- La invasión del duque de Alba (1512) abrió un largo periodo de enfrentamientos, resistencia, levantamientos populares, hostilidades, intervenciones internacionales... y la batalla de Amaiur fue un caso singular. Apenas dos centenares de navarros se defendieron tras sus muros, ante el asalto de más de 12.000 soldados, entre castellanos y beaumonteses.

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¿Cuál es el objetivo de la publicación?

-La primera condición de la memoria es la transmisión. Si un hecho ocurrido se olvida, si no se transmite, desaparece. Deja de existir. Por ello, de cara a su transmisión entre el público, para las nuevas generaciones, lo primero que nos planteamos fue que se conocieran las circunstancias del castillo de Amaiur: qué ocurrió, en qué contexto, por qué, qué antecedentes, qué supuso, qué significó... En ese sentido, lo que pretendemos con este libro es que se conozca la resistencia de Amaiur, que la sociedad actual conserve y transmita la memoria de un acontecimiento que explica mucho de cómo fue la conquista de Navarra y cómo el pueblo navarro resistió con uñas y dientes a la invasión castellana.

¿Qué contenidos conforman la publicación? ¿Con qué autores y autoras habéis contado?

-Los textos que hemos reunido son diversos. Algunos son nombres reconocidos: Peio Monteano, Xabier Irujo, Mikel Sorauren, Beñi Agirre, Mikel Zuza, Iñaki Sagredo, Eneko del Castillo... Y se dedican a exponer los datos históricos; ello nos permite disponer de un relato documentado de lo que ocurrió. También participan en la obra autores del ámbito institucional, por ejemplo Isabel Aleman, alcaldesa de Amaiur, que por su cargo tienen una visión de lo que se ha organizado para la conmemoración, de cómo se vive entre la gente, cómo se ha transmitido y cómo perdura entre la población el recuerdo de aquel suceso. En un tercer plano hemos contado con personas que trabajan en los grupos memorialistas, y que tienen un conocimiento más detallado de los hechos, del valor de esta memoria, de cómo se trabaja en estos ámbitos de la recuperación y el estudio de estos referentes. Ángulos distintos pero complementarios.

Se trata de un acontecimiento histórico que ha sido relatado muchas veces. ¿Qué lectura se hace desde Nabarralde sobre la batalla?

-En nuestra opinión, lo más importante, lo que da sentido y valor al castillo de Amaiur es su significado. Es decir, la resistencia que un grupo minúsculo de soldados navarros opuso a un desmesurado ejército de ocupación. Ahí, en esa resistencia y esa descompensación de fuerzas, se ve que triunfó el imperio, la brutalidad del enemigo. Pero que había valor, decisión y voluntad de defender la independencia de Navarra hasta las últimas consecuencias. Es, en palabras de Monteano, la muestra de que lucharon a muerte por ser navarros, por no ser españoles. Ello conlleva un significado de defensa de su realidad navarra, de la propia soberanía, de amor a su país, su gente, a su cultura, su lengua vasca, su modo de vida... Y de la violencia y la injusticia con que se les derrotó.

¿Por qué se ha convertido en símbolo de la independencia de Navarra?

-Por este significado, evidente, de defensa de la realidad navarra independiente, del reino; pero también por la naturaleza de los hechos que concurren en la batalla. Fue una lucha épica, desesperada, pero a la vez se da un esquema bélico clarificador. En Amaiur se habían retirado todos los aliados y otros elementos casuales, y solo quedaron navarros para defender el castillo. ¿Quién atacó a esos navarros que defendían la legitimidad de su reino, de sus instituciones? Obviamente, un enemigo de estos. En otras circunstancias siempre hay otros detalles indirectos, que confunden, o permiten enredar el relato. En Amaiur el relato de los hechos es transparente, contundente. Se puede resumir en el título del libro: Navarra por su independencia.

¿Qué lectura hacemos, desde la actualidad, de un acontecimiento histórico como el que fue la batalla de Amaiur?

-Como decimos, hoy Amaiur es un referente de una época anterior a la nuestra, de lo que pasó en la conquista de 1521-1529, y que explica por qué somos y estamos hoy donde estamos. En ello es un referente de la voluntad de nuestro pueblo de seguir siendo navarros, de defender el país frente a violencias ajenas. En Navarra no se ha perdido el euskera porque lo despreciaran sus naturales, o porque la lógica del mercado o qué sé yo empujara a su abandono... Sino porque fue un país conquistado por el imperio español y, como vemos en Amaiur, este impuso su dominio para que se utilizara otra lengua, con otros gobernantes, otras leyes. Amaiur es referente de estas circunstancias históricas, y sin conocerlas no entendemos nada de lo que ha pasado en nuestra tierra; y de hecho lo que aún pasa.

¿Se puede considerar que se trata, por tanto, de un lugar de memoria?

-El castillo de Amaiur es un lugar de memoria por excelencia; como la copa de un pino. De hecho, es un claro ejemplo de lo que constituye un lugar de memoria, como instrumento de transmisión de algo tan importante como es el patrimonio memorial de las sociedades. En Nabarralde, cuando explicamos cómo funcionan estos instrumentos de transmisión de memoria, precisamente citamos Amaiur, porque como Gernika (con su Gernikako Arbola, el bombardeo de la legión Cóndor, el cuadro de Picasso...) o como la batalla de Orreaga, son ejemplos potentes y paradigmáticos de la memoria que nos constituye en el presente.

"Este libro pretende que ?se conserve la memoria ?de un acontecimiento que ?explica mucho cómo fue ?la conquista de Navarra"

"Amaiur es referente de la voluntad de nuestro pueblo de seguir siendo navarros, de defender el país frente a violencias ajenas"