Síguenos en redes sociales:

Julio Medem

Julio Medem: “He pagado muchísimo por hacer un cine libre”

El director donostiarra regresa al cine con la película '8', su nuevo trabajo

Julio Medem: “He pagado muchísimo por hacer un cine libre”Pankra Nieto

El director de cine Julio Medem (Donostia, 1958) regresa con 8, su nuevo trabajo con el que ha vuelto a optar por el camino menos fácil. El director La ardilla roja (1993), Tierra (1996), La pelota vasca (2003) o Caótica Ana (2007) recorre la vida de dos personajes, que nacieron el mismo día en que se proclamó la II República. Él, en el bando fascista. Ella, en el republicano. La historia, que recorre 90 años, está dividida en ocho capítulos, cada uno de ellos rodado en plano secuencia.

Protagonizada por Ana Rujas y Javier Rey, la película está rodada en varias localizaciones de Bizkaia. Se estrenó en el Festival de Cine de Málaga, donde obtuvo el Premio del Público y se ha proyectado recientemente en el Silver Film, en el Museo Guggenheim Bilbao.

Su última película tiene un título curioso, ‘8’.

Quería contar la conexión que hay, un hilo invisible que en este caso sería el número ocho, entre dos personajes que nacen una madrugada en dos pueblos cercanos en la sierra, y de cómo el destino los une para siempre. Al escribir la primera escena me di cuenta de que había creado un ocho, y pensé: lo tengo que rodar en continuidad, en plano secuencia. Y así empecé. Pero además, 8 contiene una gran carga emocional que se va sumando, que se acumula y crece en cada uno de los ocho peldaños de su escalera ascendente. La película se estructura en ocho episodios y en ocho fechas. Cada uno representa un momento clave en la vida de los protagonistas, desde la proclamación de la II República hasta cuando ya, de mayores, pueden vacunarse contra el covid. Noventa años que componen un poema cinematográfico cuyo lenguaje simbólico, sus rimas y repeticiones conectan los sentimientos de los personajes, sus tiempos con sus recuerdos...

Tiene muchas capas, como ya nos tiene acostumbrados el cine de Julio Medem...

8 es una película sobre el destino, de cómo puede haber una fuerza de atracción entre dos personas sin que ellas lo sepan. No es que yo crea en el destino, pero como creador me parecía sugerente. Va también sobre la paciencia, la esperanza... Octavio y Adela no saben que existe el otro, cada uno lleva su trauma, con 8 años viven algo que les va a acompañar toda la vida. Yo lo comparo con lo que ha ocurrido en España, un país en el que nos hemos matado entre todos en la Guerra civil. Y ahora estamos ahí, en un estado de preguerra ideológica. Y yo entonces me voy a otro sitio con mis personajes, a partir de ahí surge el amor entre dos personas de 77 años. Es lo mejor que les ha pasado en la vida, se han pasado toda su vida conectados pero sin saberlo. Y cuando se pide perdón se hace, y hay que saber hacerlo. Y ellos lo hacen muy bien.

La película conmovió en el Festival de Málaga y se llevó el premio del Público.

Algunos espectadores, cuando salían de la proyección, lloraban. Es una película profundamente emocional, por lo que es mejor no pensarla, hay que dejarse llevar. Cuando la gente vaya a verla tiene que dejar que fluya, no someterla a un principio de la realidad muy estricto. Tiene su propia realidad. Aparto la razón para que no me guíe, es muy poderosa, pero muy poco creativa. Al principio, dejo salir a mi niño interior, que es mi yo creativo, y dejo que me guíe. A medida que la historia avanza, la lógica comienza a aparecer.

Ha confesado que se trata de “una película valiente”.

No es una petulancia, me sale así, mis películas son siempre historias salidas del subconsciente, desde Vacas, que surgió de una imagen que no sabía dónde me llevaba. La libertad es dejar que luego se vaya desarrollando, aunque sé que se lo voy a poner muy fácil a algunos críticos que van a exigir que tengan una conexión con la realidad, que no tienen. Son poemas cinematográficos, pero que tienen mucha profundidad.

¿Ha tenido que pagar mucho por hacer un cine libre?

Sí (rotundo). Muchísimo. No te puedes imaginar. Nunca leo las críticas, lo único que pediría es que, si estoy contando la película desde un sitio, también ellos se pusieran a verla desde ese sitio. Si no he cumplido con lo que propongo, me pueden juzgar. No me pueden pedir que sea lo que yo no quiero que sea, y esto me viene pasando desde el principio. Yo propongo, y según empieza la película ya te das cuenta del tono y dónde está el punto de vista, la mirada.

¿Nunca se ha plegado al cine comercial?

No es que no me pliegue, es que no me sale. Hago las películas que salen de mí, las persigo, las busco muchísimo. Esta ha sido complicadísima, ocho planos en continuidad para contar 90 años no es nada fácil. Además, estamos viendo días claves en la historia de España y hago también un guiño emotivo al cine. Yo nunca había hecho eso, menos mal que he llegado a esta película con toda la experiencia que tengo. No hubiera podido hacerla hace diez años, no estaba preparado. Tiene una complejidad terrible.

Todavía tiene pendiente de estreno ‘Minotauro. Picasso y las mujeres del Guernica’.

Estaba seleccionada para estrenarse en el Festival de Málaga hace un año, pero faltan los efectos digitales. Es una coproducción hispano-dominicana que durante el rodaje estuvo a un nivel muy alto, pero en la postproducción no. Va a terminarse por fin y se estrenará el año que viene.

También ha rodado muchas series...

He escrito muchísimo, tengo un montón de series, entre ellas, la de Balenciaga, que es un personaje muy conectado con mi familia materna, que es de Donostia y está vinculada al mundo de la moda. Mi madre diseñaba moda infantil y juvenil y mis abuelos y bisabuelos tenían tienda de ropa en Donostia. Mi bisabuelo fue el que le pagó el primer viaje a Balenciaga a París con 18 años.

Y ahora está preparando otra película, ‘Jai Alai’.

Así es, al principio iba a ser un largometraje, luego una serie y, definitivamente, ha vuelto al formato inicial. Aborda la relación rota de un padre y su hijo de una aldea cercana a Gernika. Un campeón manomanista se rompe la mano izquierda y se va a jugar cesta punta a Miami y su hijo se queda en el caserío, pero consigue ser pelotari con 18 años. El filme cuenta la edad de oro del Jai Alai, el deporte con mayor número de apuestas que ha existido nunca en Miami; los frontones daban tantísimo dinero que entraban las mafias. Jai Alai es una historia también con muchas capas, desde lo más íntimo de una relación de un hijo con su aita hasta una historia de amor entre jóvenes. El guion está gustando mucho y estamos entre cinco productores poniendo en pie el proyecto en Bizkaia.

Muchas de sus películas se han rodado en Gipuzkoa y Bizkaia. ¿Influye en su decisión las ventajas fiscales?

Las ventajas fiscales son muy interesantes. Mi productora es vasca, y voy a rodar mi siguiente película ya viviendo aquí. Me fui en su momento porque era difícil trabajar en el cine y ahora vamos a poder trabajar más aquí. Pero he vuelto a Donostia más por una razón emocional, para mí mi época en Madrid  ha sido fascinante, pero en lo más profundo estoy conectado con el País Vasco. Acabé aquí mi carrera de Medicina, he trabajado en el cine, fui padre... Fueron años muy intensos.

Estudió Medicina y Cirugía en la Universidad del País Vasco. ¿Se ha arrepentido en alguna ocasión de dedicar su vida al cine?

Nunca, yo quería ser psiquiatra, pero en cuarto curso de la Universidad me di cuenta de que no quería ser ni siquiera médico, aunque terminé la carrera. Me encantó porque es fascinante, aunque muy dura. Pero comprendí que lo que realmente me gustaba era el cine y escribir personajes que tienen sus trastornos, sus complejos... Era eso lo que quería y no me había dado cuenta.