Sin inventar absolutamente nada nuevo, Vermin: La plaga, encargada de inaugurar la Semana de Cine Fantástico y de Terror, funciona casi como algo nuevo... a ratos. Redefine el terror protagonizado por bichos –en este caso, arañas– para convertirlo en una alegoría sobre la escalada de violencia que se vive en las calles de Francia. Se podría incluso enmarcar en ese género que representan Athenea, de Romain Gavras, o Les miserábles, de Ladj Ly, si bien es cierto que también parece una versión al otro lado del Canal de La Mancha de Attack de block e, incluso, en una revisión más allá de la frontera de REC. Kaleb (Théo Christine), con fuertes raíces comunitarias, compra una exótica araña para su colección, un artrópodo que es capaz de reproducirse a gran velocidad y aumentar de tamaño en cada generación siguiendo el darwinismo. Cuando las arañas se desatan en el edificio de Kaleb, los pasillos se convierten en una zona de guerra metafórica, en la que la violencia no hace más que escalar y escalar. Cuanto mayor es la violencia ejercida por los humanos en contra de los insectos, más grandes y violentos se hacen estos. La película arranca tarde y el trasfondo dramático de muchos de los personajes puede llegar a resultar cómico, pero es con esta metáfora con la que acierta el director y guionista Sébastien Vanicek, al hacer una advertencia al público, no sólo interno de Francia, también al del mundo entero. Las provocaciones acaban teniendo consecuencias hasta llegar a la destrucción mutua asegurada. Es algo que se puede entender en la idea de la diatriba entre el centro y las periferias de las grandes urbes galas, pero también refleja, sin duda, lo que ocurre desde hace años en la franja de Gaza. Porque tener ocho patas, otro color de piel o profesar otra religión no significa, necesariamente, que seas una amenaza.

‘Vermin: la plaga’

Director: Sébastien Vanicek. País: Francia. Guion: Sébastien Vanicek y Florent Bernard. Año: 2023. Música: Douglas Cavanna. Reparto: Théo Christine, Finnegan Oldfield, Sofia Lesaffre, Jerôme Niel, Lisa Nyarko.