Que un diario salga a diario 20 años es una buena noticia, más en tiempos de la transmisión de la pseudoinformación, las medio verdades y las mentiras sin firmar. Es una buena noticia y punto, porque las y los profesionales que cada día, con o menos acierto, ponemos todo de nuestra parte para que a ustedes les lleguen las historias que ocurren en nuestro entorno, estamos aquí, saben dónde. Pero tras la buena noticia llegan los daños colaterales, la elaboración de los especiales que recogen las noticias malas, buenas y regulares que han ido sucediendo en nuestro entorno estas dos décadas. Menudo trabajo. Con motivo de este ejercicio que nos está tocando hacer me ha dado por pensar cuánto ha cambiado también aquello que más personalmente me rodea, cómo los bebés se han hecho adultos, cómo compañeras y compañeros maravillosos han tomado otros caminos, cómo personas muy queridas que estaban ya no están, cómo les sigo echando de menos, cómo las arrugas van tomando terreno, cómo te lo piensas dos veces para hacer algunas cosas y nada para decir otras, cómo aprecias que te quieran, cómo pasas de quienes no merecen la pena, cómo para cuando algunas van tú ya has vuelto y cómo, pese a todo, cuando unas vuelven tú no has llegado. ¡Cómo hemos cambiado!