Gregario de Luxe, que comenzó su andadura influenciado por los Blues Brothers, trae de vuelta el auténtico soul y rythm and blues a los escenarios, versionando canciones de artistas reconocidos como Aretha Franklin, Sam Cooke y Stevie Wonder, entre otros. También componen sus propios temas, siguiendo el estilo de la música negra nacida en Detroit, Memphis o Philadelphia en la década de los 60. 

Sus conciertos destacan por la participación del público en el espectáculo y el buen ambiente que crean montando una fiesta con sus característicos ritmos.

¿Qué significa el nombre del grupo?

La versión extraoficial no la puedo decir (ríe). Pero la versión oficial es un homenaje a tantos Gregario que han habido en la música negra y han contribuido a formar uno de los sonidos más bonitos que existen, el del rythm and blues y el soul.

El grupo se creó como un homenaje a la música de los Blues Brothers. ¿Qué impacto tienen en el grupo? 

Un impacto total. Nacimos hace veinte años como homenaje a los Blues Brothers y prácticamente hacíamos su repertorio, marcaron el camino. La película de los Blues Brothers es una maravillosa gamberrada que sembró una semilla y rescató a artistas como Aretha Franklin, que estaban cayendo en las listas de ventas. Recoge una música muy poderosa que en los años 60 cambió el mundo. Es la música que abrió clubes de artistas blancos y negros. 

¿Compartían la misma afinidad hacía ellos y hacía el estilo musical? 

Hemos pasado por muchos estilos, pero en cuanto incorporamos instrumentos de viento y coros, nos decidimos a tirar por ahí. Es una música maravillosa a todos los niveles. Es transversal, puedes ponérsela a gente joven o muy mayor y emociona a todos por igual.

La pureza del R&B

¿De dónde viene esa influencia del soul más puro y del R&B? 

Fue una coincidencia maravillosa, porque algunos habían escuchado más a Elvis Presley, otros a los Rolling Stones, etc. Entonces fue un núcleo en el que nos podíamos encontrar todos. Teníamos las más populares en mente, pero a raíz de empezar a bucear en esos estilos, encontramos unas joyas que es imposible no terminar ahí. Vimos una luz que nos guio a dar el paso de juntarnos alrededor de estos sonidos.

Las canciones de R&B y soul son una reivindicación en sí mismas. 

Los tiempos se están complicando un poco y esa sombra de racismo está volviendo a aparecer. Es imposible que esto pase. Nosotros nos centramos más en el aspecto musical. Objetivamente estamos perdiendo la guerra de la música, el gusto por la buena música. Además, si lees cualquier biografía de todos estos genios se te cae el alma a los pies. El mensaje y el talento de los artistas está en todas sus canciones y en sus vinilos.

¿Por eso Gregario de Luxe ha sacado primer trabajo en vinilo? 

Tenemos un sueño que es mantener la estética de esos años y el vinilo ha sido el siguiente paso, aprovechando la celebración de los 20 años del grupo. Hemos editado cosas en CD, por supuesto. Además, se está volviendo a pinchar mucho en vinilo, sobre todo en el circuito de Djs de música negra. 

Diego Izo, tercero por la izquierda, en un concierto en la sal Zentral de Pamplona. Javier Bergasa

¿Qué lugar tiene hoy en día ese estilo musical? 

Aunque lamentablemente sea minoritaria, últimamente hay más colectivos y festivales como el Jazzaldia, o os que se celebran en Madrid, Barcelona e incluso en localidades pequeñas que duran dos o tres días. Es minoritaria pero está más viva que nunca. Es verdad que, lamentablemente, el siguiente single de Mike Towers o alguno de estos va a tener millones de visualizaciones más que los que saquemos los grupos de soul, blues o música negra. Para nada es el enemigo, sino algo que está en el panorama musical. Te garantizo que dentro de 20 años nadie sabrá quién es Mike Towers, pero Aretha Franklin seguirá sonando.

Meterse en el papel

Entiendo que le dan más importancia al directo que a la venta de discos o las reproducciones.

Sin duda. Aunque suene pretencioso decirlo, nosotros somos animales de directo. Es ahí cuando perdemos la compostura y cualquier cosa que nos ate. No hacemos conciertos, son fiestas y cualquiera que venga a ver un concierto nuestro lo sabe. Es una especie de misa coral en la que el público es una parte fundamental, casi una especie de misa gospel

La puesta en escena y la interacción con el público hacen que sus conciertos sean un éxito. 

Nosotros queremos que el público sienta la energía. Por cómo somos y los años que llevamos, subimos al escenario para pasarlo bien. Hemos hecho conciertos delante de 35 personas donde nos lo hemos pasado de maravilla, pero cuando tenemos audiencias como las del Jazzaldia queremos aprovechar la oportunidad y transmitir al público lo que sentimos. No me imagino ver a The Temptations, por ejemplo, en vaqueros. No sería lo mismo.

Dedicación por la música

Gregario de Luxe trae de vuelta la “buena” música soul. ¿Considera que musicalmente es mejor que los estilos de hoy en día? 

Por supuesto. Por un motivo de manufactura simplemente. Sé que si un alfarero se dedica a hacer un jarrón durante dos horas, con sus manos, le dedica todo el cariño del mundo y lleva veinte años haciendo jarrones, va a ser mejor que el que hace una máquina con otros materiales. En el jarrón del alfarero hay cariño, dedicación, una experiencia detrás. En la máquina no hay nada, simplemente es un jarrón, aunque puede que dure más. En la música es lo mismo, la manufacturada contra la sacada como si fueran salchichas u once tíos en el escenario es diferente a un tipo que le da al play y pone el micrófono en dirección al público cuando las notas son agudas porque no llega. Otra cosa es que tenga más o menos éxito. 

Hay gente que la considera buena música. 

Los Mcdonald’s y los Burger Kings están llenos y no es buena comida. Es la más barata y accesible. Eso pasa en la música. Hay cantantes que venden miles de entradas a 80 euros de media y salen solos al escenario con uno debajo que le da al play

¿A qué artista le hubiera gustado conocer? 

A Sam Cook. Me parece el tipo más elegante que ha pisado un escenario jamás. Era muy amigo de grandes líderes negros y tenía que torear con la industria. Habría sido una pasada haberle conocido o tocado el piano con él. En general, pagaría por ir a ver cualquier concierto de estos artistas. Eran súper precarios y la imagen que tenemos hoy de estas estrellas está muy edulcorada, porque en su día tenía que ser una vida muy cabrona además de las condiciones en las que hacían música.

Séptima fiesta en el Jazzaldia

Podríamos decir que el grupo es la definición del Jazzaldia

En cierto sentido sí. Además, el Jazzaldia hace una apuesta por los grupos locales y eso se agradece.

¿Qué opina del Jazzaldia? 

Abre las puertas al jazz y todos estos estilos que se están dejando de sonar. Esperamos que pueda sembrar una semilla para que los padres pongan a sus hijos o hijas buena música. Que un festival de tanto caché a nivel internacional siga contando con una amplia variedad de grupos locales me parece maravilloso. Hay festivales que se pasan de puretas, sólo blues, sólo jazz… En ese sentido el Jazzaldia lo hace perfecto, abre mucho el abanico y muy bien. El más pureta tiene conciertos increíbles y el más fiestero también. Se crea un ambiente genial.

El primer paso del grupo por el Jazzaldia fue en 2008, ¿con qué expectativas van esta edición?

Va a ser la séptima vez que pasamos por el Jazzaldia. Para nosotros es súper especial y queremos montar una fiesta cada vez más fuerte. Intentamos responder a lo que se espera de nosotros y mejorarlo si se puede. Intentaremos devolver en cada bolo que hacemos en Donostia todo el cariño que el festival y la gente nos ha transmitido todos estos años. Vamos con el orgullo del 20 aniversario, el vinilo y nuevos temas que queremos presentar, además de sorpresas y un as bajo la manga.

Será una auténtica fiesta el concierto entonces.

Lo intentaremos seguro y lo acabaremos consiguiendo. La música en vivo tiene algo muy especial que es indefinible. Simplemente, emociona. Entonces, si a través de esa emoción podemos conseguir que la gente aprecie el R&B, estaremos felices.