pero a un acontecimiento como el nuestro, que difunde la imagen del País Vasco por el mundo con grandes audiencias, es de valorar. Y hay que ver si ese dinero es para beneficio propio o para organizar la carrera. En nuestro caso, es para organizar. Llevo mes y medio intentando cuadrar cuatro patrocinios de poca monta, y no he cerrado ninguno tras tocar mil puertas.
Patxi Mutiloa planteó la idea de cobrar a los aficionados... La Vuelta ya lo hizo en Ibardin.
Patxi Mutiloa procede de la pelota, y ahí hay taquilla. El ciclismo es al aire libre y no se puede poner puertas al campo. Es más lo que te cuesta organizar las entradas que lo que sacas.
¿Se nos acaba la imaginación?
Sí. Los que más fácil podíamos tenerlo somos nosotros, al tener ETB, Teledeporte y Eurovisión en directo, con audiencias de tres millones de espectadores diarios. Pero ni por esas. La Clásica, al ser un día y tener el caché de la Copa del Mundo, tiene mucho tirón, y en 2009 tuvimos 12 millones de telespectadores en todo el mundo. Algo increíble. Una pasada.
¿Ha hecho su porra?
Que gane el mejor. Me gustaría que fuera Samuel, que es un gran ciclista y es de casa. Sería un gran vencedor, pero cualquiera es bienvenido.
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