El gallego Abraham Cupeiro es un reputado luthier y un genio multiinstrumentista que ha aprendido a tocar la alboka en apenas mes y medio. Después de actuar en la tarde de este martes con el Ensemble Música Práctica en las salas polivalentes del Kursaal, el artista y sus ancestrales instrumentos serán los que vertebren el concierto que la Quincena Musical ofrecerá este jueves en el Santuario de Arantzazu, en Oñati, una parada habitual dentro de su ciclo de Quincena Andante. “Salir a tocar la alboka en un Amazonas cultural único en Europa es algo atrevido”, ha reconocido el músico en una rueda de prensa que ha tenido lugar este martes en Donostia, para después añadir que, a su juicio, “lo más importante es aprender” y que se acercará al instrumento tradicional vasco “desde el amor”.
Los sonidos olvidados es el nombre del espectáculo con el que Cupeiro y sus acompañantes buscarán convertir el Santuario de Arantzazu en una ancestral “caja de resonancia”, en un espacio en el que la música “reverbere” como lo hacía antaño dentro de las cuevas. El recital, además, servirá de homenaje espiritual a Nestor Basterretxea y Eduardo Chillida en conmemoración por el centenario de su nacimiento. A este respecto, el artista y luthier ha expuesto que su propuesta, al igual que las obras de los citados artistas, mira al pasado para “proyectarse en el futuro”. “Siempre que toco en templos se da la unión entre los instrumentos antiguos, que en muchos casos son esculturas sonoras, con una música que mira hacia el futuro. Se trata de traer elementos del pasado para crear un lenguaje que se proyecte en el futuro. Y creo que la obra de Chillida y Basterretxea funciona de esta forma”, ha resaltado.
El repertorio
Cupeiro repetirá con el Ensemble Música Práctica, formado por intérpretes de violín, violonchelo, piano y percusión, al tiempo que se sumarán los txalapartaris de Oreka TX Harkaitz Martínez de San Vicente y Mikel Ugarte, el cantante Eñaut Elorrieta, el acordeonista de Korrontzi Agus Barandiaran y los solistas de Kamerata Oiasso.
La Kamerata será esa olla en la que Cupeiro mezcle todos sus ingredientes hasta llevarlos a “ebullición”. El gallego ha hecho una apuesta muy amplia, desde las Danzas rumanas, de Béla Bartók, interpretadas con flautas rumanas de más de un siglo de antigüedad, hasta Oblivion, de Astor Piazzolla, que llevará al gallego a utilizar un cornetto.
Pero también habrá composiciones locales y gallegas. Por un lado, Cupeiro, uno de los únicos músicos del mundo que toca el Karnyx, una trompeta celta de la Edad de Hierro, ofrecerá varias piezas de su propia cosecha: Réquiem por Marsias, Armenia, Costa atlántica, Baleas y Atlantis. Asimismo, sonará el famoso fandango Albiztur, escrito por Iñaki Malbadi; y Sardos de Korrontzi. El que fuera líder de Ken7, por su parte, cantará Itzulera, y el dúo de Oreka TX interpretará Amusia. Lo gallego y lo vasco se darán la mano con los temas tradicionales Canto de arrieiro y Urkiola. Este repertorio tiene un fin: “Buscar las sonoridades que nuestros ancestros buscaron en las cuevas”.
Los instrumentos de antaño
Los sonidos olvidados será un concierto que aúne lo clásico y lo popular con lo ancestral. Así, herramientas bien conocidas por estos lares como la txalaparta, “con una sonoridad que es capaz de llenar el escenario por sí misma”, la alboka o la trikitixa sonarán junto a otros como el citado cornetto. Pero habrá aún más.
Como luthier, Cupeiro es un auténtico experto en la recuperación de instrumentos y en evitar que estos pasen al olvido. Además del Karnyx, este músico es capaz de tocar el aulós, una flauta doble de la antigua Grecia, y también un corno romano. De hecho, se desplazó hasta las ruinas de Pompeya para estudiar algunos de esos cuernos hallados y, posteriormente, reproducirlos y encontrar su sonoridad.
En este sentido, ha concluido la presentación resaltando que el hecho de que un instrumento fuese construido con el objetivo de perdurar es algo que “al músico le influye y le inspira a la hora de tocar”.