El 10 de enero de 2024 Eduardo Chillida hubiese cumplido 100 años. Por ese motivo, numerosas instituciones, tanto locales como extranjeras, se han sumado a las actividades impulsadas desde la Fundación Chillida-Belzunce y que se desarrollarán a lo largo de los próximos doce meses. Catorce exposiciones, tres publicaciones, tres proyectos musicales, dos de artes escénicas, un documental y una guía didáctica para escolares son, a día de hoy, los hitos de una programación que, según ha comentado este miércoles Mikel Chillida, nieto del escultor, sigue "abierta". En este sentido, ha comentado que, en su afán por recoger la universalidad del artista, también se encuentran trabajando en una iniciativa junto a la Real Sociedad, equipo en el que el autor de El peine del viento ejerció de guardameta hasta que se lesionó. Sin ir más lejos, el mismo 10 de enero, el Victoria Eugenia acogerá el acto institucional que homenajeará al donostiarra. Mikel Chillida, acompañado por su padre, Luis, presidente de la Fundación Chillida-Belzunce, ha presentado en el Palacio de Miramar los principales hitos de estos fastos, en una rueda de prensa en la que han estado acompañados por el consejero de Cultura, Bingen Zupiria; el director de Juventud de la Diputación, Isaac Palencia; y los alcaldes de Donostia y Hernani, Eneko Goia y Xabier Lertxundi, respectivamente.

Lugar de encuentro es el lema que recogerá “como un paraguas” las diversas actividades, que cada institución abordará desde su propio “prisma”. Por supuesto, y como siempre reivindica Luis Chillida, estas celebraciones también servirán para recordar a su madre, Pilar Belzunce, sin la que su padre “nunca hubiese sido lo que llegó a ser”. 

Las propuestas expositivas sobre el escultor del tiempo, el vacío, el espacio y la gravedad tienen vocación internacional y, por ello, conquistarán lugares como Chile o Estados Unidos. De cualquier modo, el epicentro de la actividad será su utopía, Chillida Leku, espacio que inaugurará la primera gran muestra de este centenario el próximo 2 de diciembre. Universo Maeght pondrá en relación la obra del donostiarra con la de otros creadores con los que coincidió en la galería parisina regentada por Aimé Maeght y con la que Chillida colaboró durante tres décadas.

A partir de verano del año que viene, además, el caserío de Zabalaga acogerá una segunda exposición con obra correspondiente a los fondos de Telefónica, una de las colecciones “más impactantes” con grandes obras de acero de los 80 que “volverán a su casa”.

Por su parte, la sala Kutxa Artegunea de Donostia, centrada en exposiciones de carácter fotográfico, ofrecerá una muestra sobre el trabajo de Jesús Uriarte, “un gran compañero de Eduardo en vida, que le acompañó en multitud de instalaciones de obra pública”. También se suman a esta programación el Museo San Telmo, Tabakalera y el Museo Balenciaga. La institución que recuerda al modisto de Getaria ofrecerá un diálogo entre los pliegues de los diseños de Balenciaga y los pliegues escultóricos del donostiarra. La institución dirigida por Susana Soto, por su parte, instalará una muestra colectiva, comisariada por María Bolaños, que trabajará sobre artistas coetáneos, entre 1950 y 1970. Por último, la antigua fábrica de tabacos de Egia propondrá un acercamiento a Chillida desde la creación contemporánea.

Asimismo, desde otras disciplinas también se acercarán a la “universalidad” del artista. Es el caso de Antonio Lauzirika que ha compuesto una partitura sobre el autor que la Euskadiko Orkestra estrenará el próximo febrero. Otro ejemplo: Norma editorial publicará un cómics sobre la obra pública del centenario artista, como manera de acercara su figura a los más jóvenes de la casa. Y ese es el objetivo de toda esta programación, que Chillida siga vivo y trascienda generaciones a través de su trabajo.