Jony Elías, intérprete de la compañía de teatro gestual Yllana, opina que el humor “es la mejor arma arrojadiza” contra la guerra. Así lo demuestran en su producción War Baby, una “pantomima” que se representará entre el viernes y el domingo en el Teatro Principal. Se trata, cuenta Elías en una entrevista con este periódico, de “una sátira antibelicista” protagonizada por un dictador que es, en realidad, un bebé caprichoso, consentido y mimado que “un día se despierta y quiere montar una guerra”. Por supuesto, conflictos como los que se viven en Ucrania y en Gaza resuenan irremediablemente en una comedia gestual que invita a la reflexión, pasando por el tamiz de la carcajada.
La acción se ubica en un centro de reclutamiento en el que deben formarse para la guerra cuatro reclutas patosos, incluyendo el personaje principal al que interpreta Elías, un librero que, sin comerlo ni beberlo, acaba en medio de este conflicto y que es obligado a dejar de vender una amplia variedad de volúmenes para distribuir solo la doctrina bélica del dictador. Cada uno de los cuatro actores en escena tiene la dificultad de interpretar hasta cuatro personajes distintos, para lo que usan medias máscaras que refuerzan War Baby como una slapstick, llena de gags, sketches y onomatopeyas. “Nuestro objetivo es que la gente venga al teatro, vea el espectáculo y se ría, pero también es cierto que dejamos ese poso de reflexión sobre qué es lo que estamos haciendo, qué podemos mejorar y qué podemos hacer cada uno para no caer en una locura tan absurda como es la guerra”, comenta el intérprete que, aun siendo un reto, disfruta saltando de un personaje a otro en escena: “Me fascina”.
Teatro gestual y visual
Como la gran mayoría de las producciones de la compañía Yllana, el espectáculo que llega a Donostia se levanta sobre un “energético” teatro gestual. Elías asegura que es una obra “frenética” en la que los hechos y los sketches ocurren a gran velocidad, lo que obliga a rápidos cambios de vestuario y personajes. Asimismo, la describe como “muy cinematográfica”, cargada de pantomima, onomatopeya y sonidos pregrabados. “Podría ser una película o un documental. Está pensada para ser muy visual”, apunta.
El humor, lenguaje universal
War Baby se estrenó hace un par de años y ha estado girando, no solo por el Estado, también por otras latitudes como Austria, Portugal, Francia o Alemania: “En todos los lados la acogida ha sido brutal”. De hecho, el espectáculo acaba de llegar de Turquía, donde permanecieron dos semanas. Aunque en un inicio el equipo de Yllana tenía cierta preocupación sobre cómo iba a ser acogido, enseguida vieron similitudes entre el bebé dictador de la obra y las políticas autócratas de Erdogan. “Al principio la obra les resultó algo impactante porque vieron similitudes claras”, prosigue, para concluir diciendo que, en definitiva, el humor es el lenguaje universal que permite desafiar los límites y que hace que “los mensajes calen mejor”, una verdadera “bomba de comedia” contra la guerra.