Receta para cuatro personas: 350 gramos de harina de maíz, 250 mililitros de agua, 200 gramos de txistorra, aceite de oliva virgen extra y sal. Pon la harina de maíz en un recipiente amplio. Haz un hueco en el centro y añade una pizca de sal. Templa el agua y agrégala poco a poco al recipiente de la harina. Amasa hasta que quede una masa compacta y homogénea...

El talo es un invitado habitual de las ferias y fiestas vascas. Tradicionalmente rellenos de txistorra, hoy puede añadírsele casi cualquier alimento, desde queso o jamón, pasando por el chocolate. En invierno, cuando el frío arrecia, son un manjar que hacen las delicias de pequeños y mayores, que no dudan en pagar su elevado precio para disfrutar de su sabor. 

Sin embargo, el talo no siempre ha contado con buena prensa en la gastronomía vasca. De hecho, era un alimento que reflejaba las estrecheces de muchas familias. A partir del siglo XVI, la escasez del trigo o la cebada provocó que los caseríos comenzaran a utilizar el maíz para elaborar una especie de pan. La masa restante era mezclada con leche, con lo que se conseguía una especie de gacha o sopa espesa que, en ciertos momentos del año, constituía la comida principal del día. No fue hasta bien entrado el siglo XX cuando los talos comenzaron a ganar prestigio y se encareció su precio.

Y si degustarlos es un placer, por qué no hacerlos. Una oportunidad inmejorable para acercarse a este producto tendrá lugar mañana en Lastur, que ofrece la oportunidad de elaborar los talos tras una visita al viejo molino.

Aunque hoy es un producto que goza de cierto prestigio, lo cierto es que hasta el siglo XX, los talos reflejaban las estrecheces que sufrían muchas familias

La cita tendrá lugar a las 11.00 horas en la plaza San Nikolas, donde el grupo se dirigirá a los molinos de Plazaola, que datan del siglo XIV. Concretamente, se sabe que en 1335 el complejo de Plazaola era una ferrería, pero con el paso de los años, dejó de ser rentable para sus propietarios, por lo que se convirtió en el molino que convertía el grano que llevaban los vecinos a maíz, que pagaban al dueño dejándole un 10% de la cantidad molida. 

La buena labor de vecinos y administraciones ha permitido que los molinos lleguen a día de hoy en perfecto estado de conservación y preparados para su funcionamiento. 

Molinos de Plazaola Gorka Estrada

Además de descubrir el centenario oficio del molinero, a lo largo de 90 minutos (la actividad se desarrolla en euskera y castellano y puede reservarse en la página www.geoparkea.eus) los visitantes podrán moler su propio grano, para conseguir la harina con la que elaborarán sus propios talos.

El corazón del Geoparque

Pero además, Lastur ofrece al visitante la oportunidad de adentrarse en el corazón del Geoparque de la costa vasca. Este singular barrio, perteneciente al municipio de Deba, cuenta con una taberna, un pequeño frontón y una curiosa plaza en la que se organizan multitud de capeas. 

Desde Lastur se puede llegar con facilidad hasta la Ekain Berri, réplica de las cuevas de Ekain, o a la playa de Sakoneta, una de las más características postales del Geoparque.

Información práctica

  • Cuándo. El próximo taller de talos organizado por el Geoparque de la costa vasca tendrá lugar este sábado, día 3 de diciemrbe, a las 11.00 horas en en complejo de los molinos de Plazaola en Lastur.  
  • En qué consiste. La actividad, de 90 minutos de duración, está dirigida a niños y adultos y arrancará en la plaza San Nikolas y, tras conocer el complejo de los molinos de Plazaola, los visitantes molerán el grano con el que lograr la harina de maíz con la que, posteriormente, elaborarán los talos que degustarán al finalizar. 
  • Precio. El taller de talos tiene un precio de diez euros por persona, y cinco euros para los menores de doce años. Es una actividad restringida a un máximo de 30 personas, por lo que conviene reservar previamente en la página www.geoparkea.eus. También puede obtenerse información adicional en los números de teléfono 943 199 033 o 679 928 393 y en el email info@lastur.eus.