La celebración de la Nochebuena de una familia en el barrio de Aiastia-San Miguel de Elgoibar ha tenido un visitante inesperado.
Visita sorpresa
Acababan de sentarse a la mesa del pequeño txoko del caserío Ziarda en el que se habían reunido para cenar, cuando se percataron de que por el exterior merodeaba un convidado al que no habían tenido en cuenta.
La lógica de las fiestas navideñas podría llevar a pensar que se trataba de Olentzero y Mari Domingi, pero en este caso, el que quería entrar en la sociedad era un zorro.
“No sé si vino atraído por el olor de la parrilla, pero el caso es que estaba ahí, mirando al interior, como si estuviera esperando algo”, ha relatado Juanan, uno de los comensales que participó en el encuentro familiar de Ziarda.
Camino del interior de la sociedad
Lo primero que les llamó la atención es que no mostraba un temor aparente hacia las personas.
“Cuando salimos a verlo no se escapó. Tratamos de asustarlo con la escoba y haciendo ruido, pero regresaba una y otra vez. De hecho, a lo largo de la noche llegó a subir el pequeño tramo de escaleras de la entrada y creo que hubiera pasado al interior de la sociedad si hubiéramos dejado la puerta abierta”.
Contacto con humanos
Al parecer se trata de un animal bien conocido por otros residentes de este barrio, situado en la muga entre Gipuzkoa y Bizkaia, habituado a la presencia del ser humano.
De hecho, no es el primer caserío de la zona por el que se ha dejado ver, como ha comentado Juanan.
“Sabemos que ha sido visto en otras casas de la zona. También suele merodear por el restaurante Belaustegi y nos han comentado que ha habido personas que lo han llegado a tocar, algo que no me parece prudente. No deja de ser un animal salvaje y puede tener reacciones imprevisibles”.
Sin prisa por dejar el lugar
La presencia del zorro se prolongó por espacio de varias horas.
“Le arrojamos algunos restos de chuleta. Los cogía y desaparecía con ellos, pero volvía a aparecer al poco tiempo. Estuvo unas cinco horas rondando por el caserío. Cuando salimos de la sociedad, en torno a la 1 de la madrugada, todavía seguía por ahí”.