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Josema YusteCómico

“Jamás volvería a hacer un 'sketch' como el de ‘Mi marido me pega’ de Martes y Trece”

Desde mañana miércoles y hasta el domingo, Josema Yuste intentará sacar sonoras carcajadas al público del Victoria Eugenia con su obra ‘El aguafiestas’.

“Jamás volvería a hacer un 'sketch' como el de ‘Mi marido me pega’ de Martes y Trece”N.G.

La comedia El aguafiestas, obra escrita por Francis Veber, responsable de La cena de los idiotas, llegará mañana miércoles al Victoria Eugenia, donde se representará hasta el domingo. El cómico Josema Yuste, conocido en los 80 y los 90 por sus participaciones televisivas con el grupo Martes y Trece, ha sido el encargado de adaptar y protagonizar el libreto de Veber. Asentado desde hace dos décadas en el mundo del teatro, Yuste afirma estar “en la recta final de su carrera”.

En ‘El aguafiestas’ se mete usted en la piel de un sicario. 

Sí (ríe). Suena un poco fuerte pero es así. Estamos hablando de una comedia muy original, muy divertida y, por momentos, delirante que parte de una situación, entre comillas, dramática. Es muy entretenida, de principio a fin la sigues con mucha atención durante la hora y cuarto. Es curioso como Francis Veber, a partir de dos personajes que parten de una situación trágica, lleva la obra por unos derroteros de comedia disparatada y divertida.

En escena le acompaña Santiago Urrialde, que interpreta a un hombre que se hospeda en un hotel en una habitación contigua a la suya y que quiere suicidarse.

Una vez que se abre el telón, el público ve un decorado muy original: dos habitaciones de hotel contiguas, separadas por una puerta, La obra comienza con un botones que acompaña a cada huésped a su respectiva habitación y de ahí da un salto a una comedia alocada, disparatada y también real, es algo que puede ocurrir porque la realidad siempre supera a la ficción y, a veces, por mucho. Es una comedia muy original.

¿Ha tenido Josema Yuste algún vecino pesado? 

He tenido un vecino pesado, sí, pero mejor no hablar de ello (ríe). Es algo muy incómodo. En esta obra, mi personaje, Sergei, lo sufre más que el personaje de Santiago, porque es este el que constantemente busca mi atención y mi ayuda. Me resulta muy pesado y muy incómodo este vecino que me ha tocado en el hotel.

‘El aguafiestas’ está escrita por Francis Veber pero usted se ha encargado de esta adaptación.

Me gusta hacer mis propias versiones de las comedias. El aguafiestas es una comedia francesa y como tal es muy sutil, con un humor muy especial, muy inteligente, muy fino. Nosotros tenemos otro tipo de idiosincrasia en lo que se refiere al humor, no es tan fino, ni tan sutil. Yo siempre he dicho que soy defensor de la carcajada. La sonrisa es necesaria, pero la carcajada también. Necesitas reírte a bocanada. Lo que yo hago es buscar que lleguen a esa carcajada.

"Comparar lo que hicimos hace 30 años con Martes y Trece con hoy en día es complicado y no sería justo"

Lleva dos décadas asentado en el teatro.

El teatro es importante y para mí es un estilo de vida. Hace algo más de 20 años que eché mis raíces en el teatro y me siento muy cómodo. A cómicos que me precedieron y que también se asentaron en el teatro les fue bien durante diez o quince años. Si le eres fiel al teatro, el teatro te recompensa. El público te identifica y sabe que cada dos o tres años volverás con una nueva comedia. Ahora mismo, podemos decir que estoy casi en la recta final de mi carrera y muy a gusto en el teatro.

Con su dilatada experiencia, ¿considera que existen los límites en el humor?

Entiendo que cada uno tiene sus propios límites. Es una cuestión de conciencia, de educación, de buen gusto, de respeto hacia ciertos colectivos o creencias, o todo lo contrario. Cuando adapto una comedia, no es que me lo plantee en cada página, pero si se me ocurre algo un poco bestia me pregunto si compensa o no lo hace. Me lo miro. Le doy una vuelta. Creo que siempre se puede sustituir un chiste por otro que no haga daño y haga la misma gracia. Pero es una cuestión personal, que cada uno se sienta libre de hacer lo que quiera, cada uno con los límites de su conciencia.

Con Martes y Trece realizaron ‘sketches’ polémicos como el de “Mi marido me pega”, algo que hoy difícilmente se podría hacer.

Obvio. Comparar lo que hicimos hace 30 años con hoy en día es complicado y no sería justo. La sociedad ha cambiado, la manera de entender la vida ha cambiado, las leyes han cambiado, la política ha cambiado... Es como comparar un pepino con una nuez, no se puede. A mí jamás se me ocurriría hacer eso ahora, jamás, jamás, evidentemente.

¿Cuáles son sus referentes en la comedia?

Siempre he sido fan de Tip, es mi dios. A partir de ahí están los demás: Andrés Pajares, Fernando Esteso, Miguel Gila, Eugenio, Chiquito de la Calzada... todos ellos formaron parte de una generación de cómicos que marcaron un estilo y un sello personal, que es lo más importante de un cómico para que perdure en el tiempo.

¿No sigue a ningún cómico actual?

No soy muy amigo de los monólogos, que es lo que se lleva ahora. Te hablaría de cómicos estupendos como Florentino Fernández; José Mota es un tipo con una personalidad asentada que me gusta mucho; el propio Monaguillo creo que tiene un estilo muy personal que me gusta.