La Diputación de Gipuzkoa ha decidido ampliar los trabajos de restauración del retablo de la parroquia de San Andrés de Eibar, una de las joyas de la escultura sacra del territorio, de estilo renacentista, tallada a mediados del siglo XVI, declarada Bien Cultural con categoría de Monumento por el Gobierno Vasco. El Departamento de Cultura ha dado a conocer este lunes que durante el proceso de conservación, que se inició a principios del pasado mes de diciembre de 2022, los técnicos se percataron de ciertas deficiencias que están siendo abordadas en una nueva actuación que finalizará, según las previsiones del ente foral, este viernes. El presupuesto de intervención se calculó en 60.000 euros, financiados entre el citado departamento y la propia parroquia de San Andrés; no obstante, los nuevos trabajos sobre el retablo, obra de Andrés de Araoz y su hijo Juan de Araoz, tienen un coste cifrado en 13.600 euros.

La restauradora Sonia Sanz ha sido la encargada de dirigir a un equipo de cinco técnicos que durante el mes de diciembre trabajaron en una “intervención de urgencia”, que consistió en la limpieza de la obra, la estabilización de sus elementos, la revisión de los amarres de las piezas que conforman el retablo y en la realización de un estudio sobre el estado de las policromías –las pinturas– y los materiales constructivos. En el transcurso de estas labores, los técnicos han detectado deficiencias en la madera, afectada por el ataque de insectos xilófagos, que han derivado en la “fragilidad” en los materiales, provocando roturas, desprendimientos y pérdidas de varias piezas. Ante esta situación, las actuaciones se centran ahora en la “consolidación de la madera por medios químicos”, en la “reintegración de volúmenes mediante injertos de madera para tapar huecos y unir piezas rotas e inestables”. 

En cuanto al aspecto cromático de las intervenciones, se trabaja para que los elementos nuevos de madera se integren coherentemente en el conjunto del retablo. Por último, también se actúa sobre la talla de San Andrés, una de las pocas piezas policromadas de este conjunto. Todas las intervenciones se acompañarán con un informe que documentará los trabajos de restauración y permitirá a la Diputación hacer un seguimiento del estado de conservación del mueble.

El retablo de los Araoz

El retablo mayor de la parroquia de San Andrés de Eibar se encuentra instalado en el ábside central del templo. Se trata de un tríptico con cuatro cuerpos cerrado por un ático con un Cristo crucificado. Según han recordado desde el Departamento de Cultura, la construcción de este mueble se inició a mediados del siglo XVI por los escultores renacentistas Andrés de Araoz y su hijo Juan de Araoz, que además de en Eibar trabajaron en los templos de otros municipios guipuzcoanos como Zarautz, Getaria o Deba. En el estilo de Andrés de Araoz se intuyen influencias de otros escultores del Renacimiento español como Alonso de Berruguete.

La construcción del retablo se efectuó en dos fases diferenciadas y no fueron reiniciados hasta un siglo después. Fue en 1736 cuando la localidad decidió concluir el mueble que, en un inicio, se ideó para una de las capillas y no para presidir el ábside central, tras el altar. Así, a los dos primeros cuerpos tallados por los Araoz se les sumaron otros dos, desarrollados por los eibarreses Hilario Mendizabal y Fernando de Arizpe, junto con la colaboración de Juan Bautista de Mendizabal, Domingo de Alzaga y Juan de Irazabal, que también se encargaron de reubicar el mueble.