Un alienígena bajó del cielo y se alió con las Arañas de Marte para convertirse en una estrella del rock y hablar de los excesos, del ego, de la alienación y de una sociedad decadente al borde del precipicio de su autodestrucción… y se transmutó en David Bowie, que, usando su nombre, Ziggy Stardust, grabó un disco conceptual de rock fiero, visionario y teatral que abrió la puerta al glam y a una de las páginas más seminales de la historia de la música popular.

Rock’N’Roll Star (Warner) es una caja lujosa con 5 Cds de rarezas, 29 grabaciones inéditas y tomas en vivo que documenta “el proceso creativo” que condujo a la grabación de este álbum clave de la música popular.

Bowie se convirtió en Ziggy en 1972 y, antes de oficializar su suicidio en el escenario, firmó un personaje excesivo y teatral con referencias de Lindsay Kemp, la Naranja Mecánica, el rockero Vince Taylor y los gustos estéticos de su pareja, Angie: pelo teñido de plata, zapatos de plataforma, mucho rímel, trajes imposibles… “El disco no ha perdido ni un ápice de actualidad y Bowie es parte de nuestra Santísima Trinidad, junto a Iggy Pop y Lou Reed”, defiende siempre Martin L. Guevara, cantante del trío bilbaino–argentino Cápsula; y no es el único.

Tras los rescates de la era inicial de Space Oddity y la posterior de Hunky Dory en las cajas Conversation Pieces y Divine Symmetry, respectivamente, ahora le toca el turno a Ziggy con Rock’N’Roll Star, otra sobrada –solo para muy fans y con poder adquisitivo– que explora “el viaje creativo” de Bowie desde febrero de 1971 a través de la creación del personaje de Ziggy y la grabación de The Rise and Fall of Ziggy Stardust and The Spiders From Mars, que captura el fenómeno que rodeó al proyecto en forma de sesiones de radio, presentaciones televisivas y conciertos en Reino Unido.

Dejando atrás el pop, el folk, el heavy y la música de cámara previa, se alió con el rock más fiero y con, quizás, la mejor banda que logró reunir en su longeva carrera, liderada por Mick Ronson. La caja actual puede parecer excesiva si no eres un fanático de Bowie, pero es un manjar inagotable debido a sus casi 30 temas inéditos, las maquetas previas, las tomas descartadas, versiones alternativas a las propias y de grupos de su gusto…

El productor del álbum original, Ken Scott, se ha ocupado de mezclar esta fuente inagotable de música, que incluye, en sus aspectos más destacados, una versión inédita del clásico Shadow Man y una acelerada de I Can’t Explain de The Who, que luego ralentizaría y versionaría para el álbum Pin Ups. La caja se inicia con grabaciones folk, en acústico y en solitario –con curiosidades como So Long 60s, embrión de Moonage Daydream; Lady Stardust con él solo al piano y voz doblada; una atropellada Star; un Ziggy... desnudo o una ralentizada y desnuda pero emotiva Soul Love– y va cobrando fiereza y electricidad.

Luego le muestra con el grupo previo a los Spiders, The Arnorld Corns, menos fiero, y después ya kamikaze con la guitarra de Ronson, en ensayos en su casa, Haddon Hall, con Ziggy... ya vestida y con su riff o la rechazada por RCA Sweet Head, puro rock, y en sesiones radiofónicas con John Peel y Bob Harris, con el repertorio ya fiel al original, en las que destacan sus versiones de la Velvet, de I’m Waiting for the Man, con guitarras que anticipan el rock alternativo de los 90, y de White Light / White Heat.

Y no es la única versión, incluye Andy Wharhol, de Danna Gilliespie, y Round and Around, de Chuck Berry, además de su convincente Starman para Top of the Pops, con una pista pregrabada de la orquesta de Johnny Pearson; versiones de la época de temas anteriores como The Supermen o descartes como el “himno bisexual” John I´m Only Dancing; directos de Changes y Life in Mars? o una sentida interpretación de My Death, de Jacques Brel. Y más curiosidades, sendos Hang On to Yourself y Stars con letras provisionales, un Moonage Daydream instrumental y con cuerdas o la ahora descubierta It’s Gonna Rain Again, entre Buddy Holly y Bo Diddley.

Este lanzamiento, que incluye dos libros con notas detalladas, recuerdos, entrevistas, reseñas, artículos contemporáneos, notas de los cuadernos personales de Bowie y fotografías poco comunes, se puede completar con la lectura del enciclopédico David Bowie. La historia detrás de sus 456 canciones, de Benoit Clerc, editado por Blume. Lo cuenta todo –no solo de Ziggy, sino de toda la obra de una de las personalidades más creativas, arriesgadas y deslumbrantes de la música popular. l