Llegan los sanjuanes a Eibar y, para celebrarlo, este sábado, 22 de junio, a las 23.00 horas, el grupo catalán, experto en convertir los conciertos en auténticas fiestas, parará en la Plaza Untzaga. Se trata de La Pegatina, que gracias a sus ritmos y ambiente, consiguen que muchos terminen en el afterhour. Como el hijo de Mari Carmen. La banda ha logrado un reconocimiento internacional tras actuar en más de 35 países y colaborar con una multitud de artistas locales de sus destinos. El cantante y compositor Adrià Salas ha ofrecido una entrevista a este periódico.
Concierto en Eibar, regreso a Gipuzkoa. ¿Con qué sensaciones?
Hace mucho tiempo que no vamos por Gipuzkoa. Las últimas veces notamos que había un cambio generacional en nuestro público, venía gente mucho más joven. Antes las bandas catalanas iban mucho más al País Vasco y últimamente cuesta más. Tal vez porque ha crecido el panorama de la música vasca y por eso no necesitan tantas bandas de fuera, cosa que me parece genial. Cuando hemos ido nos han tratado súper bien. Además, catalanes y vascos siempre estamos muy a gusto juntos.
¿Qué es lo que podemos esperar para este concierto?
Como hace mucho tiempo que no vamos por ahí, habrá mucha gente que esté expectante y con ganas de vernos de nuevo después de tanto tiempo. Estamos con el nuevo show de este año y, para la gente que no nos va a poder ver el próximo año, es una forma de despedirse por un tiempo dándolo todo y disfrutando.
¿Con qué estilo definiría las canciones del grupo?
Para mí no es tanto el estilo musical sino la forma que tenemos de tocar. Ya son 21 años juntos y la gente nos reconoce, independientemente de si tocamos pop, rock o baladas. Se nos reconoce por los timbres de la voz, acordeón, vientos, la forma de crear melodías o incluso por el tipo de letras. Creo que eso define más nuestro estilo que los propios estilos musicales que ya están etiquetados. Tenemos mucha variedad, somos muy versátiles y podemos hacer todo tipo de música.
¿Han vivido alguna experiencia surrealista en las giras?
Lo que me parece más surrealista es toda nuestra carrera. Hemos tocado en sitios como Japón o Australia y, visto ahora, parece que nunca estuvimos ahí. Tocar para gente que culturalmente está en otro lugar fue como un sueño. A nivel estatal también me parece surrealista. Llenar un WiZink Center me parece surrealista. Todo me parece surrealista, partiendo de que ninguno de nosotros nos íbamos a dedicar a esto.
¿Y con los fans?
Ha habido gente que nos ha pedido que les dibujemos algo en la pierna para tatuárselo, como pasó la última vez que estuvimos en México. También ha habido alguna propuesta de matrimonio, pero nada muy loco. A estas alturas nada me lo parece.
¿Cuál es el público que más les ha llamado la atención?
Es verdad que sorprende para bien la mayoría del público de Europa. Cuando vas a Holanda se te llena de gente de todas las edades y flipas con cómo la gente disfruta. A todos los artistas les encanta ir a México por el hecho del fanatismo, que es increíble. Se aprenden todas las canciones aunque seas el telonero del telonero del telonero. Te reciben y despiden en el aeropuerto y tienen un montón de detalles y regalos para ti.
¿El tipo de repertorio suele variar?
En cada país es una cosa diferente y, dependiendo del sitio, disfrutan más de una música u otra. Por ejemplo, si vas a Chile se tiende más a la rumba, pero en México es mejor el ska y, como tenemos repertorio para todo, intentamos adaptarlo.
¿En qué país ha disfrutado más el grupo?
Le tenemos mucho cariño a México, nos encanta estar ahí. También nos ha gustado mucho Colombia, donde estuvimos hace poco y nos encantó la vibración que desprende la gente. En general esperamos poder crecer en Latinoamérica. Además, nos gustaría tocar en Estados Unidos, donde no hemos estado y es algo típico. Ir aunque sea a Los Ángeles, Miami… Y algo de África para tener todos los continentes hechos.
¿Hay alguna colaboración que les haya hecho especial ilusión?
Hay gente muy famosa con la que hemos colaborado, otra que menos. Personalmente me gusta cuando colaboramos con gente con la que hace años que sueñas con tocar como Amaral, Ska-P o La Vela Puerca, una banda uruguaya que me flipa, y así poder cumplir con ese sueño. También nos gusta colaborar con bandas emergentes que queremos que el mundo conozca y vemos una oportunidad de echarles una mano.
¿Cómo es subirse al escenario en sitios tan diferentes como Japón, China o Australia?
A todo el mundo le gusta ir a un festival y bailar con bandas que no conocen. Cuando vas a gira de sala, que es más pequeña y reducida, es otra cosa. Estamos en un mundo tan globalizado que todos pueden aprender cualquier propuesta del otro lado del mundo. Ahora no hay nada que no hayas visto, está todo en Internet por lo que nada puede sorprenderte excesivamente. En China nos sorprendió que, a pesar de que les cueste un poco el choque, el estilo más latino por así decirlo, no es un impedimento para que se vuelvan eufóricos. La última vez que fuimos, antes de empezar ya estaban sacando el móvil.
¿Les sorprende la manera en que la gente les ha conocido desde la otra punta del planeta?
Hubo un momento en el que mucha gente española nos conocía por nuestros fans holandeses, tenemos mucho público ahí y cuando venían a un concierto nuestro, les enseñaban a los españoles nuestras canciones. Además, muchos profesores en Francia, para enseñar lengua española utilizan canciones nuestras en las clases.
El año pasado publicaron un cómic, 'Las aventuras más locas de La Pegatina', ¿Cómo surgió la idea?
Cumplíamos 20 años y teníamos la idea de contar nuestras anécdotas. No podemos contarlas en 30 segundos, y entonces elegimos un cómic para poder narrar y visualizar bien esas aventuras en otros países, con un guion entre sí. Recomiendo a todo el mundo que se lo compre porque no sólo ves nuestra historia, sino que además tiene una parte de didáctica de turismo.
¿Algún grupo que les haya influido especialmente?
Cuando empezamos, escuchábamos a Manu Chao, Radio Bemba y toda la música mestiza que se hacía en Barcelona. Esos eran nuestros referentes. Luego visitamos y conocimos otras culturas. En Italia conoces a gente que hace Tarantela y te gusta, así que lo adaptas. En Latinoamérica escuchas mucho merengue y cumbia, y también intentas llevar por ahí tus canciones.
Después de 21 años sin descanso, ¿por qué un 'break' en 2025?
Llevamos muchos años y estamos componiendo y grabando canciones mientras estamos de gira. Al final tendemos a componer lo que nos sale fácil y eso no puede ser. Se necesita tiempo para investigar, aprender otras músicas, aprender a tocar de diferentes maneras, tener más ideas creativas y vivir experiencias para poder explicarlas mediante nuestras canciones. Además, hay tres en la banda que han sido padres y, lógicamente, quieren estar con sus hijos. Otros tienen algunos proyectos en mente, etc. La idea es darnos un poco de espacio, alrededor de nueve o diez meses, y luego volver para componer y sacar otro disco en 2026.
¿Tienen pensada alguna gira para 2026?
Sí, claro. Cuando hay disco hay gira. Lo que nos gusta es girar.