donostia. Alfonso Sánchez, el comodín de Laso para el juego exterior del Lagun Aro GBC, posó ayer por primera vez con la camiseta de su nuevo equipo. Dijo que se siente "más un escolta que un base", pero el jugador criado en la cantera del Unicaja tendrá minutos en ambas posiciones, e incluso en la de alero. Su papel ya parece tenerlo bastante claro: "Tengo que dar un nivel defensivo alto, que contagie a mis compañeros. Tengo que ser duro atrás y en ataque estar tranquilo, que ya tendré mis oportunidades".

Sánchez llega procedente del Obradoiro, que bajó a la LEB, y asegura que su fichaje por el equipo de Laso es un paso adelante en su carrera: "Me siento beneficiado por venir aquí. Considero que he subido un escalón y vengo con ganas de asentarme en la ACB".

El escolta nacido hace 23 años en Jaén ha tenido que convivir con las lesiones, que cortaron de raíz su progresión como jugador. En el inicio de la temporada 2007-08, cuando militaba en el primer equipo del Unicaja, se rompió el ligamento cruzado y el menisco de la rodilla derecha. Al poco de recuperarse, se rompió el escafoides de su muñeca derecha, una lesión que le dio más problemas de los previstos porque se le agravó con una pseudoartrosis que también requirió de intervención quirúrgica. La pasada campaña en Santiago de Compostela fue la primera en mucho tiempo en la que estuvo prácticamente libre de problemas físicos, ya que sólo se perdió cuatro de los 34 partidos de la liga regular. "Mi carrera ha estado marcada por las lesiones. Lo intento olvidar, pero de todo se aprende. Me noto más fuerte mentalmente. Todos los jugadores tienen un par de lesiones importantes en su carrera, espero haber cubierto el cupo. El año pasado me sentí bien físicamente", reflexionaba ayer.

A Sánchez le gusta la plantilla que ha confeccionado el Lagun Aro: "Viendo los fichajes y los jugadores que siguen, es un equipo que me gusta, compensado. Espero que los nuevos nos acoplemos rápido. Comparando con otros conjuntos, podemos competir con cualquiera".

El escolta de 1,95 de altura no está muy preocupado por el hecho de que la línea de tres puntos se haya retrasado a 6,75 metros: "Creo que es más miedo escénico que otra cosa. No hay que tener miedo a tirar de tres. He estado entrenando este verano".