Arroyo visualiza el podio
El líder, crecido, se muestra "con más moral" tras el examen de Plan de CoronesEl rodador francés Damien Monier (Cofidis) estrena su palmarés en el suave Peio Term tras una fuga de 19 hombres
Donostia. Los psicólogos, en todos los ámbitos de la vida y más en el deporte, inciden en que para conseguir los objetivos, primero hay que visualizarlos, imaginarse a uno mismo alcanzando las metas propuestas. David Arroyo ya ha dado el primer paso, pues ya se ve el domingo en el podio de Verona. El talaverano del Caisse d"Epargne se ha sacudido ya cualquier alusión a la fuga que puso el Giro patas arriba en L"Aquila. Es un líder con derecho propio. Su buena cronoescalada a Plan de Corones lo ha armado de confianza, y ayer, en un terreno complicado, se le vio cómodo en el pelotón de ilustres, que dejó hacer a una fuga de 19 hombres que el francés Damien Monier (Cofidis) llevó a buen puerto en las tendidas rampas de Peio Terme. El galo de 27 años, buen persecucionista, estrenó así su casillero profesional.
A cuatro días pasa su finalización, a la corsa rosa le restan dos etapas con final en alto que pueden dar un revolcón a la general: la de mañana, con Mortirolo y Aprica; y, sobre todo, la del sábado, con Livigno, Elra, Foscagno, Gavia y Tonale. La crono final no le va tan mal a Arroyo, sólo desfavorecido contra el reloj ante Evans y un Vinokourov lejos en la general.
Pese al campo de minas que deberá atravesar hasta el domingo, el menudo David cada vez se ve más Goliat. "Arroyo es muy moderado y no quiere echar las campanas al vuelo. Le gusta ir día a día, sin generar excesivas expectativas. Aunque después de la cronoescalada, noté que había experimentado un cambio notable en su mentalidad. Por primera vez, al llegar a la habitación, me dijo: Pablo, ahora me creo que puedo hacer podio", explicó ayer Lastras, el veterano y sabio Penkas, que comparte habitación con el líder de la corsa rosa.
El madrileño, que está sufriendo un calvario desde el golpe que se llevó en la zona del sacro en una caída en las etapas holandesas, se sostiene en carrera "por David", un líder inesperado pero cada vez más sólido. Su entrenador, Pablo Cabeza, también ve "factible un puesto en el podio final" para su pupilo, a quien, con 16 años, diseñó una planificación a largo plazo que le ha llevado ahora a alcanzar el "cénit deportivo", según recoge en su blog. Asegura que en la época de mayor volumen de entrenos, David cubre 34 horas sobre el sillín.
Esos planes de largo recorrido se aceleraron en el año 2000, cuando Arroyo se impuso en el campeonato estatal sub"23. Entonces militaba en el Saunier Duval-Mapei, una escuadra vizcaina que dirigía Joxean Fernández Matxin, con perlas como Herrero, Zaballa, Santi Pérez, De la Fuente o Fernández de Larrea. Su triunfo, con 20 años, en el campeonato estatal sub"23 -en Murcia, por delante de Xavier Tondo y con Valverde, sexto- lo catapularon, en 2001, al Once-Eroski de Manolo Saiz.
Nueve años después, Arroyo lidera el Giro, en el que fue décimo en 2007 (a 11:58 de Di Luca) y en 2009 (a 12:50 de Menchov). No atisba el color del maillot, si el rosa de líder o el rojinegro del Caisse d"Epargne, pero ya empieza a verse en el podio. Ayer, respondió firme a los ataques de Basso y Nibali en Peio Terme: "Querían arañarme algún segundo y no lo han conseguido, esto es muy importante ya que mi moral va a más y la de ellos puede ir a menos", en referencia a Basso y Evans, sus grandes rivales: "Mis sensaciones están siendo muy buenas y empiezo a ver cómo Basso y Evans están igualando sus fuerzas lo que puede ser positivo para mí".
Mortirolo será su primer gran test.