Pocas personas en el mundo conocen la trayectoria de Bruce Springsteen como Salva Trepat. El catalán ha mantenido intacto su entusiasmo por el artista desde que lo vio en directo por primera vez en 1981, en el concierto inaugural del de Nueva Jersey en Barcelona. A lo largo de más de cuatro décadas, Trepat no solo ha ido alimentando su inabarcable conocimiento sobre la amplísima obra de Springsteen, sino que también se ha dedicado a compartirlo con otros fans. En Twitter, donde tiene más de 20.000 seguidores (@pointblankspain), transmite diariamente las últimas noticias del artista; es co-director junto a Jesús Jerónimo del exitoso podcast No Surrender (con miles de oyentes mensuales) y creó la web Point Blank, un punto de referencia inexcusable para los fans del estadounidense, que el 21 de junio de 2025 ofrecerá un esperado concierto en Donostia, en la que será su cuarta visita a la capital guipuzcoana.

El primer concierto que vio de Springsteen coincidió con la primera visita del músico a Barcelona, en 1981. ¿Qué recuerda de aquella mítica noche?

–La emoción de ver algo que me pilló de sorpresa, un huracán inesperado que te viene encima y te impacta totalmente. Siendo un adolescente, sales flotando y cambiado para siempre.

¿Qué significa Springsteen para usted?

–Una presencia constante e importante toda mi vida, una fuente de alegría.

¿Cómo se mantiene viva la pasión por un artista durante más de 40 años?

–Siempre hay altos y bajos, pero la fuerza de la música está ahí y una vez te atrapa lo llevas dentro. Y no solo con Springsteen, sino con muchos más. La música es parte esencial en mi vida. 

Ha acudido a infinidad de conciertos de Bruce. Mencione alguno que le haya marcado especialmente.

–Además del primero, uno en un pequeño club de Asbury Park en el año 2004, que pudimos vivir en primera fila, literalmente a un palmo. Otras noches memorables fueron las de Barcelona en 2002, un concierto en St. Louis en 2008 que está considerado como su mejor concierto del siglo XXI, y los dos conciertos en el Madison Square Garden en noviembre de 2009 cuando tocó enteros por primera vez los discos The River y The Wild, The Innocent and the E Street Shuffle. Hay otros, la lista sería larga si entramos en detalles. Las muchas noches de la gira The Ghost of Tom Joad en pequeños teatros en 1996 fueron también inolvidables.

Imagino que es una elección tremendamente complicada, pero si tuviese que elegir un único disco y una canción, ¿con cuáles se quedaría?

–The Wild, The Innocent and the E Street Shuffle, y la canción New York City Serenade, que me parece sublime.

Como sucede con Barcelona, Springsteen tiene un especial vínculo con Donostia. ¿A qué cree que se debe?

–Bueno, en esto soy bastante cínico y, creo, realista. ¿A quién no le encanta un sitio donde agotas entradas y tienes miles de clientes, y además es una ciudad como pocas en el mundo? La gente se asombra de que le encante España, Italia o Suecia. Pero es totalmente lógico: son los sitios donde más vende y donde la gente le adora. El vínculo está claro. Y Donostia es una ciudad fabulosa.

Bruce Springsteen en su última visita a Donostia en 2016 N.G.

¿Pudo ver los conciertos que ofreció en Donostia en 2008, 2012 y 2016? ¿Qué sabor de boca le dejaron?

–Todos excelentes, en especial el de 2008 me parece que sobresalió si lo comparamos con otros de la misma gira. Esa noche tocó maravillas que pocas veces interpreta en directo.

Bruce ya ha cumplido 75 años, y uno de los temas centrales de esta gira es la mortalidad. Es evidente que en estos momentos el de Nueva Jersey mira al pasado más que al futuro, ¿no le provoca eso cierta melancolía al verle sobre el escenario?

Disfruto cada concierto como si fuera el último, porque realmente a estas edades puede serlo. Hay que aprovechar cada momento y valorar lo visto durante tantos años.

En 2025 la gira entrará en su tercer año consecutivo. ¿Espera cambios sustanciales en lo que al repertorio de canciones se refiere, o se mantendrá una línea continuista respecto a lo escuchado en 2023 y 2024?

–Al ser ciudades nuevas dentro de la misma gira, no espero cambios radicales, asumo que mantendrá la misma estructura. Aunque personalmente, y esto es puro egoísmo de fan repetidor, siempre prefiero ver conciertos donde cambia mucho el repertorio, algo que ha hecho durante años pero no en esta gira. Al final, en todo caso, hay factores intangibles que marcan un concierto: su entrega y estado de ánimo ese día, la respuesta del público… cuando todo encaja llegan noches mágicas. Y todo sucede sin grandes montajes, ni pirotecnia ni trucos fáciles tan utilizados en muchas giras actuales. Es solo un cantante, sus músicos, el público y un repertorio inapelable.

Pese a su carácter melancólico, esta gira está plagada de entusiasmo. ¿Ve a Springsteen con más fuerza que en 2016, cuando pisó Anoeta por última vez?

–No. La memoria a veces nos traiciona. Me sorprende la energía brutal que tiene actualmente, con 75 años está más en forma que en 2023 cuando tuvo varios problemas de salud, pero creo que en 2016 tenía más fondo. En todo caso, es sorprendente lo que consigue a esta edad. Toca tres horas sin parar, y eso para el 90% de bandas son dos conciertos seguidos.

El éxito del estadounidense parece no tener fin. Sin ir más lejos, este año ha ofrecido tres conciertos en Madrid y dos en Barcelona con los estadios a rebosar. Da la sensación de que su público siempre quiere más.

–No parece que haya límite. Está en esa edad en que has acumulado muchos fans, que arrastran a amigos, familiares y conocidos que nunca le han visto y sienten que será su única oportunidad porque nada es eterno. Eso multiplica el efecto. Negocio redondo y premio a un final de carrera épico.

A Springsteen le encanta Donostia. ¿Comparte opinión?

–Totalmente. Lo raro sería que a alguien no le encante Donostia o Euskadi.

El de Nueva Jersey ha mencionado en más de una ocasión que no habrá una gira de despedida para la E Street Band, pero usted, personalmente, ¿qué último recuerdo de Springsteen y su banda le gustaría tener?

–No lo he pensado mucho. Simplemente que se cumpla lo que él mismo dice: que mientras tenga fuerza, aunque sea para tocar sentado, siga tocando y ofreciendo giras hasta el final. Va en su ADN, es su vida, su esencia y así lo hará. No sabe vivir de otra manera (como Dylan), y nosotros encantados. Artistas hasta el último día.

¿Cree que habrá un segundo concierto en Donostia?

–Si agota las entradas del primer concierto, no es descartable que haya un segundo unos días después, como ya ha ocurrido en otras ciudades a lo largo de la gira.