En solo tres años, entre 1963 y 1966, The Rolling Stones pasaron de ser una lampiña banda seguida por histéricas fans jovencitas a poner los cimientos para consolidarse como uno de los grandes grupos de la historia, (casi) siempre ligados al r&b negro. Ahora, 60 años después, ABKCO Records publica una caja con todos los singles y Eps en vinilo de aquellos años iniciáticos, donde pasaron de las versiones de sus ídolos negros a la composición de clásicos como Time is on my side y (I can’t get no) Satisfaction.

Imagen de los singles y EPS.

Con su única recital estatal en Madrid reciente, The Rolling Stones singles 1963-1966 sale a la venta para que los fanáticos del grupo festejen su 60º aniversario con una obra que incluye múltiples rarezas, caras B y algún inédito en estas fieles reproducciones de los 18 primeros singles y Eps en vinilo que editaron en esos tres años, además de un libro de 32 páginas con imágenes poco conocidas y objetos de coleccionista como postales y un cartel. El proyecto incluye la edición de una segunda caja de vinilos del periodo 1966- 971, aunque habrá que esperar a 2023.

El germen de los Stones surgió cuando sus dos compositores, el cantante Mick Jagger y el guitarrista Keith Richards, se vieron en la Escuela de Arte. Ambos, en la adolescencia, cayeron deslumbrados por el rock’n’roll de Bill Haley, Elvis, Jerry Lee Lewis, Buddy Holly y, sobre todo, Chuck Berry, de quien Keith escribió “copiaba todo lo que hacía”. Aquella música satánica impactó en Inglaterra “como la bomba de Hiroshima”, recuerda Keith en su autobiografía, Vida (Global Rhythm).

Sus afición común por el r&b negro –fruto de la escucha de bluesmen como Muddy Waters y John Lee Hooker– puso la semilla del grupo, al que se unió después Brian Jones, para muchos el líder del grupo en sus inicios. “La competencia se convirtió en el motor de la banda y formamos un verdadero equipo aunque siempre había algún conflicto entre los tres”, según Keith. En aquellos tiempos, vivían en la carretera con constantes giras ante hordas de fans jovencísimas.

Eran el reverso peligroso de The Beatles y sus integrantes tocaban sin apenas oírse ante tal griterío. El resultado solía ser el mismo cada noche: muchas de ellas eran evacuadas con desmayos, lipotimias y “meadas y con las faldas hasta la cintura”, según Keith, que recuerda que “ya te jugabas la vida solo con salir al escenario”. Esta fantástica caja documenta a la perfección aquel periodo de aprendizaje y cambio, en el que tienen su cota de responsabilidad el productor y manager Andrew Loog y el músico Ian Stewart, alias Stu, primer teclista del grupo.

versiones y canciones propias

La caja arranca con el primer single que editaron, en junio de 1963. Fue Come on, de Berry, el héroe de Keith, con I want to be loved, de Waters, en la b, armónica de Jagger quejumbrosa incluida. Luego llegó I wanna be your man, cedida por The Beatles, quienes “tocaban canciones pop muy trajeados, nosotros blues; no veíamos ninguna conexión”. A pesar de ello, aprovecharon el tema y lo llevaron a su terreno, con la slide de Jones, y le sumaron el (casi) instrumental Stoned, en la cara b, que sufrió problemas con la censura.

La caja sigue agrupando singles, cada uno un tributo al blues, del inolvidable Not fade away con Little by little en la otra cara, a It’s all over now, de Bobby Womack, que grabaron en su primera gira por Estados Unidos y les llevó al número uno por primera vez. Womack les comentó que, al oír su versión por la radio, pensó que eran negros. Todavía cayeron varios singles y números uno con versiones como Little red rooster pero, aunque fuera casi una imposición, el dúo se puso a escribir. “Mi trabajo era tocar la guitarra, tenía tanto de compositor como de físico nuclear”, recuerda Keith, para quien “fue una sorpresa descubrir ese talento”, apostilla.

Tras desechar As tears go by, por demasiado pop, y cedérselo a Marianne Faithfull, el primer gran tema propio que grabaron fue The last time, número 1 en febrero de 1965, escasos meses antes de (I can’t get no) Satisfaction, que Richards compuso dormido. Grabaron a caballo entre los estudios RCA de Hollywood y los Chess de Chicago, fueron conociendo a sus ídolos y los Glimmer Twins (Keith y Jagger firmaban con tal alias) dieron los primeros pasos para convertirse en uno de los dúos de compositores más poderosos de su generación. Todo está en la caja, de temas poco conocidos como Congratulations, Off the hook, The under assistant west coast promotion man y Sad day, cara B en USA de otro gran tema propio, 19th nervous breakdown, a los tres Eps editados solo en el Reino Unido, uno de ellos con temas en directo y el resto con himnos como You better move on o Confessin’the blues. Un festín para celebrar la longevidad de un grupo que sigue en la carretera sin puntales –según la época– como Brian Jones, Mick Taylor, Bill Wyman y el querido y último desaparecido Charlie Watts. l