Donostia. Parece mentira, pero la historia se repitió solo cuatro días después. Toda la semana debatiendo sobre los dichosos seis segundos del domingo en Bilbao y resulta que ayer al Lagun Aro GBC le pasó prácticamente lo mismo. Otra vez tenía el partido en el bolsillo el equipo de Laso y otra vez lo dejó escapar de forma imperdonable encajando un triple perfectamente evitable, esta vez obra de Sergio Llull, y luego siendo arrollado en la prórroga, como en el derbi. Pudo ser el día de recuperar la ilusión, pero fue el de la enésima decepción de un equipo que, por una u otra cosa, no gana partidos. Ayer perdió por 78-88.

Ricardo Uriz había puesto, anotando dos tiros libres, el marcador en 76-73 a falta de 39 segundos. El San Sebastián Arena se preparaba para saborear el triunfo ante el único grande que faltaba por derrotar y el equipo se disponía a quitarse el mal sabor de boca del último partido. Suárez tiró un triple forzado que repelió el aro y una vez más el Lagun Aro no supo cerrar el rebote. El balón salió despedido a la línea de tres, lo recogió Llull, botó un par de veces el balón y se elevó para anotar el triple del empate. Increíble, pero otra vez los jugadores de Laso no fueron capaces de evitar la acción con una falta. Si en Bilbao hubo debate, ayer no podía haberlo. Hubo opción clara de hacer falta.

Para que no faltara de nada, también hubo polémica arbitral antes del bocinazo final. Al Lagun Aro le quedaron 5,6 segundos para armar la última acción. Sacó Salgado para Panko, que recibió pegado a la línea de banda defendido por Suárez. El americano botó y el balón pegó en los pies del alero del Madrid, pero Arteaga, el árbitro principal, consideró que el balón había dado en Panko y regaló la última posesión al conjunto blanco. Como siempre, en caso de duda, los colegiados de la ACB tiran del lado del poderoso sin ningún pudor. Afortunadamente, Prigioni falló el triple que habría dado la victoria a su equipo y el partido se fue a la prórroga.

En el tiempo extra pasó exactamente lo mismo que había sucedido en Bilbao. El Lagun Aro se vino abajo de forma estrepitosa. Tomic y Suárez dieron la puntilla a un equipo que llegó a esa prórroga roto física y psicológicamente, que no hizo más que perder balones y regalar la victoria. Es hasta comprensible que los jugadores estuvieran hundidos porque sabían perfectamente que habían dejado escapar vivo al rival una vez más. En cuatro días, la historia se ha repetido dos veces. Lo que podían haber sido dos grandes victorias se han convertido en dos enormes decepciones que dejan al equipo y a la afición tocados. En la situación actual del Lagun Aro, que en lo que va de 2011 solo ha sido capaz de ganar dos partidos, lo único que vale son las victorias, y siguen sin llegar.

Un buen Lagun Aro Las similitudes con el dichoso partido de Bilbao, el Lagun Aro GBC volvió a ofrecer ayer su mejor cara, lo que hace aún más dolorosa la derrota. Cierto es que el Real Madrid dio la sensación de ser un equipo vulgar, sin la grandeza que se le presupone, y totalmente dependiente del extraordinario tridente que forman Llull, Mirotic y Suárez ante la decadencia de los veteranos. Pero sigue siendo un conjunto difícil de batir y el GBC lo puso todo sobre la cancha para hacerlo.

El líder ayer fue Andy Panko, que cuajó un partido excelso con el único borrón de esa última posesión. El balón había botado en Suárez, pero conociendo los antecedentes de árbitros como Arteaga no habría estado de más atrapar el balón en lugar de dejarlo salir para que el árbitro no hiciera de las suyas. Pero antes de ese instante se echó el equipo a las espaldas acompañado, cómo no, de Jimmy Baron Jr., cada día más completo, cada día mejor. Los rivales se lo ponen muy difícil para tirar de tres, pero ahora sabe buscar una salida a esas estrechas defensas. Ayer forzó cinco personales y anotó los diez tiros libres que anotó. Está a un nivel altísimo.

Con los dos americanos tan enchufados y una defensa muy buena por tercer encuentro consecutivo, el Lagun Aro siempre estuvo metido en el partido. Remontó el peligroso 25-36 que registraba el marcador en el segundo cuarto y se puso por delante en el minuto 36. Cinco puntos seguidos de Panko y dos tiros libres de Uriz le hicieron acariciar el triunfo, pero éste se volvió a escapar de forma increíble. Los árbitros, la mala suerte... habrá algo más cuando ha pasado lo mismo dos veces en cuatro días y cuatro veces en toda la temporada.