donostia. Las excusas cuando pierdes pueden ser infinitas e incluso algunas ciertas, pero el baloncesto muchas veces es mucho más sencillo de lo que parece. El primer mandamiento es defender con fuerza: ser intenso y hasta agresivo, no permitir que el rival anote con facilidad, cerrar el rebote y correr para buscar canastas fáciles. El Lagun Aro no había hecho esto durante las últimas semanas y a partir de ahí surgían todo tipo de problemas. Ayer el guión se repitió durante más de medio partido, pero en un momento dado el equipo de Laso cambió el chip, se puso las pilas y defendió como debía hacerlo. El resultado fue que se pasó de un preocupante 38-45 a una importante victoria (81-70) que puede suponer un punto de inflexión en la temporada para poner punto final a la nefasta racha de los últimos tres meses y para que el equipo recupere la ilusión de su gente y escale algún puesto en la tabla.
Durante 23 minutos el Lagun Aro fue un fantasma que deambuló por la cancha. Sin chispa, sin fuerza, sin garra, sin transmitir nada a la afición. Sin fluidez de balón. Con una defensa blanda y permisiva. Con jugadores desacertados y frustrados. Es decir, como había sucedido contra Alicante, CAI Zaragoza o Fuenlabrada, por ejemplo, o en menor medida frente a Menorca y Estudiantes en las dos últimas jornadas. La situación duró dos cuartos y pico, concretamente 23 minutos en los que Uros Slokar fue el amo de la cancha mientras Panko y Doblas mantenían a duras penas el peso del Lagun Aro. En el citado minuto 23, el Manresa ganaba 38-45 y parecía dominar con facilidad el choque.
Entonces todo cambió. El partido se enrareció por diversos factores y el GBC sacó tajada de ello. Primero fue un codazo de Doblas a Slokar que los árbitros no vieron pero que empezó a subir la temperatura del choque. Luego un inexplicable error de Jordi Grimau en un contraataque manresano. Luego un 2+1 de Panko que puso el 41-45. Laso pidió a sus hombres subir las líneas y hacer una serie de defensas presionantes que funcionaron, porque crearon un gran desconcierto en las filas visitantes. El Lagun Aro, por fin, se puso a defender con una intensidad que no se le había visto desde la visita del Barcelona al San Sebastián Arena. Y el partido fue cambiando de signo. Una canasta de Kone y otra de Baron en el inicio del último cuarto pusieron al equipo de Laso por delante (59-57) y ya no hubo color.
salgado y doblas El Manresa se descompuso. Dani López hizo una falta antideportiva a Salgado, Montáñez hizo pasos en un ataque y sus protestas fueron zanjadas por los árbitros con una técnica, Larry Lewis también hizo pasos... El equipo de Ponsarnau no estuvo a la altura de las circunstancias. Mientras, el Lagun Aro supo pescar en aguas revueltas. Crecido gracias a su buena labor defensiva, empezó a mover el balón como no lo había hecho antes y los puntos empezaron a caer por su propio peso hasta lograr un parcial de 14-0 que dejó el marcador en 66-57. Minutos que demuestran de lo que es capaz este equipo, que si defiende con intensidad mete puntos porque tiene talento más que de sobra para ello. Pero si la defensa no existe todo va mal.
Jimmy Baron Jr. y Javi Salgado, dos de los hombres que peor lo han pasado en la racha de derrotas del Lagun Aro, tiraron del equipo ayer en el último cuarto. Supieron rehacerse de una primera parte de partido nefasta para ser claves en el triunfo. Sus puntos pusieron la puntilla a un Manresa que no pudo poner freno a la avalancha ofensiva del equipo de Laso, que en los primeros 23 minutos anotó 38 puntos y en los últimos 17 se fue hasta los 43. Una diferencia notable, fraguada en ese trabajo defensivo que trajo consigo puntos logrados en transición y, sobre todo, confianza para anotar. Baron se salió con tres triples en el último cuarto y alguna canasta en penetración que tanto se había echado en falta últimamente.
La victoria no corrió peligro en unos últimos minutos plácidos. Solo la eliminación de Doblas por técnica en el último cuarto, en una acción inadmisible para un deportista profesional, empañó un triunfo importante, que deja el balance en el San Sebastián Arena en un interesante 7-5. Vale, ganar al Manresa en casa es lo mínimo exigible, pero el Lagun Aro gustó en esos últimos 17 minutos. Es sin duda el camino a seguir para las doce últimas jornadas. La permanencia está virtualmente garantizada y el play-off es casi una utopía, porque está a tres triunfos de distancia, pero quedan retos interesantes por el camino. Por ejemplo, ganar en Bilbao dentro de siete días, derrotar por primera vez al Real Madrid o quitar el mal sabor de boca del año pasado en Valladolid. Son las tres próximas citas del Lagun Aro. Con una buena actitud, puede que todavía nos llevemos alguna alegría al cuerpo.