donostia. Con un total de 19 cimas, la del martes fue una jornada francamente excepcional para una montaña como el Annapurna. Sin embargo, entre la primera cumbre del día, a cargo de Jorge Egocheaga (a las 10.00 horas del Himalaya, 6.15 hora peninsular), y las últimas del grupo de Oiarzabal, Pauner y Calafat transcurrieron casi seis horas (este grupo hizo cumbre a las 15.45, hora nepalí) que complicaron muchísimo el descenso de este grupo. Y es que una ventisca de nieve se cruzó en el camino de este último grupo y complicó un descenso sumamente exigente ya de por sí. El peor parado fue el mallorquín Tolo Calafat, que se encuentra desde la noche del martes a unos 7.500 metros esperando la ayuda de sus compañeros.

Mientras el resto de miembros de su equipo lograron llegar al campo 4 -7.100 metros- el martes por la noche (hacia las 00.00 hora local), Calafat se quedó en la montaña, muy fatigado y con síntomas de un edema cerebral. En principio, el objetivo del operativo de rescate era hacer llegar ayer un helicóptero lo más cerca posible de Calafat. Pero no fue posible y el rescate se tuvo que retrasar hasta hoy. Ante esta situación, Oiarzabal, Pauner y el rumano Colibasanu decidieron pasar esta pasada noche a 7.100 metros, a la espera de lo que pueda ocurrir hoy.

Además, Sonam Sherpa, de la expedición de Calafat, decidió ascender ayer por la tarde con un saco, corticoides, agua y algo de comida hacia el punto donde se encuentra el mallorquín. En principio, su idea era pasar la noche junto a Calafat a la espera del operativo de rescate llegase. Sin embargo, a última hora de ayer no había confirmación de que éste hubiera llegado hasta este punto.

con helicóptero La primera opción que maneja el operativo de rescate pasa por la utilización de un helicóptero de Air Zermatt para acercarse, en la medida de lo factible, a Calafat. La idea sería acercar lo máximo posible a uno o varios montañeros y, a partir de ahí, acometer el rescate por tierra. El asturiano Jorge Egocheaga se mostró ayer dispuesto a participar en el rescate. Además, en el campo 4 se encuentra Horia Colibasanu, quien también podría tomar parte.

Existen precedentes de este tipo de rescates como el de varios montañeros coreanos hace unos días en el Manaslu o el de Tomaz Humar en 2005 en el Nanga Parbat. En el Annapurna, a 6.500 metros, pasado el serac, existe una zona más llana en la que, en buenas condiciones meteorológicas, el helicóptero podría dejar a los alpinistas que decidiesen participar en el rescate. Según este guión, Egocheaga y quizá algún alpinista más ascendería en helicóptero hasta unos 6.500 metros y a 7.100 metros se uniría Horia Colibasanu para tratar de alcanzar el punto en el que se encuentra Calafat.

el plan b En caso de que el helicóptero no pudiese cumplir con lo previsto, Jorge Egocheaga podría tratar de ascender directamente hasta el campo 4. De hecho, el pasado sábado ya subió desde el campo base de un tirón al campo 3 (6.400) y hoy podría volver a realizar este esfuerzo en busca de Calafat, quizá saliendo desde el campo 2 (5.600 metros) hasta el 4 y luego hasta los 7.500 metros.

Asimismo, según indicaron ayer fuentes cercanas a Pauner y Oiarzabal, una tercera posibilidad pasa por tratar de bajar a Calafat entre Sonam Sherpa y los montañeros que se encuentran en el campo 4. Según dijeron, si Carlos y Juanito se han quedado a 7.100 metros "es para ayudar a Tolo en la medida de los posible". Sin embargo, el estado en el que se encuentran Oiarzabal y Pauner complica mucho esta posibilidad. Probablemente sólo Colibasanu esté en condiciones de emprender un rescate desde el campo 4.

Tolo Calafat pudo comunicarse ayer con su mujer gracias a un teléfono vía satélite. Según informaron fuentes cercanas al montañero, se mostró "tranquilo, aunque con muy poca voz". Asimismo, estas mismas fuentes indicaron que no hay certeza de que sufra un edema cerebral ya que se expresó con coherencia. Carlos Pauner y Juanito Oiarzabal, por su parte, sufren pequeñas congelaciones y pérdida temporal de visión debido a la ventisca. Según las previsiones meteorológicas, el viento y las nevadas podrían remitir hoy, algo que facilitaría un rescate sumamente complicado.