La violinista y directora de orquesta Mirari Etxeberria, premiada con el Galardón a la Persona Joven 2025 del Gobierno de Navarra, busca atraer a las personas jóvenes a la música clásica para renovar el público que acude a los auditorios y poder mantener el actual modelo de conciertos.
Ese premio se enmarca en los Galardones de Juventud, uno de los cuales también ha recaído en la Joven Orquesta de Pamplona, fundada por ella misma en 2017, de la que es directora titular y artística.
Etxeberria, nacida en Andoain (Gipuzkoa) en 1998 y afincada en Pamplona, ha terminado sus estudios en el Conservatorium van Amsterdam. Es titulada en Violín y tiene un máster en Investigación Musical (Universidad de la Rioja).
Influenciada desde niña por su madre
La joven directora ha reconocido que desde niña se ha visto influenciada por su madre, Junkal Guerrero, que es pianista, compositora y dirige coros. De niña, ha asegurado en una entrevista con EFE, "me parecía normal lo que hacía mi madre. Luego me dí cuenta de que no es demasiado normal, pero para mí era natural, así que le estoy muy agradecida".
No obstante, ha confesado que "al principio me pillaba unas buenas casquetas porque dedicarse a la música puede ser muy duro y, cuando eres niño, igual no entiendes por qué tienes que estar tantas horas dedicándole al instrumento, pero luego me di cuenta de que era lo que más me gustaba y lo que más natural me salía".
Etxeberria dio el paso del violín a la dirección de orquesta "muy poco a poco". "A mí nunca se me había ocurrido esto, pero, tocando en orquestas, como que tenía ideas, quería experimentar, quería probar y, con mucha inocencia, al principio comencé con un grupo de amigos que fueron majísimos y gracias a ellos he podido hacer lo que luego ha sido la Joven Orquesta de Pamplona".
Subidón de adrenalina
La música guipuzcoana siente "un subidón de adrenalina" cada vez que se pone al frente de una orquesta: "Una no se acostumbra a hacerlo porque no es como un instrumento, que puedes practicar en tu casa constantemente, sino que tienes como un tiempo muy limitado para poder expresar la idea que tú tienes en la cabeza".
Aunque ha admitido que la "mala leche" no viene mal en ocasiones en la dirección de agrupaciones musicales, no se considera "una persona que dé ese perfil autoritario". "En mi vida no soy así. Entonces, delante de la orquesta tampoco soy así".
"Estoy simplemente aprendiendo y haciendo mi camino, intentando mostrarme como soy delante de la gente", ha declarado Etxeberria, quien ha comentado que la imagen tradicional de un director de orquesta es la de "un señor mayor", pero "la verdad que los concursos de dirección ahora están llenos de gente joven, de talento y de frescura".
Los jóvenes y la música
Etxeberria quiere que esta llegada de gente joven a la dirección de orquesta ayude a atraer a los jóvenes a la música clásica, porque de la misma "se puede vivir, pero muy pocos, muy poca gente y, si no renovamos el público, no vamos a ser capaces de mantener este modelo que tenemos".
La directora galardonada no desdeña sin embargo otros estilos musicales más populares: "La música tiene muchísimas funciones, muchísimas, y a veces es puro entretenimiento. Está genial. Claro que sí, no tengo nada en contra del reguetón".