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73º Zinemaldia
José Luis RebordinosDirector del Zinemaldia

"Con todos los rodajes que vienen a Euskadi, pronto habrá que abrir el debate sobre qué es cine vasco"

El director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos, opina sobre el buen momento del cine vasco, los incentivos fiscales y la necesidad de abrir un debate sobre el concepto de 'cine vasco'.

"Con todos los rodajes que vienen a Euskadi, pronto habrá que abrir el debate sobre qué es cine vasco"Ruben Plaza

El 73º Zinemaldia presentará hasta 38 producciones vascas. Maspalomas, de los Moriarti, y Los domingos, de Alauda Ruíz de Azúa, competirán por la Concha de Oro, mientras que Karmele, de Asier Altuna, y la serie Zeru Ahoak, de Koldo Almandoz, se verán también en la Sección Oficial. El cine vasco vive un momento dulce y los incentivos fiscales están creando trabajo para los técnicos del país, pero también hay muchas producciones de fuera que vienen a rodar en Euskadi. El director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos, opina que, en no mucho tiempo, se deberá abrir un debate sobre qué es y qué no es cine vasco.

Hay cuatro producciones vascas en Sección Oficial, dos de ellas a competición y tres de ellas en euskera.

Después de ir a Venecia con Marco, los Moriarti vienen con Maspalomas. Tenemos Zeru Ahoak, la primera serie en euskera que se proyecta en Sección Oficial y, para mí, la serie más potente que se ha hecho en euskera. Se tienen que dar más, pero creo que es un salto. Koldo Almandoz es siempre interesante. Compite también Los domingos de Alauda Ruíz de Azúa, y fuera de concurso se proyecta Karmele, de Asier Altuna. Es una obra que va a funcionar muy bien. Tiene algo muy interesante y es que cuenta una parte de nuestro pasado reciente, la creación de Eresoinka por parte del Gobierno Vasco en el exilio y cómo uso la cultura de alguna forma para seguir manteniendo viva Euskadi. Tenemos otra película con producción vasca en Oficial, Los Tigres.

El Zinemaldia contabiliza 38 producciones vascas dentro del Zinemaldia. Habida cuenta que los incentivos fiscales están trayendo producciones de fuera, ¿no cree que habría que abrir el debate de lo que es o no es cine vasco?

Hasta hoy la definición para cine vasco que valía y que yo creo que era la única posible para juzgar una película era la producción. Ahora, con los incentivos fiscales, aquí va a rodar medio mundo y muchas películas no van a tener nada que ver con nosotros, aunque tengan parte del equipo vasco. Si juzgamos las películas desde un punto de vista cultural, de adscripción a un tipo de sociedad, nos sentimos reconocidos cuando vemos Maspalomas, en Aro Berria también, la película de Ruiz de Azúa podría ser en cualquier lugar del mundo pero también aquí. Aunque Koldo Zuazua produce Los Tigres, esta película es mucho más el sur. 

La película de Ron Perlman, ‘Ya no quedan junglas’, podría definirse como cine vasco...

La ves y te preguntas: “¿Qué tiene esto de vasco?”. Pues que la empresa que la ha hecho tiene media pata aquí.

Quizá exista la sensación de que vienen de fuera a contar otras historias.

Me parece legítimo, me parece bueno económicamente hablando y para el propio cine nuestro va a crear muchos técnicos de nivel porque van a tener trabajo todo el rato y van a mejorar su calidad, porque con experiencia se mejora. Es verdad que, tal vez, llegue un momento en el que tengamos que plantearnos qué es cine vasco.

Antxon Eceiza ya se lo preguntaba en los 80.

Cuando Antxon Ezeiza se planteaba qué es cine vasco, era una situación diferente, estaba todo por hacer. Hoy en día ya estamos en otro sitio. El cine vasco se ha desarrollado a lo bestia, pero ahora viene una situación nueva: hay coproducciones, somos una zona buena para rodar y el mundo se ha globalizado hasta la locura. Estoy a favor de la globalización, pero no a cualquier precio. Passolini en los 70 decía que tuviéramos cuidado con cómo la sociedad capitalista iba a convertir todo en algo homogéneo, que íbamos a acabar viendo una película china, otra turca y otra española y todas parecerían lo mismo. Yo creo que las coproducciones y el mestizaje están bien, pero, ojo, que no se pierdan las culturas y sus características y seamos todos iguales.

El cineasta e investigador de la UPV/EHU Josu Martínez, en su libro ‘Irudiz eta euskaraz’, afirma que ‘euskal zinema’ es el cine que se hace en euskera y que con el término ‘cine vasco’ es cuando empiezan los problemas.

Admiro mucho a Josu. Además, me parece un tío inteligentísimo y tiene mucho sentido del humor. Yo he discutido muchas veces con Josu de cosas en las que no estamos de acuerdo, pero insisto, es una persona a la que respeto y le tengo mucho cariño y, además, siempre le escucho con atención, aunque no esté de acuerdo. Efectivamente, euskal zinema sea probablemente sea el cine hecho en euskera, de la misma manera que Euskal Herria es el pueblo de los euskaldunes. Hablamos de cosas diferentes, es decir, estamos hablando de una comunidad autónoma, de un país o de una nación, que uno le llame como quiera, y, a priori, hoy por hoy, mientras no nos inventemos una definición mejor, película vasca es la que se produce desde una productora vasca.

Lo que ocurre es que en esa definición no recoge lo que sería el estilema al que se adscriben las cinematografías de cada lugar.

Está rodando en Donostia Nani Moretti. ¿Es una película vasca? Hombre, pues no lo creo.

También rodó Woody Allen.

En ese caso, al menos –y no digo que por eso sea vasca–, la historia Woody Allen estaba ambienta en el Zinemaldia y de la ciudad. La de Nani Moretti no sé de qué va pero intuyo que la podía rodar tanto en Donostia como en Tegucigalpa. Entonces sí, de cara a ese tipo de cosas, probablemente, sea interesante abrir un debate sin miedo y que nadie se ponga nervioso. Ya habrá algunos diciendo, “Ya están los independentistas queriendo quitar estas películas....” Vendrán otros preguntando: “¿Cómo puede ser esta o aquella una película vasca?” Tranquilidad: veamos las definiciones que existen del cine de un país, de un Estado, etcétera, cuál es nuestra situación y dónde nos podemos adscribir.