La exposición ITSAS eta LOTUrak/MAR y AMARres entra esta semana en su recta final en la sala de muestras irundarra Menchu Gal. El creador eibartarra Jose Zugasti expone “un compendio” de obras, casi a modo de retrospectiva, en diversos formatos, desde esculturas y pinturas hasta vídeocreaciones, que sirven, además, como metáfora del camino que ha recorrido el autor desde la metalurgia de sus primeros años en su Eibar natal hasta su interés por el mar tras su traslado a Donostia.

Zugasti se adentró en el mundo del arte fijándose en los paisajes de su infancia, en esa Eibar metalúrgica e industrial que condicionó sus primeros trabajos. “Creo que soy un representante más de esa generación que no miraba al medio ambiente y sí a los hierros y al metal que le rodeaba”, cuenta el artista, en clara referencia a tres piezas expuestas en la muestra y elaboradas entre 1985 y 1990 a base de varilla metálica. “Al igual que la obra que cree para el Euskalduna de Bilbao, son representaciones de la deriva y la decadencia que estaba viviendo por aquel entonces la industria. Me interesaba partir de lo más figurativo e ir hacia lo conceptual”, revela.

No obstante, estas tres esculturas no son las más antiguas de la exposición, ya que, tal y como apunta el propio creador, en ella es posible también dar con un retrato en óleo de su abuela que pintó en la década de los 70. “Por eso digo que la exposición tiene un poco de retrospectiva. Vengo de la escultura, pero desde 2011, que tuve un susto importante de salud, volví a la pintura y en los últimos años he pasado al vídeo mezclándolo con pinturas y danza”, describe el creador eibartarra.

En esa transición de disciplinas, Zugasti también ha vivido otra conceptual, ya que tras su cambio de residencia a Donostia dejó atrás el interés por la metalurgia por el del mar. “Es el concepto de la libertad de movimientos, muy diferente a la posición varada de las esculturas y sus formas”, agrega el autor. Bajo esta premisa se puede ver la serie de pinturas acrílicas Itsasdantza, a partir de las cual el artista utiliza los “cambios de carácter del mar” como metáfora del ser humano.

No obstante, este interés por el agua no solo lo ha plasmado en la pintura, ya que la muestra también cuenta con la serie de esculturas Espirales, una de sus últimas creaciones junto al creador Borja Jiménez, con las que aporta su mirada a la conformación del espacio y la importancia que tiene la naturaleza en él.

Últimas experimentaciones

ITSAS eta LOTUrak/MAR y AMARres también incluye sus “últimas experimentaciones” con la videocreación. A partir de una serie de grabaciones realizadas a dos bailarinas de Dantzagunea, Zugasti mezcla los movimientos de la danza con los del propio mar “como si fuesen dibujos animados”. “Me interesa la unión entre estilos para hablar de lo mismo. Las olas del mar parece que están en danza constante, a veces más tranquilas y otras más violentas”, apunta.

La exposición, que cerrará sus puertas el próximo domingo, se completa con un documental en el que el propio artista habla de sus obras y presenta su taller de trabajo. Los trabajos de comisariado de un autor que cuenta con obras en el Museo San Telmo, el Bellas Artes de Bilbao y el Artium de Vitoria, han recaído en María José Aranzasti.