La Berlinale abrió ayer su 74ª edición sumergiéndose en un capítulo oscuro del pasado reciente de Irlanda con la película del belga Tim Mielants Small things like these, protagonizada por Cillian Murphy, una historia sobre un trauma colectivo en una sociedad cristiana disfuncional.

En rueda de prensa, Murphy se refirió a ese “trauma colectivo”, sobre todo para la gente de una “determinada edad”, que supuso la existencia de las llamadas lavanderías irlandesas de las Magdalenas, horribles asilos gestionados por instituciones católicas desde la década de 1820 hasta 1996, supuestamente para reformar a “jóvenes perdidas”.

El actor agregó que las generaciones que sufrieron el abuso de estas instituciones “todavía lo están procesando”, y se mostró convencido de que el arte puede ser realmente útil para esa herida, como lo fue el libro homónimo de Claire Keegan, un gran éxito de ventas, recordó, en el que se basa el filme. Agregó que la ironía del libro es que trata de “un hombre cristiano tratando de hacer un acto cristiano en una sociedad cristiana disfuncional” y “plantea muchas preguntas sobre complicidad y silencio y vergüenza”.

Según Murphy, no es el deber del arte responder a esas preguntas, sino provocarlas, pero “tal vez sea más fácil de asimilar que un informe académico o gubernamental”, agregó.

El filme, coprotagonizado por Eileen Walsh, Michelle Fairley y Emily Watson, transcurre en un pequeño pueblo de Wexford, Irlanda, en 1985, justo antes de Navidad. Bill Furlong, interpretado por Murphy, trabaja como comerciante de carbón para mantener a su mujer y sus cinco hijas. Mientras reparte carbón en el convento local, una mañana temprano hace un descubrimiento que le obliga a enfrentarse a su pasado, pero también tomar una decisión no planeada que le enfrenta en el presente a una comunidad controlada por la Iglesia.

Según Mielants, se trata de una historia “muy personal” sobre “el dolor y sobre estructurar el dolor de la pena”, algo que para el cineasta fue siempre el motor de la película.

Se remitió a un “evento traumático” propio que le permitió también ir a través de todas estas diferentes etapas del duelo junto con Murphy y tratar de llegar al fondo del mismo, por lo que fue como “un viaje personal” que hizo con todo el mundo a su alrededor.