Masas corales, producciones propias y talento local. Estos son los “tres pilares” sobre los que se asienta desde hace años la Quincena Musical, que este martes ha presentado una 84ª edición que se desarrollará entre el 4 de agosto y el 1 de septiembre y que contará con varios platos fuertes, como la interpretación de la Octava Sinfoía de Mahler, el 18 de agosto, que reunirá sobre las tablas del Kursaal hasta a 400 intérpretes, entre coralistas y miembros de orquesta. El director de la Quincena, Patrick Alfaya, acompañado por un nutrido grupo de representantes institucionales y de patrocinadores privados, ha desgranado los puntos fuertes del programa, que arrancará con una serie de recitales gratuitos protagonizados por Anacronía Ensemble, que ofrecerá un concierto de cámara en el salón de plenos del Ayuntamiento, el mismo espacio en el que actuarán Nacho Castellanos & Gato Murr, en un recital de voz, violón y clave. Además, la terraza de la casa consistorial será el escenario en el que Kresala Dantza Taldea presentará Zerumugan, un espectáculo que gira en torno a la Edad de Oro de la navegación vasca. La programación gratuita de la jornada inaugural se completa con el recital de Vocalia Taldea en la iglesia de San Vicente.

En cuanto a la oferta de pago, el Kursaal será el escenario principal de una Quincena que retorna en la nueva normalidad, por fin, con todos sus ciclos. La Octava de Mahler, ha contado Alfaya, es “la obra sinfónica más grande jamás escrita”. Esto hace que los programadores desistan de organizarla, debido a su alto nivel de exigencia, tanto en la calidad de los conjuntos, como en la cantidad de músicos y cantores necesarios. Por esta misma razón, a esta partitura se la conoce como la sinfonía de los mil. Pese a las dificultades, la Quincena ha apostado por reunir a la Euskadiko Orkestra y a la Sinfónica de Navarra en la parte instrumental, y al Orfeón Donostiarra, el Pamplones, Easo Eskolania y Easo Gazte Abesbatza en los pasajes corales, y así enfrentar una de las piezas más referenciales del postromanticismo. Robert Treviño, director titular de la Euskadiko Orkestra y un experto mahleriano, será el que dirija a los conjuntos en esta Octava que en 84 años de historia del festival ha sido interpretada en sólo una ocasión anterior, en el año 2005, por parte de la Sinfónica de Galicia.

La propuesta para el Kursaal se completará con nombres y obras de primer nivel. Así, en la segunda jornada de este ciclo, el 4 de agosto, la Filarmónica de Rotterdam presentará la conocida y admirada Novena Sinfonía, de Beethoven, que incluirá, por supuesto, su último movimiento, El himno de la alegría, y que contará con la participación de una de las talentosas promesas locales que busca impulsar el festival: la “gran” mezzosoprano Carmen Artaza. “Poder abrir las puertas a jóvenes promesas es muy importante. Somos el festival del Estado que más artistas locales puede programar y eso es debido a la importancia de los coros en Euskadi, que es lo que ha permitido que sobreviva la música clásica y la formación. Todo ello hace que aquí haya muy buenos músicos”, ha comentado el director. En este mismo contexto ha alabado el buen hacer en Enrike Solinís y su Euskal Barrokensemble, que llevarán al Victoria Eugenia el 28 de agosto una versión de cámara de El amor brujo, de Manuel de Falla.

De vuelta al Kursaal, unos días antes, el 16 de ese mes, volverá a Donostia uno de los pianistas más reconocidos del mundo: Grigory Sokolov. Otra que volverá es Mitsuko Uchida -acompañada, en este caso por Jonathan Biss-, una pianista que gira muy poco por el Estado y que, en cambio, ha querido volver a la Quincena, según ha explicado Alfaya, al haberse sentido muy cómoda con la labor de producción del festival. Para terminar este ciclo, en el que también participará la celebre Anne-Sophie Mutter con un grupo de cuerda que tocará piezas de Vivaldi, Bach, Previn y Bologne, la Quincena ha programado una obra cumbre en la trayectoria de Haydn, su Missa Nelson, que contará con la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen en la parte instrumental y con Andra Mari Abesbatza en los coros.

Sófocles: 'Edipo rey' e Irène Jacob

Además de una nueva oportunidad para disfrutar de ballet, a cargo del conjunto de Angelin Preljocaj en una revisión traída al presente de El lago de los cisnes de Tchaikovsky, la Quincena ha vuelto a apostar por la producción propia de una obra semi-escenificada, otro de los pilares habituales del programa, que según ha garantizado su director, más que semi-escenificada, acabará siendo escenificada al completo: Oedipus Rex -es decir, Edipo Rey-, es una ópera-oratorio basada en la tragedia de Sófocles y adaptada por Jean Cocteau y Stravinsky, que en la Quincena será llevada a escena por la compañía de títeres catalana Per Poc. Bilbao Orkestra Sinfonikoa y Easo Abesbatza serán la contraparte musical, de una obra que contará con el tenor Peter Marsh en el papel de Edipo y, con nada más y nada menos, que la actriz y cantante francesa Irène Jacob, musa del cineasta Krzysztof Kieslowski, en el papel de la narradora de la historia. “La Quincena es capaz todos los años de hacer una producción propia”, ha dicho Alfaya, para después subrayar la importancia de este hecho en un sector de festivales en el que ya “nadie produce nada o casi nada”. “Si los festivales no estimulan el tejido cultural de su alrededor, pierden un poco su sentido de ser”, ha añadido.

La Quincena más viajera

Más allá del Kursaal –además del auditorio, las salas polivalentes serán el escenario para el Ciclo de Música de Cámara–, la Quincena se extenderá, un año más, a varios enclaves, no sólo de la capital, sino también de Gipuzkoa, Araba, Nafarroa y Lapurdi en ciclos como el centrado en los órganos más emblemáticos del territorio o el denominado Quincena Andante, ofreciendo un abanico que va desde la música antigua a la contemporánea, y del ya citado órgano hasta la danza más vanguardista. San Telmo, Tabakalera, Chillida Leku, Balenciaga, el monasterio de Leire y Arantzazu, entre otros, serán los espacios singulares en los que el festival de música clásica hace tiempo que echó sus raíces.

Asimismo, serán 16 los recitales que se enmarcarán en el programa más viajero del festival y que se moverá entre la música barroca hasta obras del siglo XX. Zumaia, Getaria, Azpeitia, Llodio, Senpere y Araia serán algunas de las localidades a los que se trasladarán músicos como los pianistas Judith Jáuregui y Arkaitz Mendoza, o conjuntos como Conductus Ensemble, dirigido por Andoni Sierra.