Tabakalera  ha inaugurado hoy la tercera edición de la exposición Situ-akzioak, de la mano de la artista madrileña María Jerez. La muestra, titulada Herri bat behar da mendi bat altxatzeko (Se necesita un pueblo para levantar una montaña), representa un espacio para el juego, la activación sensorial, el aprendizaje y la experimentación artística.

La propuesta, abierta al público hasta el próximo 25 de agosto en la segunda sala de exposiciones de Tabakalera, está especialmente pensada para niños y niñas a partir de tres años, pero puede ser disfrutada por público de cualquier edad. Los más pequeños no sólo son los principales destinatarios de este espacio, sino que también han participado activamente en su proceso de creación a través de las escuelas IPI Karmengo Ama y Herrera Ikastetxea.

Herri bat behar da mendi bat altxatzeko es una manera diferente de acercarse al arte contemporáneo, con la mirada puesta en la exploración y la creación de nuevos imaginarios. Los elementos expuestos invitan a la fantasía: montañas que se elevan, un gigantesco sol giratorio y telas que transportan a diferentes realidades. Todo pensado para recrear un cálido espacio de encuentro y participación dirigido a un público familiar.

Un lugar en transformación

La artífice de esta exposición, María Jerez, ha señalado hoy que este trabajo “ha supuesto un reto” para ella. El título hace referencia a la “importancia de lo colectivo” en contraste con lo individualizada que parece nuestra sociedad actual en muchos aspectos.

La exposición representa precisamente un paisaje colectivo integrado por materiales “blandos, amorfos y textiles” que se modifican en el momento que entras en contacto con ellos.

Siempre hay muchos agentes involucrados en un paisaje. Es una amalgama de elementos como la lluvia, el sol, los árboles o el cielo”, ha expresado Jerez, haciendo referencia a los constantes procesos de cambio que experimentan los diferentes entornos.

Esa transformación se percibe a la perfección en esta obra repleta de materiales textiles que dan pie a percepciones muy diversas y donde el juego y la diversión son los actores principales.

Según Jerez, “el campo de juego propone entrar en un territorio en el que todo se modifica, incluido el rol de los visitantes, que va desde la contemplación hasta la participación”.

El escenario permite a los visitantes “atravesar los materiales y meter el cuerpo o las manos en ellos. También da lugar a estados anímicos opuestos, a sentirte asustado o fuerte”.

Por otro lado, Jerez ha querido experimentar con las texturas y los colores, lo que puede aportar desde una sensación de claustrofobia hasta muchísima amplitud, como si uno mismo representase el propio paisaje.

Es por ello que los cuerpos adquieren una enorme relevancia en esta propuesta, donde se muestra cómo se pueden modificar en función de los materiales a los que están expuestos.

El paisaje creado por Jerez no sólo es táctil, sino también sonoro, con cascabeles, cencerros, lentejuelas, viento, temblores o arena, creando una combinación entre lo natural y lo artificial.

Jerez destaca que una de las principales características de Herri bat behar da mendi bat altxatzeko es “su capacidad de generar sensaciones muy diferentes entre las personas, ya sea en el apartado lumínico, táctil o acústico. Cada cual vivirá la experiencia de manera única”.

Trabajo con las escuelas

Para la elaboración de esta exposición, las escuelas IPI Karmengo Ama y Herrera Ikastetxea han jugado un papel clave. El proceso se ha basado en dos sesiones de trabajo con cada uno de los centros. 

En un principio, Jerez tenía una idea en la cabeza acerca de los materiales que se iban a utilizar, pero pronto lo que tenía pensado cambió para amoldarse a lo que ocurría en las reuniones.

Mi trabajo tiene mucho que ver con el cuerpo, ya que vengo de las artes performativas. Para mí, es fundamental saber qué quieres hacer con los cuerpos que van a habitar el espacio con el que estás trabajando. Yo no diseño, sino que vivo la experiencia”, ha apuntado la artista.

“En el proceso necesité mucha información y práctica. Me di cuenta de que un elemento crucial podría ser la plastilina, por su carácter modificable y porque se transforma al entrar en contacto con los cuerpos”.

A partir de la idea de la plastilina, Jerez fue detectando cuáles serían los elementos idóneos para la propuesta. “Mis reuniones con los niños y con sus familias me dieron la experiencia que necesitaba para tomar las decisiones”, ha reconocido la creadora.