Miguel Joaquín Elícegui Arteaga nació el 6 de julio de 1818 en el caserío Ipintza Haundi de Altzo y su vida podría haber transcurrido con la normalidad de cualquier hombre de campo del siglo XIX de no ser por sus 2,42 metros de altura y sus 212 kilogramos de peso. Su acromegalia (comúnmente conocida como gigantismo) causó furor y terror a partes iguales en su entorno y provocó que tuviera una apasionante vida, que le llevó a recorrer media Europa después de que un empresario lo comprara para exhibirlo. Sin embargo, Miguel Joaquín sufrió una vida desdichada, como se recoge de manera magistral en la película Handia, dirigida por Aitor Arregi y Jon Garaño y que llegó a recibir diez premios Goya en 2018. Se alejó del mundo del espectáculo que tanto sufrimiento le produjo y regresó a su Altzo natal, donde murió aquejado de tuberculosis el 20 de noviembre de 1861, a los 43 años.  

La historia del Gigante de Altzo es la excusa perfecta para acercarse a esta pequeña localidad emplazada entre Alegia y Amezketa de apenas 425 habitantes y que cuenta con un entorno natural privilegiado. Junto a la N-I se encuentra Altzo Azpi, un pequeño núcleo urbano en el que se ubicaba el antiguo monasterio de Olazabal, así como una serie de caseríos diseminados, entre los que se encontraba la casa natal de Miguel Joaquín Elícegui. Aquí nos encontramos con la iglesia de San Salvador, un templo de nave única y bóvedas góticas, erigido en el solar en el que antiguamente se encontraba el monasterio antes mencionado. En su atrio se conservan aún las marcas realizadas por el párroco en la pared a medida que el gigante iba creciendo. 

En el municipio, además de un entorno natural privilegiado, pueden verse los vestigios de la época en la que habitó el gigante

En esta zona se encuentra también el caserío Ipintza Haundi, casa natal del Gigante y que hoy en día alberga una escultura conmemorativa creada en 1968. 

Molino de Errotatxiki en Altzo Ainara Garcia

Cerca de la iglesia de San Salvador se encuentra el molino Errotatxiki, una instalación que aunque dejó de funcionar en la década de los 60, se encuentra perfectamente conservado. 

Dejando atrás Altzo Azpi, accedemos a Altzo Muño, la zona alta de la localidad, protegida por el monte Otsabio. Aquí se encuentran la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida entre los siglos XIV y XVI, a excepción de la torre, que se añadió con posteridad en el siglo XVIII; la ermita de Santa Bárbara, del siglo XVII; el centro de interpretación del Gigante de Altzo, o la escultura a tamaño real del artista Tomás Ugartemendia, entre otros. 

Pero la localidad cuenta también con un entorno natural de gran belleza. En este sentido, el Ayuntamiento ha acondicionado dos rutas para que vecinos y visitantes disfruten del entorno en el que creció Miguel Joaquín Elícegui. 

Hayedo de Imaz Marta San Sebastian

La primera es la del haya de Imaz. Se trata de una ruta circular de 10,1 kilómetros de longitud en el que el principal atractivo es el haya de Imaz, un ejemplar trasmocho de 180 años de antigüedad que mide 23 metros de altura y tiene un perímetro de 1,3 metros.

La segunda consiste en la subida al monte Otsabio, un camino de poco más de una hora en un paisaje salpicado de hayas y robles de singular belleza.

Información práctica

  • Cómo llegar. Altzo se emplaza entre Alegia y Amezketa y es accesible desde la N-I. 
  • Centro de Interpretación. Se encuentra en la plaza de Altzo Muño y aquí pueden encontrarse diversos objetos de Miguel Joaquín Elícegui Arteaga, conocido como el Gigante de Altzo, como la boina, la silla, los guantes y la horma de los zapatos (se trata de las réplicas que utilizaron Aitor Arregi y Jon Garaño en la película ‘Handia’, los originales se encuentran en el museo San Telmo de Donostia). 
  • Otros puntos de interés. Además, en Altzo pueden encontrarse una escultura a tamaño real del gigante, así como visitar las iglesias de Nuestra Señora de la Asunción y la de San Salvador, el molino Errotatxiki, el caserío ‘Ipintza Haundi’, casa natal de Miguel Joaquín Elícegi, o disfrutar de un entorno natural privilegiado.