Este jueves han arrancado con una nueva edición de LABO XL, un festival que en sólo cinco años ha crecido mucho.

Sí. Es el quinto aniversario y estamos súper contentos de la evolución que está haciendo el festival. Empezó siendo un pequeño germen y ahora tenemos un programa de cuatro días por delante. 

¿Considera que después de cinco ediciones el festival se encuentra asentado? 

Más que asentado, diría que ha afianzado las bases para tener una estructura sólida, seguir creciendo con rigor y con una idea de camino muy clara.

¿Puede seguir creciendo?

Seguir haciendo el festival todos los años ya es un logro. No hay que olvidar que LABO es un programa que se desarrolla durante todo el año y que cuenta con más actividades en torno al movimiento, la danza y las artes escénicas. LABO XL es el festival anual de cuatro días y es el punto álgido del curso, pero se nutre del resto de las actividades. 

Entonces, ¿cuál sería el techo?

Poder seguir manteniendo los espacios y la estructura de LABO abierta para que artistas locales, estatales y ahora internacionales puedan visitar Donostia. 

Como ya adelanta, LABO ha ido allende fronteras. ¿Comienza a ser un evento reconocido en el extranjero?

Tanto el festival como el programa comienzan a tener eco fuera de nuestras fronteras. Estamos entusiasmados con este paso que estamos dando. Ya habíamos lanzado el anzuelo para artistas nacionales, pero esta edición contamos con una presencia importante de artistas venidos de Italia, Francia y Portugal.

Aun así, los artistas locales siguen siendo su fuerte.

Siempre tenemos el foco puesto en lo local. Este año, por ejemplo, además de que la persona que protagoniza el cartel, Ainhoa Usandizaga, haya sido la encargada de inaugurar la edición, le hemos concedido una dotación económica con la que ha creado su pieza Bihar expresamente para representarla en la jornada inaugural. También apostamos por obras en euskera, tanto de compañías vascas emergentes como veteranas. 

En este crecimiento en el que se ve inmerso LABO XL, también estrenarán nuevos espacios.

La filosofía del festival es generar un recorrido durante el día, es su peculiaridad. Para eso, por supuesto, necesitamos espacios distintos y dirigimos las piezas en función a los espacios donde se van a representar. Eso genera como un juego para el espectador que primero está en Plaza de Tabakalera, luego sube al Prisma y genera un camino donde la danza, el movimiento y la performance tienen lugar. 

Ha citado el Prisma de Tabakalera. Ese es uno de los nuevos espacios.

La quinta planta de Tabakalera con Donostia de fondo... Ahí es donde se va a hacer la pieza de circo, que incorporamos primera vez al festival. Va a ser el highlight de la edición. Se incorpora también la sala Z de Tabakalera, el Bukowski y Gazteszena. 

¿Qué tiene de especial el espectáculo circense que han programado?

El circo contemporáneo está cogiendo mucha fuerza y generando muchas piezas súper interesantes. Hasta ahora no lo habíamos porque se necesitan unas estructuras y logísticas especiales, aunque ahora son más adaptativas.. En el caso de Transir, el espectáculo de Rojo Telón, cuenta con cuatro chicas, tres haciendo acrobacias y una tocando música en directo. Cuando vimos la pieza, nos quedamos encantados, vimos tanto ADN de LABO en la pieza que apostamos en el momento por ella. 

Para esta quinta edición han programado 19 espectáculos y cuatro encuentros profesionales.

De esos 19 espectáculos, once son gratuitos, uno es dirigido a profesionales y otros siete son con entrada. Este año, en vez de entradas, hemos puesto encima de la mesa el bono LABO Lagunak. Hemos creado una sola tarifa plana de 20 euros que te da derecho a todo el festival. Además, todas las actividades paralelas profesionales son gratuitas. 

En total, ¿cuántas les llegaron?

La programación se nutre de diferentes fuentes. Una de ellas es la convocatoria pública, en la que llegamos a recibir casi 300 solicitudes. El 70-80% de la programación se nutre de ahí. A eso se suma lo que la dirección artística quiere mostrar y luego se añaden los compromisos con otros agentes con los que colaboramos como EKE o Dantzagunea.

LABO XL también ha concedido residencias.

Lo hemos hecho a través de la colaboración con la Asociación de Profesionales de la Danza del País Vasco y con el programa Circula! La andaluza Rebeca Carrera ha estado dos semanas trabajando en Dantzagunea y en la tarde de este jueves ha presentado su Señora. Al mismo tiempo, Eva Comesaña presenta Perder a lingua, resultado de su proceso de creación en colaboración con Dantzagunea y esto se enmarca con otra línea de trabajo, porque por primera vez dentro del festival vamos a hacer un LABO Go, vamos a enseñar procesos de creación, no solo piezas terminadas. 

Además de Euskal Kultur Erakundea (EKE) han estrenado colaboración con la red de teatros de la CAV, Sarea. 

Colaboramos con EKE para intentar generar un puente de doble dirección, para facilitar el que a ellos les llegue información de nuestras compañías, al tiempo que ellos nos han propuesto compañías para que participasen en el festival, de las que hemos seleccionado a Bilaka y a Traversée Dantza Konpainia. En cuanto a Sarea y al Gobierno Vasco, mañana hay unas jornadas profesionales en las cuales hay dos ponencias. En la primera participarán Aitziber Atorrasagasti, directora de Promoción de la Cultura del Gobierno Vasco, y Nekane Basterretxea, coordinadora de Sarea. Contarán a profesionales del sector cómo funciona la red de teatros del País Vasco. Posteriormente, Javier Mosquera, director del festival Gatadans, que además viene como programador invitado, describirá cómo funciona su encuentro y cómo genera cultura de proximidad. Por último, en el apartado de industria hemos organizado para este viernes por la mañana lo que hemos bautizado como Bileratxoak, un espacio donde artistas y programadores puedan establecer un momento de charla, comunicación, en un entorno tranquilo y seguro. Va a haber hasta 20 mesas en las que se encontrarán los creadores y por las que pasarán los programadores. Pero hay que tener en cuenta que el programador puede hacer a la inversa, es decir, contarle al artista cómo trabaja su teatro, cómo se generan las contrataciones, qué buscan, etcétera. 

¿Se está afianzando LABO XL como un polo de la industria?

Queremos generar unas dinámicas en las que el foco de atención sea el artista y no el programador. En las ferias normalmente son los programadores los que están sentados y son las compañías las que se mueven, etc. Entonces sí que nos gustaría generar industria, pero desde otro prisma: cuidando al artista que venga, para que tenga su sitio, que esté tranquilo y para que pueda expresarse.