Justo se cumplen 50 años desde que publicó el icónico Band on the Run (Universal), el tercer disco de Wings, el grupo que se inventó Paul McCartney tras la disolución de The Beatles junto a su esposa, Linda, y que se convirtió en una de las bandas de rock más importantes y populares de los años 70. El disco original, que incluyó éxitos como Jet, Bluebird o Let Me Roll It, se recupera ahora en varios formatos y con un añadido especial que, como sucediera hace unos años con algún disco de The Beatles, desnuda su repertorio al retirar sus icónicos arreglos orquestales.

Un mes antes de la publicación oficial de Let It Be, el último disco de The Beatles, en mayo de 1970, Macca ya había editado su debut en solitario bajo el título de su apellido, un álbum en el que tocó todos los instrumentos y del que vendió varios millones de copias. Estaba claro que al compositor, cantante y bajista de Liverpool le corría prisa por publicar su obra en solitario aunque, después, se inventara el grupo Wings como vehículo para ello. Su obra posterior originó menos ventas y la frialdad de una crítica que se deshizo en elogios con la obra de John Lennon y George Harrison en aquellos primeros años 70.

Hasta que llegó Band On The Run, el tercer disco de Wings, publicado en diciembre de 1973, obra clave del rock de los 70 y que se recupera ahora con motivo de su medio siglo de vida en varias ediciones. Vendió más de seis millones de copias y es considerado, en competencia con RAM, como el álbum más consistente de Wings. Su gestación, que se inició con los ensayos en la finca escocesa de Paul y su esposa Linda, en un granero al que se desplazaban a caballo, está trufada de anécdotas y peculiaridades, como que casi su totalidad se registró en África, algo inédito en el mundo del rock y el pop en 1973.

El sello EMI tenía unos estudios en Lagos, la capital de Nigeria, y hacia allí se encaminaron Wings en septiembre de 1973. Bueno… lo que quedó del grupo, un quinteto hasta la deserción, casi momentos antes de coger el vuelo, de dos de sus miembros: el virtuoso guitarrista Henry McCullogh, harto de las imposiciones musicales de Macca, y el batería Denny Sweiwell, que tenía un escaso salario fijo de 70 libras semanales y, además, consideró un desplante que Paul y Linda no le felicitaran por el nacimiento de su hijo.

Con dos alas menos de las previstas, el matrimonio –Paul en plan multiinstrumentista y Linda a los teclados– y su lugarteniente, el guitarrista Denny Laine, aterrizaron en Lagos con el objetivo de “disfrutar de la magnífica música y cultura africanas, estar tumbados en la playa todo el día y luego, por la tarde, aparecer en el estudio para grabar”, según recoge la biografía del beatle de Philliph Norman. Casi nada fue tal, ya que Nigeria tenía un régimen represivo, era época de monzones, la lepra era visible en las calles, su residencia estaba poblada de cucarachas y reptiles, el estudio de grabación no cumplía los mínimos exigibles para una estrella del rock y hasta fueron asaltados y les robaron partituras y las maquetas que habían realizado en Escocia.

A pesar de tantos sinsabores, el disco, que contó con el colaborador de The Beatles Geoff Emerick como ingeniero y que se completó después en los estudios AIR de George Martin, en Londres, donde se añadieron cuerdas y vientos, ofrece clásicos incontestables de Wings, empezando por su canción titular, Band On The Run, una opereta que salta del pop al rock, el country y el soul, y siguiendo por Jet, single rockista con deje reggae; la bossa pop sedosa Bluebird con saxo de Howie Casey; el boogie rock Helen Wheels; el riff inolvidable de Let Me Roll It; la éxotica Mamunia, con sus ecos africanos, y las dicharacheras Mrs Vandebilt y Nineteen Hundred…

“Jodeos, haré un álbum en el que desearíais haber participado”, declaró Macca tras el abandono de dos de sus Wings antes de viajar a África. Y lo logró con este álbum que, a pesar de su título, es “un disco de canciones, no conceptual”, aunque en su sustrato aluda al deseo de huida que apremia a todo músico tras estar encerrado semanas, meses o años para grabar un disco.

El disco, que acaparó varios Grammy, se recupera ahora en varios formatos: en vinilo cortado a mitad de velocidad; el original con la suma de Helen Wheels, tema que solo se editó en Estados Unidos, y las polaroids de Linda, y otro en doble compacto que incluye las mezclas underdubbed de las canciones, tal y como se registraron en Lagos, sin los añadidos orquestales en Londres.