El artista visual y escritor alemán Hinrich Sachs se ha sumergido en la amplia colección de textiles de los siglos XVIII y XIX que guarda el Museo San Telmo de Donostia para crear la instalación No hay puntada sin hilo, una lona del tamaño de una de las velas del navío San Ignacio de Loyola, construido en 1730 en Pasaia. El trabajo forma parte del programa Museo Bikoitza, que invita cada año a un artista a ofrecer una relectura del muestrario del centro donostiarra y que, en esta ocasión, cuenta, además, con un cómic ilustrado por Josune Urrutia y un ensayo escrito por Leire Vergara.

Según ha explicado este jueves el propio artista durante la presentación de la instalación, cuando el museo le propuso formar parte de este programa vio la oportunidad de regresar a su interés por el material textil y su significado. "Los bordados hablan de una historia sobrescrita por la tecnología y el siglo XXI. Hablan sobre una comunidad que vivió con repetidas muertes, con los pescadores que se dejaban la vida en el mar", ha señalado.

De este modo, tras conocer de primera mano todos los elementos textiles que aguardan en San Telmo, Sachs, junto a Urrutia y Vergara, comenzó un trabajo de investigación de varios meses que se ha materializado en la réplica de una de las lonas que surcaron la ruta atlántica entre la península ibérica y la Venezuela colonial para transportar mercancías y tropas. "No podemos acercarnos a estos bordados sin entender que hablan de una época colonial. Hemos analizado cómo los objetos textiles almacenan signos y huellas", ha agregado el artista.

Gracias a esta lona, el público puede experimentar la tecnología textil naval de aquella época a partir de un velero real que fue encargado por la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas y que naufragó en un arrecife del Caribe en 1742. Para su creación, ha sido cosido con lino natural y tiene las dimensiones de la vela de trinquete del navío histórico, aproximadamente 17x8 metros, calculadas según un manual de construcción naval vasco de 1731.

La instalación, además, ha sido colocada en la exposición permanente del museo, junto a un grupo de textiles bordados en punto de cruz por mujeres de la región entre los siglos XVIII y XIX. En este espacio permanecerá durante un año, antes de pasar a formar parte de la colección privada de San Telmo.

Cómic y ensayo

Fruto de ese proceso de aprendizaje para replicar la lona, el proyecto ha sumado también un cómic y un ensayo. "Quería poner en juego a más compañeras y, por eso, invité a Leire Vergara y Josune Urrutia para ampliar la investigación. Cuanto más lo hacíamos, más claramente salían aspectos olvidados", ha indicado Sachs.

La primera ha sido la encargada de escribir un ensayo que profundiza en los tejidos en punto de cruz de Euskadi conservados en el museo y en otras colecciones. "San Telmo tiene una colección de bordados muy ricos y ha sido un honor navegar con ellos. Son elementos que transcienden todos los tiempos", ha asegurado la autora de un trabajo que estará disponible en el propio museo y en su página web.

Urrutia, por su parte, ha sido la encargada de darle una narración visual a la perspectiva de testigos contemporáneos al textil. "Hacer un cómic sin narrar palabras ha sido un reto. Todos los elementos están medidos en la narración y llenos de detalles, lo que ha sido my enriquecedor", ha apuntado la artista visual sobre un trabajo que cuenta la conversación entre dos adolescentes  y el artista sobre el actual San Telmo.

La instalación se completa con una visita guiada y una conferencia a cargo de Sachs el próximo 12 de diciembre de entrada gratuita. El artista alemán, que pasó su infancia en Donostia, se una nombres como Ibon Aranberri, Erlea Maneros, Jose Mari Zabala, Iratxe Jaio y Klaas van Gorkum que han formado parte del programa Museo Bikoitza. Tras Sachs, la siguiente en recoger el testigo será Maddi Barber.