La película El día de Guipuzcoa es una de las joyas que se conservan en la Filmoteca Vasca y que, además, esta disponible para consulta en su página web. El sábado que viene, 16 de marzo, este documental propagandístico, dirigido por el operador de cámara madrileño Agustín Macasoli, que se hizo famoso a raíz de una película que hizo sobre el dictador Miguel Primo de Rivera, cumplirá nada más y nada menos que un siglo. Ese es el motivo por el cual la cinemateca ha colgado en su página web una versión en mejor calidad de esta pieza. Un escaneo digital del nitrato original de la pieza ha sustituido a una copia que se hizo de otra versión en acetato. Tal y como indica su título, la película recoge diversas escenas de las actos del día de Gipuzkoa, un evento multitudinario que reunió a 30.000 guipuzcoanos y en el que los municipios del territorio rindieron pleitesía a la bandera española y al Gobierno primorriverista, que había llegado al poder apenas seis meses antes.
La calle Mayor de la capital engalanada en sus balcones con la enseña del Estado, las banderas de los municipios y de la Diputación flexionándose ante la tricolor, el gobernador civil y militar de Gipuzkoa, el bermeano Juan Arzadun –tío-abuelo de Nestor Basterretxea– besando con unción la rojigualda después de que los asistentes al multitudinario acto en Alderdi Eder hubiesen entonado el himno oficioso de los vascos, el Gernikako arbola de Joxe Mari Iparragirre, y antes de que se proclamase en primera persona: “¡Inmesamente vascos! ¡Totalmente españoles!”. Todo ello, que puede verse en esta pieza de 19 minutos, y que seguro que en la actualidad choca a más de uno y más de dos, parece responder a una lógica estratégica de las autoridades locales, que vieron en el Directorio Militar la oportunidad de recuperar los derechos forales y de defender el euskera.
1924: Fuentes de la prensa local
En esa dirección apunta el responsable del Departamento de Conservación de la Filmoteca Vasca, Ion López, que en una conversación con este periódico, explica que no se tienen demasiados datos sobre esta película, que llegó a la cinemateca en la década de los 90, procedente de la Diputación. El conservador ve plausible que la película fuese encargada por el ente foral hace 100 años. Sus sospechas encuentran respaldo en las informaciones de periódicos de la época como el semanario Argia asterokoa, que se publicaba cada domingo, o La voz de Guipuzcoa, con sendos artículos del 16 y 18 de marzo de 1924.
En aquella época, entre 1919 y 1924, el presidente de la Diputación era el azpeitiarra Julián Elorza, político y abogado euskaltzale de Comunión Nacionalista Vasca, que era el nombre que adoptó una facción del PNV. En Bizkaia, en cambio, la sensibilidad era otra, dado que la Diputación estaba en manos de la Liga de Acción Monárquica, formación “nacionalista española” y defensora de la restauración de Alfonso XIII. Tras el golpe de Estado, Elorza remitió una Memoria al Directorio para la reintegración foral o la autonomía, algo a lo que se opuso la Diputación de Bizkaia, que acusó al ejecutivo guipuzcoano de separatismo y de defender postulados “dañinos” para España.
Ante este conflicto y con el fin de reafirmar su compromiso con el Directorio, siempre con el objetivo último de recuperar los derechos forales, Juan Arzadun, descrito como “euskaldun jator eta zintzoa” –“honrado y honesto”– por Argia, hizo un llamamiento a los guipuzcoanos para que se congregasen en Donostia y así hacer ojitos a Primo de Rivera. La película, por lo tanto, respondería a ese interés “propagandístico” de la Diputación.
16 de marzo de 1924: El día de Gipuzkoa
Las actividades de aquella jornada comenzaron con una procesión hasta la basílica de Santa María, donde se ofició una misa mayor en la que el Orfeón Donostiarra entonó la Salve y el Ave María, de Tomás Luis de Vitoria. Posteriormente, los asistentes se trasladaron a la alameda de Alderdi Eder, donde entre salvas el público cantó el Gernikako Arbola y la banda tocó la Marcha Real.
Según se desprende de la prensa local de la época, la convocatoria resultó exitosa –municipio a municipio se “reclutó” a gente para que participase en la celebración–. La voz de Guipuzcoa, el martes siguiente a las celebraciones, recogió palabras de Elorza en las que afirmaba que “después de la adhesión popular manifestada el domingo por la provincia de Guipúzcoa (sic), habían ganado terreno las demandas” remitidas al Directorio. Algo parecido publicó Argia cinco días después, en euskera, en boca de Arzadun: “Ahora que Gipuzkoa ha limpiado su mancha, tiene las puertas abiertas para dirigirse al Directorio y pedir sin impedimento sus ancestrales derechos”.
La importancia entográfica de las imágenes
El Día de Guipuzcoa no es la única película antigua de lo que se conoce como los inicios del cine –periodo que abarca entre 1895 y 1930–, con imágenes del territorio que conserva la Filmoteca Vasca. En su fondo se pueden encontrar tesoros como Irun, 1912, que incluye imágenes de distintos enclaves de esa localidad y también del Alarde. De la década de 1920, también guarda otras con escenas que invitan a comprobar cómo era la Gipuzkoa de principios del siglo XX. Es lo que ocurre en El día de Guipuzcoa, que incluye planos en los que se reconoce el monumento del centenario de la destrucción de la ciudad en 1813, que posteriormente fue despiezado y diseminado por la ciudad.
El 80% de las películas anteriores a 1930 han desaparecido, se lamenta López, que añade que, por suerte, cuentan con otra de 1924, un documental en el que se registró la inauguración del Cementerio de los Ingleses de Urgull en septiembre de aquel año, un proyecto que también impulsó el gobernador militar Juan Arzadun. Al igual que El día de Guipuzcoa, la Filmoteca también la dará a conocer pronto.
