El plan Piztu Kultura de la Diputación de Gipuzkoa destinará este año 5,8 millones de euros al apoyo de los agentes culturales del territorio y al impulso de la creación y el empleo en el sector. La cuantía, ligeramente superior a la del pasado curso (5,7 en 2022), contempla un incremento de 100.000 euros dirigido a las artes escénicas. Además, el programa recupera la línea de apoyo para la internacionalización.

Hace cuatro años, el Ente foral puso en marcha el plan Piztu Kultura con el objetivo de reducir el impacto de la pandemia en el sector cultural guipuzcoano. “Es un recurso al alcance de los artistas, que son ellos en todo momento los que deciden y llevan a cabo el trabajo”, ha apuntado este miércoles la diputada de Cultura, José María Telleria, en la presentación del programa para 2023, que cuenta con una aportación económica de 5,8 millones de euros.

Al igual que en las anteriores convocatorias el plan se desarrolla sobre cinco ejes, siendo el más destacado el destinado al desarrollo de proyectos y a la protección del tejido cultural con un total de 1,5 millones, 200.000 más que el pasado año. Este incremento se debe en gran parte a los 100.000 euros más que irán destinados a las artes escénicas, pasando de recibir 230.000 euros dentro del programa Lanabesa a 330.000. Las producciones audiovisuales, en cambio, mantienen la cuantía de 150.000.

“La aportación que podemos dar al audiovisual, con proyectos que requieren mucha inversión, tiene un mayor impacto en las artes escénicas, por lo que hemos optado por destinar más dinero a ellas”, ha argumentado la diputada de Cultura, quien ha señalado que el apoyo al tejido cultural se completa con el programa Oreka, dirigido a estructuras profesionales consolidadas (675.000 euros); Susperka, para estructuras emergentes e innovadoras (175.000 euros); y Olatuak, para proyectos culturales en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (200.000 euros).

El segundo apartado va dirigido a ayuntamientos y museos con los programas Tokiko, para la financiación de proyectos con participación de los propios ayuntamientos (288.000 euros); Sarea, la ayuda a la red de teatros (300.00 euros); y Museoak, la destinada a los museos (330.000 euros); mientras que el tercer busca el apoyo a los creadores con becas dirigidas a los jóvenes (Izango zara, 252.000 euros); a la promoción de la creación (Egile, 100.000 euros); al asesoramiento (K-Bulegoa, 165.000 euros); y a la internacionalización de los proyectos (Mundura, 90.000 euros).

El plan también contempla medidas para impulsar el empleo como Ondare, la conservación y restauración del patrimonio cultural y documental (687.000 euros); Kultur Eskola, la difusión de la cultura en las aulas (624.000 euros); Kultura Kalean, actividades de pequeño formato (150.000 euros);: y Arqueología (224.000 euros); así como cuantías específicas a proyectos estratégicos como Cultura Digital (84.000 euros), Gordailua (132.000 euros), Bono Kultura (80.000 euros) y el Plan de Conservación del Patrimonio (775.000 euros), gracias al cual se están revisando todos los retablos protegidos del territorio y se está actuando en su conservación.

Incentivos fiscales para rodajes

Desde que el plan Piztu Kultura se puso en marcha se han destinado 21 millones de euros repartidos en cuatro convocatorias. La de este 2023 es la más alta de todas, 5,8, frente a los 5,7 de 2022, los 5,5 de 2021 y los 4 de 2020.

La diputada de Cultura confía en que a esta medida se le pueda sumar una rebaja en los incentivos fiscales para producciones audiovisuales que le permita situarse a la par de la prevista en Bizkaia. No obstante, tal y como ha apuntado, esta decisión la debe tomar el departamento de Hacienda.