La Inteligencia Artificial avanza sin interrupción en los medios de comunicación, y ya más de cien grupos en 46 países la utilizan para sus noticias, pero ¿los periodistas llegarán a ser reemplazados por robots?. El doctor en Comunicación Audiovisual Antoni Vidal contesta a esa pregunta en una entrevista a Efe.

Vidal, doctor por la Universidad Autónoma de Barcelona y periodista con una destacada carrera en RTVE, se plantea esa y otras preguntas en su libro El último periodista. La inteligencia artificial toma el relevo, un título que ya anticipa lo que, en su opinión, puede estar por venir.

No rechaza las tecnologías inteligentes, pero considera que la IA "tiene su caja negra aún no desvelada" y por eso ve necesario este alegato sobre la independencia del comunicador, que en modo alguno —dice— "puede supeditarse o ser sustituido por un chatbot", algo que a diario -sostiene- "emerge como un peligro en las redacciones de innumerables medios".

¿Cree que la IA va a sustituir a los periodistas o éstos van a ser sus colaboradores?

El periodista es probable que pase a ser un colaborador necesario de la IA y permanezca supeditado a una nueva organización de la información, donde quede diluido su papel de garante de la veracidad, porque se abre paso una nueva ingeniería de contenidos.

Mediante IA un Gobierno o una corporación puede conocer e influir sobre determinados estados de opinión, personalizando los contenidos y potenciando los sesgos de los destinatarios, algo que ya observamos desde hace un tiempo en los buscadores y agregadores de noticias. Las redes sociales son el prolegómeno de lo que nos espera de forma amplificada con la implantación de la IA.

¿Los periodistas pueden llegar a ser reemplazados en algún momento por robots?

El Reuter Institute de la Universidad de Oxford predice que en un plazo de no más de tres años la mayor parte del contenido informativo en internet estará generado por chatbots, lo que abre todos los interrogantes sobre la función del periodista y del periodismo.

Esta predicción se solapa con la desafección de la ciudadanía a las noticias en su formulación y presentación tradicionales, y tiene que ver en gran medida con la polarización, que en redes gana cada día más adeptos en detrimento del rigor y la pluralidad informativa.

Facebook y X han dejado su lugar como principales difusores de información a YouTube, Tick Tock e Instagram. La mensajería con WhatsApp se abre paso como gran receptáculo de noticias. Los más jóvenes y no tan jóvenes se informan a través de estas redes, generando y consumiendo preferentemente vídeos.

Las aplicaciones de IA personalizarán y transformarán la noticia en múltiples formatos, desde resúmenes en texto a videoclips, según las preferencias del consumidor.

Con esta perspectiva, los periodistas y los medios deben anticipar su adaptación al nuevo marco tecnológico comunicacional, sin abjurar de los principios deontológicos que los han convertido en garantes de la democracia.

¿La IA puede acabar con las "face news" o a la inversa, es decir puede aumentar más la desinformación?

R.- Es capaz de crear voces e imágenes de personas o cosas casi indistinguibles de las originales. Es una de sus principales amenazas. Los chatbots 'por ahora' no tienen conciencia ni sentimientos y carecen de cualquier ética y pueden confundirnos con sus propias 'alucinaciones' y tergiversar presente y pasado. Y sus empresas matrices ya están tabulando las emociones humanas para incorporarlas a la nueva generación de chatbots.

Frente a este peligro potencial está la posibilidad de utilizarlos también para contrarrestar estas imágenes y noticias falsas en todas su variantes.

Las próximas elecciones europeas serán un reto para identificar y contrarrestar lo que puede ser un hipotético flujo de 'deepfakes' y 'fakenews' provenientes de Rusia para favorecer a los candidatos alineados con el Kremlin.

¿Se debe controlar entonces la IA?

Las tecnologías inteligentes están modificando nuestras formas de percibir la realidad y nos adentramos en un mundo virtual que coexistirá con nuestro devenir y lo trasmutará. Pero no somos consultados sobre ese modelo tecnológico y su impacto en nuestras vidas y el planeta.

No obstante, Europa ha aprobado una legislación pionera en IA, que deberá estar vigente en todos sus estados no más tarde de 2026, y en ella destaca la prohibición de crear bases de datos de reconocimiento biométrico de personas, y la máxima transparencia en la detección de emociones y de su uso para fines lucrativos.

También los códigos deontológicos que regulan voluntariamente la profesión periodística ya han comenzado a ser actualizados, pero es esencial que respondan a los retos que los chatbots suponen para cualquier periodista en una redacción (..) El periodista es el garante de la veracidad en un mundo envuelto por una constelación de información cada vez más inescrutable.