Donostia. Las dificultades se veían venir. Por un lado, porque se antojaba difícil mantener el mismo nivel de juego del primer mes y medio de competición, y por otro, porque el Lagun Aro GBC se encuentra inmerso en un tramo de calendario complicado. Ayer, ambos aspectos se unieron y la cruel lógica de la ACB se impuso, ya que el equipo de Laso se vio ampliamente superado por el Power Electronics Valencia y encajó su primera derrota como local de la temporada: 75-82.
Es cierto que este nuevo Valencia de Pesic da miedo porque tiene un equipazo. Probablemente, por nombres, solo el Barcelona, el Real Madrid y el Caja Laboral le superan. Ayer en el San Sebastián Arena dio varias pinceladas de sus enormes recursos. Pero también es cierto que el Lagun Aro jugó su peor partido del curso como local. El conjunto guipuzcoano se mostró inusualmente espeso en ataque, con los dos bases, Salgado y Uriz, sin ideas para salir del atasco. La dupla organizadora local se vio ampliamente superada por Cook y De Colo, lo cual tampoco debe ser motivo de descrédito. Pero el caso es que con el vizcaino y el navarro tan poco inspirados, resultó imposible plantar cara al Valencia. Por momentos, fue un Baron y Doblas contra el mundo. En ningún instante dio la sensación de que el Lagun Aro pudiera competir de tú a tú con su rival.
Ni siquiera la Marea Azul pudo empujar a su equipo. Los aficionados se pusieron la camiseta azul que regalaba a la entrada Lagun Aro, pero luego no se mostraron nada entusiastas. La grada estuvo muy callada, seguramente porque el equipo tampoco le dio motivos para la alegría. El partido fue soso, lento y la superioridad visitante frustró cualquier amago de emoción.
Tercer acto fatal Tras un primer cuarto bastante igualado, en el que Doblas y Javtokas se batieron en un interesante duelo anotador, el choque empezó a decantarse en los últimos minutos del segundo acto, cuando el Lagun Aro ya no pudo aguantar más el empuje visitante y se fue a vestuarios nueve puntos por debajo (33-42). La renta siguió aumentando en un tercer acto fatal para los intereses guipuzcoanos. Si en los primeros veinte minutos al Lagun Aro le costó atacar, lo de después del descanso ya fue un atasco total, con los jugadores demasiado quietos, incapaces de escapar de la férrea defensa valenciana. Solo Baron, con siete puntos seguidos, logró mantener un halo de esperanza, pero en cuanto el Valencia hilvanó dos o tres ataques seguidos anotando, la ventaja se disparó (40-53).
Laso pidió tiempo muerto, pero su equipo siguió sin encontrar soluciones. Quizás falto, al igual que hace una semana en Manresa, un plus de agresividad para forzar alguna penetración que acabara, al menos, en falta. En este sentido, Andy Panko estuvo desaparecido en combate y al término del tercer cuarto no había anotado ni un punto. Con todo perdido, el Lagun Aro se soltó las ataduras. Muestra de ello fue la primera canasta del último cuarto, un 2+1 de Panko. Pero el arreón local duró muy poco y el partido acabó por romperse con una antideportiva de David Doblas a Rafa Martínez muy discutida por el público. El pívot fue demasiado duro en la penetración del escolta, sobre todo porque los árbitros ya habían pitado falta anterior de Alfonso Sánchez, pero la reacción de Martínez fue desmedida y sus gestos, encarándose con Doblas, quedaron sin castigo. El caso es que el marcador se fue hasta el 58-76.
A partir de ahí, el Lagun Aro se dedicó a maquillar el resultado con el beneplácito de un relajado Valencia, lo cual no evitó la impresión de que los de Laso habían hecho un mal partido. La duda es si fue un mal día o si la ola inicial empieza a perder fuerza. La solución, el próximo domingo en Badalona y dentro de dos semanas ante el Gran Canaria.