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Talento tardío

Kone conoció el baloncesto a los doce años y hasta los 16 no empezó a practicarlo con regularidad. Aprendió a jugar en Francia y Estados Unidos, y es un fijo en la selección de Costa de Marfil.

Talento tardíoFoto: gorka estrada

en Costa de Marfil, todos los niños juegan a fútbol. También lo hacía Mohamed Kone, el pívot del Lagun Aro GBC, en Abidján, ciudad en la que nació el 29 de marzo de 1981 y en la que vivió hasta la adolescencia. No jugaba a fútbol porque le gustara, sino porque tampoco tenía otra opción. "El fútbol es el deporte más popular allí, con mucha diferencia sobre el resto, así que yo también jugaba, aunque era muy torpe por mi altura", cuenta Kone, que tuvo una infancia cómoda: "Mi familia era de clase media. No éramos ricos, pero no nos podíamos quejar. Teníamos todo lo que queríamos y yo podía ir a un colegio privado".

Entonces, ni imaginaba que un día se ganaría la vida jugando a baloncesto. De hecho, ni siquiera sabía lo que era el baloncesto. "Hasta los doce años no lo practiqué, pero no jugué con regularidad porque allí nadie sabía jugar. Veíamos algún partido de la NBA por televisión, pero poco más". Al menos empezó a nacer en él una afición por el baloncesto que empezó a satisfacer en Francia. Con 16 años se mudó a Lyon para vivir con sus padres. "Entré en un club (el Asvel Lyon Villeurbanne) y empecé a tomármelo más en serio. Me pasaba todo el día jugando a basket en la calle, en los playground que había en la ciudad". Apenas tenía fundamentos del juego, pero su cuerpo le ayudaba. "Yo era el tío alto del equipo", recuerda.

En 2001, apenas cinco años después de empezar a jugar con regularidad, ya debutó en la segunda división francesa y en 2003 tuvo la oportunidad de marcharse a Estados Unidos. "Tenía dudas, porque me tenía que ir solo y no sabía cómo me iba a adaptar, pero al final mi familia me animó a probar. Siempre tenía la opción de regresar a Francia".

fructífero paso por estados unidos

Ganó 22 kilos en tres años

No se arrepintió de la decisión. Recaló en la universidad de Southern Idaho, donde creó un gran impacto pese a que los inicios no fueron fáciles: "Cuando llegué me di cuenta de que había jugadores igual de altos que yo pero más fuertes. Llegué con 90 kilos y en mis tres años en Estados Unidos alcancé los 112. El juego era rápido, agresivo y de contacto, y mejoré mucho físicamente".

Su buen primer año en Idaho hizo que se empezara a hablar de él como un posible jugador NBA. "Luego, tanto en mi segundo año en Idaho como luego en Valparaiso, no mantuve el nivel, así que sabía que las puertas de la NBA se habían cerrado para mí. No me importó porque tenía ganas de volver a Francia". Eso ocurrió en 2006, cuando fichó por el Chalon sur Saone.

Tres años antes se había ido del país galo como un chaval sin apenas experiencia en baloncesto y regresó con el caché que siempre da haber jugado en Estados Unidos y con 22 kilos más de músculo. Sin embargo, sus primeros pasos en Francia tampoco resultaron sencillos: "Fue un proceso de adaptación difícil. El basket en Europa es distinto, más de equipo, más inteligente. Yo llegaba de un juego muy individualista y el entrenador tuvo que trabajar mucho conmigo. Me decía que me centrara en lo que mejor sabía hacer". Superados esos primeros meses, vivió buenos años en el país vecino, sobre todo en la temporada 2007-08, cuando fue subcampeón liguero y jugó la Euroliga con el Chorale Roanne.

Tras una temporada, la 2009-10, en Turquía -"quería probar experiencias nuevas, pero fue un año difícil para mí"-, recibió la llamada del Lagun Aro GBC: "Sinceramente, no lo esperaba. Me había hecho a la idea de volver a Francia, pero la oportunidad de jugar en la ACB no surge siempre y no lo pensé. Estoy aprendiendo mucho. Estoy con grandes jugadores y con un gran entrenador. Esta liga es muy dura. Todos los equipos son buenos y no me he encontrado ningún pívot blando".

historia con costa de marfil

Al Mundial 24 años después

Su experiencia en Estados Unidos, Francia, Turquía y ahora la ACB hacen de Kone un fijo en la selección de Costa de Marfil, con la que ha hecho historia los dos últimos años. En 2009 lograron la plata en el Campeonato de África y en 2010 participaron en el Mundial, algo que el país llevaba 24 años sin hacer. Pese a ello, Kone es realista respecto al futuro del basket en su país: "No hay organización, porque los jugadores salen a Francia y Estados Unidos, y la liga es amateur. Todo el mundo juega a fútbol, pero ahora tenemos un buen equipo y quiero jugar más campeonatos importantes, aunque sé que no será fácil lograrlo".