Desde una ventana de la casa cultura de Okendo se observa atroz que puede ser el mundo. El Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia, el negociado de Cooperación del Ayuntamiento y Médicos del Mundo han presentado este martes en el citado centro cultural la exposición compuesta por la ganadora y los finalistas del la 26ª edición del Premio Internacional Luis Valtueña de Fotografía Humanitaria.
El madrileño Santi Palacios, varias veces ganador del World Press Photo y finalista en el certamen de Médicos del Mundo, aporta una mirada a lo descarnado de la guerra en Ucrania a través de su reportaje fotográfico sobre la masacre de Bucha, municipio que el ejercito ruso abandonó en abril de 2022, después de un mes de ocupación. Lo hace, por ejemplo, con una foto de la calle Yablonska en la que el ejército ruso dejó los cuerpos de cientos de civiles a los que había ejecutado. Bajo esta se exhibe otra de Palacios, tomada desde un interior y en la que desde una ventana abierta se ve una panorámica general de la ciudad. La imagen fue tomada en la misma calle Yablonska, en un edificio de nueve pisos que las fuerzas de ocupación rusas utilizaron para controlar los alrededores. Junto a estas, una imagen de Andriy, maniatado, boca abajo y muerto, y otra de Valery, un hombre con el rostro roto por el llanto que en su jardín desentierra con las manos el cuerpo de su hijo asesinado por un francotirador para poder darle un entierro en condiciones.
Bucha y la desinformación
“No teníamos ni idea de lo que nos íbamos a encontrar”, ha contado Palacios, en una rueda de prensa que ha tenido lugar este martes en Donostia y en la que ha comparecido con la concejala delegada de Diversidad, Inclusión e Igualdad, Cristina Lagé, el director del Festival de Cine y Derechos Humanos, Josemi Beltrán, y el director de Médicos del Mundo, Pepe Fernández. Nada más acceder a la zona, ha continuado, supervivientes como Olga, una mujer de 82 años a la que también retrató, rogaron a los periodistas que registrasen con sus cámaras el testimonio de estos “crímenes de guerra”. Durante los días y semanas posteriores al 2 de abril trabajó en Bucha intentando entender “qué y cómo” había pasado.
Asimismo, Palacios ha lanzado una reflexión sobre las oportunidades que ofrecen ventanas como las de Okendo para hacer frente a la desinformación. Así, ha explicado, que después de haber sido testigo de la masacre de Bucha, hubo muchos que llegaron a preguntarle si todo aquello fue real o no, tal y como propagaron medios prorrusos. “Esa pregunta me dio mucho miedo porque me demostró que un Gobierno sin ninguna credibilidad como es el Ruso le es tan sencillo como lanzar cualquier burrada para sembrar la sombra de la duda”, ha apuntado.
Una exposición, cinco fotoperiodistas
La serie de fotografías de Palacios componen sólo una parte de la exposición del Premio Luis Valtueña, otorgado en homenaje a los cooperantes Flors Sirera, Manuel Madrazo, Mercedes Navarro y el propio Valtueña, fallecidos todos mientras cumplían labores de acción humanitaria en países de conflicto armado. La muestra de Donostia exhibe el trabajo de cinco fotoperiodistas cuyas fotografías fueron seleccionadas entre 7.000 imágenes procedentes de 94 países.
La vencedora, María Clauss, presenta una serie de fotos de su trabajo Donde no habite el olvido, un retrato sobre varios enclaves de Huelva en los que se sumerge en la recuperación de la memoria histórica, recuperando objetos aparecidos en fosas y haciendo visibles a las personas represaliadas y a sus hijos e hijas.
Como Palacios, Nazik Armenakyan y Federico Ríos quedaron finalistas del certamen. De la primera se pueden ver imágenes de su proyecto Rojo Negro Blanco, en la que la fotoperiodista armenia capturó las consecuencias del VIH en mujeres de su país. Ríos, por su parte, participa en esta exposición, que tiene carácter itinerante, con unas imágenes en las que captura el intento de los inmigrantes de pasar de Sudamérica a Centroamérica a través del peligroso Tapón del Darién, una región entre Colombia y Panamá.
Por último, la muestra acoge tres fotografías del proyecto Jódete cáncer de Sáshenka Gutiérrez, en la que retrata a una mujer superviviente de una doble mastectomía.