Diez arrobas de vino, un cuarto de res, seis hogazas de pan y 51 maravedíes en melones fueron el primer socorro que recibieron los 18 marineros que, exhaustos y desnutridos, arribaron por sorpresa el 6 de septiembre de 1522 a Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) tras dar por primera vez la vuelta al mundo.

Uno de los documentos que custodia el Archivo de Indias refleja las cuentas de los gastos que ocasionó la llegada de aquella nao. Por ello se sabe que el primer socorro que recibieron fue subir a bordo diez arrobas de vino, un cuarto de res (equivalente a unos 30 kilos de carne), seis hogazas de pan, y 51 maravedies de melones y que se pagó el sueldo a ocho hombres para que ayudaran en la maniobra de remolcar la nao, pues su tripulación no tenía fuerzas.

A pesar de todo, se calcula que la expedición, financiada por la monarquía española y un comerciante de Burgos, resultó tan rentable que se quintuplicó la inversión, pues la nao traía sus bodegas llenas de clavo, un producto de lujo entonces por el que obtuvieron 6.680.551 maravedíes.