Tras el Premio del Público de hace un año para Cuando acecha la maldad, ex aequo con La mesita del comedor, el cine de género argentino vuelve a estar presente en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donostia con 1978, escrita y dirigida por los hermanos Onetti, con la que tratan de reivindicar la industria cinematográfica argentina en tiempos “complicados en el país” con una película “de terror dentro del terror” de la dictadura militar.
“Fue una etapa muy oscura en Argentina. Hay clásicos y películas más recientes como Argentina, 1985 que hablan de ello, pero no hay una investigación sobre lo que pasó con los miles de desaparecidos”, ha contado este lunes Nicolás Onetti, codirector del filme junto a su hermano Luciano, dos viejos conocidos de la Semana, en la que se han proyectado varios trabajos suyos.
En esta ocasión, los cineastas narran el secuestro de varios jóvenes por parte de un grupo de torturadores que se arrepentirán de su decisión. “Fue un desafío porque no se había combinado ese terror dentro del terror. Hemos hecho una película de terror con respeto a esa época”, ha apuntado Onetti sobre un trabajo que se ambienta durante la celebración del Mundial de fútbol de Argentina, que el propio país argentino ganó. “Soy muy seguidor del fútbol, de Boca Juniors y de la selección argentina, así que quería meter una cuestión localista como puede ser la celebración del Mundial. La gente estaba disfrutando del fútbol en las calles mientras en los centros clandestinos de detención se torturaba”, ha asegurado.
De esta combinación surge un largometraje que da la vuelta a las películas de torturas, como La noche de los lápices, del que toma el mismo tango que se escucha en este filme, para “no quedarse solo con el drama, sino la conjunción de ambos géneros”. “La expectativa con la película es grande. Está siendo seleccionada en varios festivales, gracias a los cuales surgimos. Por eso, quiero que la película se vea en todo el mundo y no me importa qué festival sea”, ha asegurado el cineasta.
El buen momento del cine de terror argentino
La película llega, además, un año después de que otra argentina, Cuando acecha la maldad, consiguiera numerosos premios, entre ellos el de la Semana de Terror, y en un momento “complicado” en el país sudamericano con recortes a la cultura. “Ocurre esto en el mejor momento del cine de terror argentino. Hasta ahora se venía haciendo un cine más bizarro y underground que hizo que mucha gente se alejará del género, pero Cuando acecha la maldad hizo récord en taquilla”, ha indicado Onetti.
No obstante, la reducción de fondos y la no concesión de ayudas por parte del INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) llevan a que realizar una película sea más difícil que nunca en Argentina. “Si no tienes el apoyo de un Estado o de una empresa privada detrás, genera muchas dudas seguir en este oficio. Hay una situación complicada en el país y con el INCAA se está desinformando a la gente”, ha apuntado cl cineasta argentino.
Ante esta situación, 1978, que ya cuenta con distribución en España, tuvo su estreno sudamericano en Santiago de Chile, donde se alzó con cuatro premios, entre ellos el destinado a su maquillaje y caracterización. “Tenía mucho miedo con los efectos especiales porque no sabía cómo iban a quedar. Todos los efectos son prácticos y trabajamos mucho en ellos en la preproducción”, ha explicado sobre unas caracterizaciones viscerales y sangrientas que se revelan en la segunda mitad de la trama.