La maldición de los finales ajustados a domicilio se acabó a lo grande. El Lagun Aro GBC se rehizo de sus recientes decepciones en Manresa y Badalona -dos partidos que perfectamente pudo haber ganado- y venció en su visita al Granada por 68-75, un triunfo que le coloca con un extraordinario balance de siete victorias por cinco derrotas y en quinta posición provisional a falta de que la jornada se complete hoy. La Copa del Rey ya no es un sueño, es una posibilidad real por la que el equipo de Laso peleará, seguro, hasta la última jornada de la primera vuelta, cuando se produce el corte copero.

El que se vivió en Granada fue un partido intenso, disputado. Como se preveía. El equipo local, pese a las bajas, era peligroso porque siempre se hace fuerte en casa y porque necesitaba la victoria como el comer para salir de los puestos de descenso. Enfrente, el Lagun Aro sabía que debía poner al menos la misma actitud para poder imponer su calidad en los últimos minutos. Lo hizo. Este equipo ya no es como el del año pasado o hace dos, que se arrastró por diversas canchas de la ACB encajando varias palizas inadmisibles. Este GBC ha peleado por la victoria en todos sus desplazamientos excepto el de Madrid.

El acierto inicial de Panko y Doblas y los malos ataques del Granada -que echó en falta a su lesionado base titular Gianella- permitieron al Lagun Aro coger la delantera en el marcador muy pronto (4-10 en el minuto cinco) y seguir así hasta el descanso. Los dos primeros cuartos fueron de poca calidad, con más errores que aciertos, pero ahí se sintió bastante cómodo el cuadro visitante, que enfiló el túnel de vestuarios con diez puntos de renta (24-34).

El habitual momento de crisis llegó a continuación. Stefansson, con ocho puntos consecutivos, lideró un parcial de 17-4 y el Lagun Aro perdió toda su renta (41-40). Laso pidió tiempo muerto y paró la sangría. Su equipo ya no jugaba con tanta comodidad como antes, pero al menos aguantó el tirón y mantuvo el marcador igualado. Surgió Salgado para, con cinco puntos consecutivos, frenar el ímpetu local.

Con 51-49 al término del tercer cuarto y 58-58 en el minuto 33, estaba claro que se iba a llegar a otro de esos finales igualados. Quien más quien menos se acordaba de las citadas derrotas ante el Manresa y el Joventut en circunstancias parecidas. Seguro que los jugadores también, porque esas experiencias pesan en la cabeza. Pero los hombres de Laso se hicieron fuertes, se conjuraron para que la historia no se repitiera y todos los que estuvieron en cancha en esos últimos siete minutos tuvieron un papel relevante.

decide baron Una canasta de Miralles a asistencia de Uriz -muy buen partido de ambos- y un triple del mejor Lorbek de la temporada dieron cinco puntos de renta al Lagun Aro (58-63). Tal y como estaban las cosas, esa ventaja era un tesoro. Kurz y Korolev, los mejores del Granada, redujeron al mínimo la ventaja visitante (64-65) a falta de dos minutos, momento en el que surgió Jimmy Baron Jr. El escolta llevaba un partido muy gris, pero anotó siete puntos consecutivos, incluido un triple que puso un casi definitivo 68-72 a medio minuto para el final. Se confirma que el de Rhode Island es un crack y que le gustan los finales ajustados. En los últimos segundos no hubo milagro granadino y el Lagun Aro se anotó un triunfo que le vale para seguir soñando con la Copa. Sea o no el objetivo, habrá que seguir peleándolo hasta el final.