Casi 1.000 creadores y creadoras participan este año en la Durangoko Azoka, pero si hay que hablar de los grandes protagonistas de esta 59ª edición, son Néstor Basterretxea, Jon Irazabal y Benito Lertxundi. Tres nombres ausentes (los dos primeros fallecidos) que no visitarán la Plaza de la Cultura Vasca, pero cuyo trabajo y legado está presente en la memoria de todos.

Este año se cumplen cien años del nacimiento de Néstor Basterretxea una de las figuras más reseñables del arte vasco, tanto por la dimensión de su excelsa y extensa obra como por su carácter polifacético. El creador bermeotarra, fallecido en Hondarribia a los 90 años en 2014, cultivó todas las disciplinas; fue pintor, escultor y cineasta y su legado puede verse en casi cualquier rincón del País Vasco.

Ayer en Landako, familiares del creador vasco se reunieron en un acto organizado por la asociación Gerediaga para agradecer al artista su contribución a la cultura vasca, al que asistieron además varios representantes institucionales. “Nos hemos reunido para agradecer al gran artista Néstor Basterretxea y también tengo que agradecer a su familia. De hecho, se han dispuesto a prestarnos las creaciones de su padre”, explicó Nerea Mujika, presidenta de la asociación Gerediaga. Porque el de ayer no es el único homenaje que recibe el creador vasco en Durango con motivo de los actos del centenario de su nacimiento. El Museo de Arte e Historia presenta también una exposición que supone una oportunidad única para adentrarse en una de sus facetas menos conocida, la de su labor como diseñador gráfico e ilustrador.

En total, son 50 obras que abarcan desde la década de 1940 hasta 2012, muchas de las cuales se exhiben por primera vez. Dividida en cuatro apartados, diseño gráfico, ilustraciones, dibujos y carteles, las piezas muestran tanto su lado íntimo y personal como su capacidad para capturar y dar forma al imaginario colectivo de nuestra sociedad. Entre los trabajos expuestos, destaca el cartel que Néstor Basterretxea realizó para la feria de 2012. La exposición se puede ver hasta el 2 de febrero.

Basterretxea también tiene su hueco en la revista Astola que publica Gerediaga Elkartea, en la que protagoniza la portada. La revista y este retrato fueron el regalo de agradecimiento que recibió ayer la familia del artista.

El agur de benito lertxundi

La música de Benito Lertxundi también resuena en esta edición de la Azoka. Él no ofrecerá un concierto en Durango, pero sí está su último disco, Gernika kontzertuan, grabado en Gernika, con el que acaba de anunciar que se despide de los escenarios. En total, 24 canciones para un disco de despedida que reúne la esencia y la misma emoción que Lertxundi ha imprimido a todos sus temas a lo largo de estos 60 años de carrera sobre los escenarios.

Lertxundi no se subirá más al escenario, aunque no descarta seguir relacionado con la creación; el artista de Orio reconoce que la idea llevaba rondándole desde el confinamiento por la pandemia y asegura que, con la decisión tomada, se encuentra “muy bien”. Lertxundi, un clásico de la canción euskaldun desde los tiempos de Ez Dok Amairu, ha dejado para la historia himnos como Udazken koloretan, Bizkaia maite o Baldorba

Su nuevo disco, que incluye una canción inédita, Ez nabil ezeren bila, acaba de salir a la venta en doble CD y triple vinilo, acompañado de un libro, y se está convirtiendo en uno de los más demandados de la Azoka.

Irazabal, ausente y presente

El otro nombre ausente y, sin embargo, presente en la memoria de todos en la Azoka es Jon Irazabal, que se inició en la asociación Gerediaga con 17 años y desde entonces permaneció unido a ella hasta su fallecimiento el pasado mes de agosto. Irazabal fue gerente de la asociación de 1982 a 2018 primero, y después trabajó como coordinador y técnico en historia, y como director de la Feria de Durango durante 30 años. Además, profundizó en la historia de Durango toda su vida y abrió muchas líneas de investigación. El principal fue el bombardeo de 1937. Tiene publicadas varios libros y folletos sobre el tema, todas ellos recopilados en el centro de documentación de Gerediaga Elkartea.

Durante esta edición, se han producido momentos emotivos de recuerdo hacia su gran labor y aportación a la historia de la Durangoko Azoka.