Eduardo Chillida creó escuela, antes y ahora. Con motivo de las celebraciones por el centenario de su nacimiento, la casa de cultura de Okendo ha inaugurado otra exposición dedicada al escultor del tiempo y el vacío. En esta ocasión, sin embargo, la muestra se fundamenta en la vertiente gráfica del donostiarra y cómo esta línea de trabajo ha influido en expertos del diseño gráfico y otros artistas plásticos. Eulogy. Eduardo Chillida 100th Anniversary reúne obras de 32 creadores que rinden tributo a Chillida, quien tiene en sus Gravitaciones y en sus libros de artista sus principales trabajos en esta disciplina. De hecho, algunos de esos originales acompañan a la propuesta colectiva que se ha instalado en Okendo y que elogia a Chillida. Se trata de piezas como Barcelona I, Homenaje a Picasso, Homenaje a Rembrandt (2nd state), Homenaje a Balenciaga I o Casa de Goya.
Eulogy ha sido impulsada y comisariada por Alain Villastrigo, del estudio Husmee de Irun, y cuenta con piezas creadas por un conjunto de artistas entre los que destacan tres Premios Nacionales de Diseño: Javier Mariscal, Óscar Mariné y Mario Eskenazi. Villastrigo ha presentado la muestra junto al nieto del escultor, Mikel Chillida, y al director de Donostia Kultura, Jaime Otamendi. Astrid Stavro, Aitor Molina, Gamila Gómez, Götz Gramlich y Pavel Ripley son algunos de la treintena de artistas que han aportado sus diseños a la exposición de forma absolutamente desinteresada. Entre los creadores locales se encuentran Iker Ayestarán, Aitor Molina y el Estudio Primo, situado en el barrio donostiarra de Gros. “Cada invitado ha sido fiel a su estilo y cada uno a su manera ha unido su identidad como diseñador con reinterpretaciones y pinceladas que nos transportan al universo Chillida. Tenemos blanco y negro pero también color y texturas. Tenemos una galaxia de estilos, iluminados por una misma estrella”, ha descrito el comisario.
Absoluta libertad
Los diseñadores han tenido libertad absoluta a la hora de rendir tributo al maestro. La libertad se imprime, nunca mejor dicho, tanto en la forma como en el fondo. Los organizadores, por ejemplo, han destacado la “creatividad” del estudio neerlandés Design by Toko, la “elegancia” de la abstracción geométrica del holandés Daan Rietbergen, la “energía” colorista del estudio noruego Hey y las “nuevas tendencias” a las que apuntan la estadounidense Anna Kulachek o la italiana Astrid Stavro.
Incluso en el proceso de impresión de los pósteres—todos tienen una dimensión A2 y se han dispuesto en las paredes que circundan la sala, mientras que las obras de Chillida cuelgan de la pared exenta en medio de la sala—se ha dejado libertad de actuación a los diseñadores y artistas plásticos. Por poner dos ejemplos más: el estudio Principi de Barcelona ha apostado por herramientas digitales, mientras que el ruso Pavel Ripley se ha decantado por “técnicas plenamente manuales”. De una manera u otra, el hecho es que todos han seguido la línea trazada por Chillida.