El Jazzaldia de Donostia es un evento anual que ofrece la oportunidad de descubrir grandes artistas locales e internacionales. Sin embargo, los grupos pequeños también tienen gran cabida en el Festival.
Precisamente, es esto lo que le gusta al pianista y compositor Iñar Sastre, quien aprovecha las ediciones para “fijarme en los grupos locales” o algunos músicos llegados desde “Escandinavia o incluso Japón”. Este amplio abanico es lo que hace que el festival sea “enriquecedor”. De esta manera, subraya que la oferta se amolda a todo tipos de gustos, desde “ir a la playa a tomarse algo y escuchar a su artista favorito” hasta “ir a la Plaza de la Trinidad a escuchar un artista mítico de jazz”.
Iñar Sastre actuará el 26 de julio a las 20.00 horas en el espacio Frigo Gunea de la 59 edición del Jazzaldia. Asegura, en conversación con NOTICIAS DE GIPUZKOA, que para él es una oportunidad “muy especial”, ya que es la primera vez que forma parte del cartel y, además, subirá en solitario.
"Como tocar en casa"
A pesar de haber tocado en grandes escenarios de Nueva York o Berlín, entre otros, afirma que su vida gira en gran medida en torno a Donostia, por lo que en cierta parte la audición será “como tocar en casa”.
El artista ha conseguido plaza en Frigo Gunea gracias al concurso de grupos locales que organiza el Jazzaldia. Durante su puesta en escena, se servirá de la música clásica como base para unirla con motivos jazzísticos e improvisaciones.
Para ello, ha escogido diferentes obras conocidas y las llevará a su terreno cambiando el compás e improvisando sobre su estructura armónica, entre otros elementos. Asegura que serán cinco “piezas abiertas” que durarán aproximadamente 10 minutos cada una.
Las piezas que va a interpretar se enmarcan en una “improvisación donde hago uso de diferentes lenguajes musicales”. Su repertorio comenzará con un tema de Britney Spears que utilizará para darle “mi forma “ y darle un punto de “gamberrismo” en el que mezclará las melodías de Spears con improvisaciones propias.
En segundo lugar ofrecerá una versión de All the things you are, clásico standard de jazz, que utilizará para hacer referencia también al tema de The Police Message in a bottle. Su tercera propuesta unifica tres piezas vascas, cada una con un estilo diferente, por las que navegará creando diferentes paisajes. Sastre también interpretará un tema propio en cuarto lugar y, para finalizar su actuación, se servirá del tema de Nirvana Heart Shaped Box.
Este “gamberrismo” improvisatorio viene de las propias melodías, ya que Sastre asegura que “es la propia música la que me induce”. No toda la improvisación o composición se trata de crear de cero, muchas veces bebe “de la música que escucho, transcribo una melodía y la creo a mi manera”. Este proceso tiene dos ejes fundamentales que son nutrirse de toda la música posible y la capacidad de desarrollo de cada uno.
A la hora de componer, el vocabulario de cada uno y las herramientas que tiene a su disposición son cruciales para poder ampliar la imaginación y crear paisajes nuevos. “Si tienes un clavo pequeño, utilizas un martillo pequeño”, afirma el pianista en referencia a que las herramientas que se utilizan a la hora de crear deben estar en consonancia con la finalidad de la obra que se va a componer.
Uno de los ejemplos que utiliza el artista es el cine mudo, donde “puedes ser más gamberro”, pero si la música difiere del sentimentalismo de la escena, “cambia el significado”.
El universo musical de Sastre
El profesor de Musikene opina que no tiene un estilo musical específico, sino que “un universo musical”, donde trabaja “con un lenguaje cromático muy mío”. Sus melodías son más personales valiéndose de combinar “colores y elementos inesperados”. Asegura no ser especialista en ciertos estilos como el “bebop, pero lo hago a mi manera”. Gracias a su amplia formación musical, sus conocimientos musicales le permiten moverse hacia un lado u otro en cualquier momento.
Todas esos recursos y desparpajo a la hora de componer le han abierto las puertas a estudiar en Musikene y París. También ha compuesto piezas que se han tocado a nivel europeo, lo que le ha permitido conocer diversos entornos y públicos, algunos más críticos que otros.
Asegura que los “contextos son muy diferentes” en cada lugar, ya que, en París por ejemplo, “había cine mudo prácticamente a diario mientras que aquí casi no existe”.
No obstante, lo que le gusta de salir fuera de Euskal Herria no solo es la música, sino “todo lo que gira en torno a ella”. Todos esos conciertos a nivel europeo le han brindado la oportunidad de conocer a grandes músicos de lugares como Italia, Venezuela, China y Rusia, entre otros. “Rompes con la dinámica de casa y de la misma gente”.
Diferencias musicales
Otro de los elementos que le sorprendió fue el nivel educativo. Como profesor de Musikene, asegura que “la actividad cultural pedagógica es bastante impresionante” en el extranjero. A pesar de que a nivel local hay bastantes personas que acuden a conciertos de música clásica, asegura que hay dos capas: “En la primera división están las grandes estrellas que llenan el Kursaal, pero en la segunda regional cuesta”. En su opinión, esto se puede deber a la educación musical que se recibe desde pequeños, ya que aquí “tiramos más hacia una más folclórica”, mientras que sus compañeros de París “escuchaban a Ravel o Debussy desde la cuna”. “Digamos que son formaciones diferentes”, aclara.
A pesar de que Donostia tenga eventos importantes a nivel musical como el Jazzaldia o la Quincena Musical, Sastre considera que durante el resto del año hay un vacío. Por ello, considera que la “escena musical es incomparable con Barcelona, Madrid, París o Berlín”. A pesar de que Musikene haya crecido y se haya mantenido el nivel del centro, el pianista y profesor considera “necesario que se amplíe el panorama musical de la escuela a todo el País Vasco”.
Subraya la iniciativa de los alumnos del centro por buscar locales en los que tocar, pero siente que “Musikene es como una pequeña isla”, donde los jóvenes se alimentan entre ellos y se lo pasan bien, pero la mayoría termina eligiendo otros destinos con una mayor oferta.
Epicentro del jazz
Si nos centramos en la música jazz, Iñar Sastre destacaría Estados Unidos, lugar en el que se creó la música jazz-blues, como el epicentro de este estilo, concretamente Nueva York. A pesar de no haber consumido mucho jazz cuando estuvo en la gran ciudad asegura que “se ve”. Sin embargo, “está sobresaturada”. “Antes se les pagaba a los músicos por tocar, ahora son ellos quienes pagan por tocar”. Además, también destaca algunos lugares de Europa como epicentros del estilo musical, ligados a las escuelas que hay en cada territorio, como Países Bajos.