CUATRO años después de su fundación, de la polémica y las rencillas que llevaron la escisión de San Juan, a una herida que este año parece cicatrizar definitivamente, Donibaneko tocó el cielo al vencer contra pronóstico en la Bandera de La Concha de 1995. Además, lograron batir el récord de la regata en dos jornadas, con un histórico 39:14.88 que permaneció en vigor durante once años. De eso hace hoy justo 15 años.
Curiosamente, los sanjuandarras mejoraron el registro que San Juan había establecido en 1990 (39:37.68), cuando rebajaron la plusmarca de 1986 (39:54.92), también rosa. Aquella tripulación que bogó en La Navarra de Donibaneko, la formaron: Juan Mari Etxabe, Gabi Larrinaga, Joseba Fernández, Isidoro Sistiaga, Mikel Escribano, Valentín Budain (babor); Tomás Arostegi, José Manuel Azkue, José Miguel Beraza, Luis Goñi, Iñaki Mendizabal, Urko Arraras (estribor); con Patxi Aldasoro de proel y Juan Mari Lujanbio de patrón. "Fue una gran regata, sobre todo la del primer día, que logramos bastante ventaja y luego la pudimos mantener", recuerda Juan Mari Etxabe, hoy director técnico de San Juan.
El oiartzuarra, junto a Azkue, Arostegi, Aldasoro y Lujanbio, fue partícipe tanto del triunfo de 1999 como el de 1990, temporada en la que remó Josetxo Arrizabalaga, que nueve años después fue el entrenador que llevó al triunfo a Donibaneko. De aquella cuadrilla, varios entrenan hoy en día: Larrinaga, en San Pedro; Sistiaga, en San Pedro B; Mendizabal, en Hondarribia B; Fernández, en Castro.
Con su gesta, Donibaneko culminó un ciclo que comenzó en 1992, con su primera participación en La Concha. En su debut, los rosas se quedaron a 1.23 de la bandera, que fue para Orio, que les superó en la primera jornada por 1.58, pero el segundo domingo La Navarra sólo recortó unas centésimas a la San Nikolas que patroneaba José Luis Korta. Un año después, los rosas volvieron a ser segundos, pero ya a once segundos de San Pedro, que en la primera jornada logró aquel soberbio 19:23.57, que marcó una época.
Tras un cuarto puesto en 1994, Donibaneko se consagró doce meses después. Para ello, sorprendió a Orio, que había sido la gran dominadora de una temporada en la que los constructores revolucionaron las traineras con la introducción de la fibra. Ese año, la Federación Vasca admitió en sus regatas los botes de fibra, como ya permitía la Española.
Así, Olaziregi (Hondarribia y Koxtape), Fontán (San Pedro), Amilibia (Ondarroa y Santurtzi) y Cuesta (Donibaneko y Orio) aportaron sendas embarcaciones de fibra. La única de madera fue la Koruko Ama de Ur Kirolak, construido por Fontán. El segundo domingo, los donostiarras del barrio de Loiola también bogaron con una de fibra, una Cuesta que les prestó Santiagotarrak.
Lo cierto es que Donibaneko, que alquiló su trainera al club gallego Pontejos por 500.000 pesetas de la época, rentabilizó su inversión. En la primera jornada, sorprendieron desde la primera tanda con un registro de 19:33.81, a diez segundos del récord de la Libia. San Pedro cedió seis segundos y Orio, casi 14. En la segunda jornada, los aguiluchos, con José Luis Korta al timón, salieron a por todas, pero sólo restaron algo más de ocho segundos a La Navarra, que, con su 19:41.07, logró el récord de la doble jornada, que desde 2006 posee Castro con 38:13.32.
Quince años después de aquel triunfo que escoció en puntos de Pasai Donibane, la localidad rosa vuelve a sentir un único club.