El visitante chollo
El Lagun Aro solo ha ganado dos de sus últimos 24 partidos que ha jugado fuera de casa
CADA partido lejos del San Sebastián Arena se está convirtiendo en una agonía para el Lagun Aro GBC. Ganar fuera de casa es siempre difícil para un equipo modesto en la Liga ACB, pero los números del conjunto guipuzcoano son para echarse a llorar: en los últimos 24 encuentros que ha jugado fuera de su pabellón solo ha logrado dos victorias, ambas cosechadas este año en Menorca y Granada, los dos equipos que están hundidos en el fondo de la clasificación. Su balance de 2-22 habla por sí solo.
Esta nefasta racha comenzó en diciembre de 2009 y continúa en la actualidad, aunque el equipo de Laso podría enderezarla ganando el domingo en la cancha del Meridiano Alicante, antepenúltimo clasificado. En la primera vuelta de la pasada campaña, el 13 de diciembre de 2009, el Lagun Aro ganó precisamente en la cancha del Alicante por 100-102. A partir de entonces llegaron once derrotas consecutivas hasta final de campaña, aunque los guipuzcoanos lo compensaron haciéndose fuertes en casa.
La primera de esas derrotas llegó en Granada el 19 de diciembre y la segunda en Badalona. Antes había logrado ganar tres de sus seis primeros partidos de la 2009-10 fuera. El desastre llegó después, con una serie de encuentros a domicilio saldados con dolorosas derrotas: por doce puntos en Manresa, por 25 en Málaga, por 26 en Bilbao, por nueve en Santiago de Compostela y por 15 en Canarias. El GBC estuvo a punto de ganar ante el Estudiantes, pero fue un espejismo. Después llegaron el fatídico 61-39 en Valladolid y una derrota por 35 puntos en el derbi de Vitoria. Más allá de las derrotas, lo realmente preocupante fue la imagen que dio el equipo en casi todos sus desplazamientos, que obligó al presidente Gorka Ramoneda a comparecer ante los medios varias veces tanto para pedir disculpas a la afición como para tratar de calmar los ánimos.
La temporada 2010-11 tampoco empezó bien fuera de casa, con derrota en Fuenlabrada, pero en la siguiente salida el Lagun Aro jugó un buen partido para ganar al Menorca. El 83-53 en Madrid dio paso a dos tropiezos que bien podrían haber sido victorias en Manresa y Badalona, pero dos canastas postreras de San Miguel y Carl English lo impidieron. La victoria en Granada el 18 de diciembre supuso alcanzar la cuarta plaza de la clasificación con un balance de 7-5, pero ahí acabaron las alegrías en los viajes. De nuevo volvió la sequía.
Llegaron entonces una serie de partidos a domicilio en los que el Lagun Aro dio más o menos la cara, pero acabó cayendo: Unicaja, Zaragoza, Estudiantes y Cajasol. Fueron encuentros en los que en algún momento tuvo opción de victoria pero en los que le faltó carácter, agresividad y ambición para ir a por la victoria, y así es muy difícil ganar en las canchas ajenas.
La inexplicable derrota en el derbi del Bilbao Arena, en la que se mezclaron los errores propios con la mala suerte y una actuación arbitral en contra, precedió a los dos últimos partidos fuera, en Valladolid y Valencia, en los que el equipo dio los mismos síntomas de la pasada campaña, perdiendo por 17 en el Pisuerga y por nueve en Valencia, aunque este pasado domingo iba cayendo por 21 en el minuto 34 y maquilló el marcador al final. En total lleva siete derrotas consecutivas, convirtiéndose en un chollo de visitante para cualquier equipo. Antes de final de temporada, el equipo de Laso tiene otros cuatro viajes para tratar de mejorar este paupérrimo balance del último año y medio, pero no le resultará fácil hacerlo. La única salida en principio asequible es la de este domingo a Alicante, porque luego tocará visitar al Gran Canaria, al Regal Barcelona y al Caja Laboral. El balance de 2-22 corre riesgo de engordar.